Por Alfredo M. Cepero
Director de La Nueva Nación
www.lanuevanacion.com/index.php
De los 4.414 soldados aliados muertos el Día D, 2.501 eran estadounidenses.
El pasado 6 de junio se cumplieron 80 años desde que las fuerzas aliadas desembarcaron en la playa de Normandía el 6 de junio de 1944. Más de 130,000 soldados –en su mayoría de Estados Unidos, Reino Unido y Canadá—desembarcaron en las costas francesas para combatir a las fuerzas del Eje lideradas por el genio perverso de Adolfo Hitler. A las 6 y media de la mañana los “Marines” americanos invadieron las playas de Utah y Omaha. Los soldados estadounidenses asignados a la 4.ª División de Infantería comenzaron a asaltar la playa de Utah mientras los regimientos estadounidenses de las divisiones de infantería 1.ª y 29.ª y los “Rangers” del ejército asaltaban la playa de Omaha. En ese momento nacía una nueva potencia mundial.
A partir de este instante grabado en el tiempo los EE.UU. se convirtieron en Potencia Mundial con la capacidad para mediar en los conflictos regionales y garantizar la paz entre los estados más pequeños. Por su parte, Moscú creó su Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. El enfrentamiento de estos dos bloques protagonizó lo que se dio en llamar “la Guerra Fría” hasta su disolución en 1991.Durante la noche de aquel día de 1991, la bandera soviética fue arriada por última vez del Kremlin de Moscú. Un día más tarde, el 26 de diciembre de 1991, el Sóviet Supremo de la Unión Soviética reconoció la extinción de la Unión y se disolvió.
¿Cuántos soldados estadounidenses murieron el día D en Normandía? De los 4.414 soldados aliados muertos el Día D, 2.501 eran estadounidenses. Más de 5.000 resultaron heridos. En la siguiente batalla de Normandía, 73.000 fuerzas aliadas murieron y 153.000 resultaron heridas. La batalla, y especialmente los bombardeos aliados de pueblos y ciudades francesas, mataron a unos 20.000 civiles franceses.
Jóvenes americanos con una edad promedio de 22 años dejaron las fábricas, los comercios y los campos de los Estados Unidos para ir a restaurar la libertad a jóvenes europeos que no conocían. Una prueba de la generosidad de este pueblo de inmigrantes que se comportan como ciudadanos del mundo.
FACTORES CONTRIBUYENTES A ESTA GENERACIÓN DE LA GRANDEZA.
Ambiente de cambio
Esta generación creció en un momento en que el mundo experimentaba un gran cambio de poderes. Europa estaba revuelta y los Estados Unidos todavía no habían puesto a prueba sus músculos. Todo eso cambió en la Segunda Guerra Mundial para dar paso a una era de poder americano.
Ética Laboral
El hecho de haber vivido durante la Gran Depresión hizo que esta generación estuviera acostumbrada a trabajar duro.
Frugalidad
La combinación de vivir durante la Gran Depresión y la experiencia del racionamiento de la guerra hizo que esta generación se familiarizara con la experiencia de la vida frugal. Aprendieron a conformarse con recursos limitados.
Sacrificio y honor
Muchos entregaron hasta la vida durante la Segunda Guerra Mundial. La Batalla del Bulge (Protuberancia) es considerada por los militares americanos como la más grande de los Estados Unidos.
RONALD REAGAN
Nadie como aquel adalid de la libertad que fue Ronald Reagan para sintetizar todos estos factores. Durante un discurso pronunciado en Normandía en conmemoración del cuadragésimo aniversario de la invasión Reagan afirmó: “Estamos aquí para celebrar un día en la historia en que las fuerzas aliadas libraron una batalla para rescatar el bien supremo de la libertad. Aquí, en Normandía, comenzó el rescate. Aquí, los aliados, se enfrentaron a la tiranía en una empresa sin paralelo en la historia de la libertad”.
LA LIBERTAD
Y hablando de libertad, me parece correcto definirla: “La libertad es la facultad natural que tiene el hombre de obrar o no obrar y como responsable de sus actos”. En los sistemas democráticos, equivale al “derecho de valor superior que asegura la libre determinación de las personas”.
Figuras como Thomas Jefferson, Mahatma Gandhi y Miguel de Cervantes son genios que le pertenecen a la humanidad entera, aunque hayan brillado dentro de una geografía, un tiempo y un espacio determinados. Superan su lugar de origen y se adelantan a los tiempos; son profetas, líderes, patriotas universales, en fin seres inmortales.
En el caso de Thomas Jefferson tiene reservado un lugar indiscutible en la historia, no sólo de los Estados Unidos sino del pensamiento político y la defensa de la democracia. Lo tiene por su condición de autor de la “Declaración de Independencia”. Para mí, la “Biblia de los Derechos Ciudadanos”
6-12-24.