Por Alfredo M. Cepero
Director de La Nueva Nación
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Trump es—en este momento—el único profeta que puede llevarnos a la Tierra Prometida.
Cuando nadie lo esperaba Joe Biden decidió invitar al ex presidente Donald Trump a un debate sobre las elecciones que tendrán lugar el próximo mes de noviembre. El primer debate tendrá lugar el 27 de junio en CNN y el segundo el 10 de septiembre en ABC. El sujeto que en las elecciones de 2020 hizo campaña escondido en un sótano en esta ocasión opta por apelar a las multitudes. Algo anda tan mal que no es fácil de descifrar. Estos dos “gallos”—uno en su plenitud y el otro en su decadencia—tienen aptitudes, talentos y habilidades diferentes.
Pero lo más importante es que Joe Biden tienen puntos vulnerables que sin dudas serán utilizados por Donald Trump. Porque todo indica que en Biden nos encontramos con todos elementos del enigma de un suicidio—ya sea decidido por él mismo o impuesto por elementos que controlan el partido—que no es otra cosa que un instrumento para sustituirlo como candidato a la presidencia. Biden es tan corrupto que ya no lo querría ni su mamá si llegara a resucitar.
Por otra parte, Steve Forbes, propietario y editor de la Revista Forbes, comparó la decisión de Joe Biden con un “Hail Mary”, una petición de ayuda a la Virgen María. En este sentido, yo no creo que la Virgen María dedique tiempo a escuchar los ruegos de un sinvergüenza, degenerado, ladrón y mentiroso como Biden que jamás ha dado señal de arrepentimiento. Dicho sea de paso, surgen tres preguntas interesantes. Por ejemplo: ¿Fue esta decisión tomada por el mismo Biden? ¿Lo forzaron a tomarla sus enemigos dentro del partido? Y ¿Fue el propósito salir de Biden para postular a otro candidato?
Un poco de historia reciente nos dice que Joe Biden hizo la campaña de 2020 escondido en un sótano y sin darle la cara a nadie. Ahora, su baja popularidad lo ha obligado a tirarse en el terreno movedizo de las multitudes. En aquella ocasión Biden y sus compinches le robaron las elecciones a Trump. Por aquello de que “guerra avisada no mata soldados”, ahora todo indica que Trump y su gente están preparados para que no se las roben.
Pero no tengamos dudas de que la propuesta de Biden de llevar a cabo este debate es el recurso desesperado de quién se sabe perdido. Por eso no tengo la menor duda de que Biden se jugará el “todo por el todo”. De todas maneras hay que tener cuidado con el moderador o moderadora que trate de proteger a Biden, como lo han hecho con los adversarios de Trump en otras ocasiones.
Los moderadores de este primer debate de 2024 serán los periodistas de CNN Jake Tapper y Dana Bash. Una cadena que se ha distinguido por su antipatía hacia Donald Trump. Así y todo, Biden podría perder porque no hay poder en la Tierra que pueda convertir en ganador a un anciano decrépito y balbuciente. Y si Joe Biden pierde será como el viajero parado en el muelle viendo al barco perderse en lontananza.
Por otra parte, después de las persecuciones judiciales y de las humillaciones este es un Donald Tump totalmente diferente. Más maduro, más cauteloso y probablemente más vengativo. Que se preparen el viejo ladrón y el hijo drogadicto para “echar un patín” cuando llegue Donald Trump a la Casa Blanca.
Otro factor de estos debates que no puedo dejar de mencionar es la exclusión de Robert Kennedy, Jr de su participación en los mismos por explícita condición de Joe Biden. Esta es una bajeza y hasta una grosería de un sujeto sin honor y sin principios.
En lo que a mí respecta y a mi respaldo a Donald Trump no tengo la menor preocupación. Mientras más víctima sea hecho por sus enemigos más ascenderá Donald Trump en las encuestas. Este parecería ser un “hombre de colcho”, Gane o pierda cualesquiera de los debates, Trump no será abandonado por los fanáticos que lo siguen. Aquí no hay oportunismo sino la conciencia de que el próximo mes de noviembre se decidirá la suerte de esta nación. Trump es—en este momento—el único profeta que puede llevarnos a la Tierra Prometida.
5-20-24