Alfredo M. Cepero

Director de La Nueva Nacion

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“El diablo los cría y ellos se juntan”

Siempre he estado consciente de que la similitud de principios y de objetivos une a los seres humanos. Pero en tiempos recientes he aprendido que el odio es tan fuerte como los principios para unir a los resentidos. Lo he aprendiendo observando la alianza oprobiosa de Barack Obama, Bill Clinton y George W. Bush. Parodiando un dicho popular: “El diablo los cría y ellos se juntan”. Su escenario preferido es el pantano de Washington en el cual los tres han navegado con éxito. Su enemigo preferido es Donald Trump que se ha impuesto como meta drenar ese pantano y poner a trabajar a los burócratas que viven de los impuestos que nosotros pagamos.

Procedo a poner las cosas en  su sitio. Pantano es una metáfora que compara al Gobierno Federal en Washington—con todos sus burócratas y políticos—a un pantano. Es un lugar desagradable con un ambiente pútrido que se traga a los seres humanos y donde nada se logra. Una gente atrincherada en el pantano y que decide los destinos de la nación sin haber recibido un mísero voto.

Y, dicho sea de paso, el noventa por ciento de ellos votan por los demócratas que son quienes les pagan sin obligarlos a trabajar. Donald Trump, por el contrario ha dicho que los obligara a ganarse el pan con el sudor de la frente y utiliza con frecuencia el término de “desecar el pantano” como una especie de lema, tal como utiliza el lema de “Hagamos grande a América”.

Ilustro el tema con un ejemplo. El 12 de enero de 2010, un devastador terremoto asoló la empobrecida nación de Haití con un saldo de 220,00o muertos y más de 300,00 heridos. Bill Clinton y George W. Bush se unieron al Presidente Obama para recaudar fondos para la reconstrucción de Haití. El Presidente Obama nombró al corrupto de Bill Clinton a cargo del proyecto. El resultado fue que no todos los fondos fueron a parar al bolsillo de los haitianos.

La prueba la tengo en las declaraciones de Vijaya Ramachandran  Directora de Energía y Desarrollo del Breakthrough Institute. A tal efecto la Ramachandran declaró: “A partir del terremoto de 2010, 6 MIL MILLONES DE DÓLARES han sido destinados a la ayuda del pueblo de Haití. Casi todos los fondos han sido administrados por intermediarios como organizaciones internacionales no-gubernamentales y contratistas privados”. Por su parte, Kim Ives, Director del periódico Haiti Liberte, declaró a la BBC: “No caben dudas de que muchos haitianos no son fanáticos de los Clinton.”

Al mismo tiempo, algunos contratistas describieron la operación como “la carrera del oro”. Además, en correos electrónicos con altos funcionarios de la Fundación Clinton aparecen notas especificando que los contratos serían otorgados a corporaciones identificadas por las letras FOB (en español “Amigos de Bill Clinton”)

Por su parte, ni Obama ni Bush—aunque es difícil que no lo supieran—se dieron por enterados de estas manipulaciones. Obama describió la operación diciendo: “El Presidente Clinton ha ayudado a restablecer la democracia en Haití”. George W. Bush dijo, por su parte: “Felicito al Presidente Obama por su rápida respuesta a este desastre y me siento complacido de haber trabajado junto a Bill Clinton”. Elogios para dos demócratas que siempre han sido sus enemigos y nunca una frase favorable para su compañero de partido Donald Trump. Prueba de que ahora el enemigo de Bush no es Obama sino Donald Trump. A tal punto, que Bush ha sellado su nueva amistad con Obama abrazando a Michelle.

Y se ha hecho amigo hasta del corrupto Biden. Bush se unió a Obama y a Clinton en la filmación de un video en apoyo a Joe Biden, el tránsfuga que le robó las elecciones a Donald Trump. Estoy convencido de que Bush apoyó a Biden para contradecir las declaraciones de Trump sobre el robo de las elecciones de 2020. En dicho video, los tres expresidentes destacaron la importancia de escuchar a personas con diferentes opiniones. Desde luego, Bush no incluye las opiniones de Donald Trump entre las de esas personas que discrepan de la política de los dos partidos.  

De hecho, el silencio de Bush durante la campaña de Trump por la presidencia fue motivo de disgusto para los partidarios del millonario neoyorkino. Es más, la presencia de Bush junto a Obama y Clinton durante la toma de posesión de Joe Biden fue un testimonio elocuente de donde están las lealtades de Bush. Aceite para los demócratas y vinagre para Trump.

Y quede bien claro que ninguno de estos tres cerdos tiene un futuro político ni tiene relevancia para seguir haciendo daño. Son páginas borrosas de un pasado que los americanos quisieran olvidar. Además, los dos partidos han cambiado radicalmente. Mientras los demócratas han girado hacia la izquierda, los republicanos se han movido hacia la derecha. Y en eso no creo que habrá retroceso.

Pero los tres cerdos siguen empeñados en seguir hablando aunque ya nadie los escuche. En  el video de apoyo a Biden dijeron: “El hecho de que los tres hagamos estas declaraciones juntos quiere decir que este país disfruta de una transición institucional. América es un país generoso con gente de gran corazón. Los tres nos sentimos afortunados de haber sido presidentes de esta gran nación”. Y yo digo que más afortunados son unos Estados Unidos en que estos tres cerdos no tienen probabilidad de regresar a la Casa Blanca y están condenados a seguirse revolcando en el pantano de Washington.

8-8-23