Por Alfredo M. Cepero

Director de La Nueva Nación

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Como el célebre “curro de la fiesta” Biden pierde votos si sigue apoyando a los judíos y perderá votos si los abandona.

En distintas partes del mundo occidental, desde Europa hasta esta parte del sur global que es América Latina, la izquierda—especialmente en su variante woke—está sufriendo derrotas estrepitosas. Todo indica que este es el peor momento ideológico y electoral de las izquierdas, todas las izquierdas, desde que la crisis financiera de 2007-2008 abriera la expectativa sino del colapso del capitalismo, a lo menos de su transformación en clave humana.

En este continente, las tres fichas de dominó diabólico—Cuba, Venezuela y Nicaragua—deben de estar temblando con la victoria electoral del conservador Javier Milei en la Argentina. Después de más 70 años de peronismo, justicialismo y promesas incumplidas el pueblo argentino se cansó de la cloaca pestilente y demagógica de la izquierda. A mayor abundamiento, entre 1946 y 2019, el justicialismo ganó diez elecciones presidenciales: 1946 (Perón), 1951 (Perón), las dos de 1973 (Cámpora y Perón), 1989 (Menem), 1995 (Menem), 2003 (Kirchner), 2007 (Fernández de Kirchner), 2011 (Fernández de Kirchner) y 2019 (Fernández).

Por mi parte, no tengo la menor duda de que la desgracia argentina tuvo, tiene y tendrá nombre y apellido: Juan Domingo Perón. La salvación tiene otro: Javier Milei, hasta el momento, la versión argentina de Donald Trump. A tal efecto, la Oficina de Milei anunció que el presidente electo había recibido una llamada del ex presidente Donald Trump en que lo felicitaba por su victoria y le decía que su elección tendría un impacto a nivel mundial. Asimismo le anunciaba que visitaría la Argentina para felicitarlo personalmente en los próximos días.

Otro factor a considerar es la victoria electoral del conservador Geert Wilders en Holanda después de 13 años de demagogia izquierdista. Holanda—considerada por mucho tiempo uno de los países más izquierdistas de Europa—despertó hace unos días a un terremoto político. El PVV—Partido de la Libertad que preside Wilders—logró una victoria rotunda en las últimas elecciones. Wilder ha anunciado un revolucionario programa de gobierno en el cual prohíbe tanto el Corán como las escuelas islámicas y le cierra las puertas a los inmigrantes.

Al mismo tiempo y como de costumbre, el Medio Oriente sigue siendo una caldera de agua hirviente. En la misma gobierna una derecha encabezada por Benjamin Netanyahu. Hace unos días escribí: “Benjamin Netanyahu es el hombre imprescindible para enfrentar esta agresión de Hamas. Como Trump no se deja atar las manos por un Biden cobarde, corrupto e incapacitado. Como Cesar ante el Rubicón: No tiene marcha atrás y él lo sabe. No se detendrá hasta hacer desaparecer a Hamas de la faz de la Tierra”.

En El Salvador—ostensiblemente llamado el “El Pulgarcito de América”—hay un hombre joven que está haciendo historia. Con Nayib Bukele “El Pulgarcito” se ha convertido en un gigante de la libertad y de la derecha. El mandatario ha ordenado la movilización de más de 5.000 militares y 500 policías en una nueva demostración de fuerza. Las cárceles están abarrotas de unos salvajes que se hacen llamar “maras”, pero las calles han vuelto a dar acogida a las personas respetuosas de la ley. Por lo tanto, no asombra a nadie que Bukele disfrute de un 90 por ciento de aprobación de sus conciudadanos.

Otra derecha que demuestra su capacidad para la construcción y el progreso es Viktor Orbán en Hungría. El 3 de abril de 2022 Viktor Orban ganó sus cuartas elecciones en Hungría. Con ellas se ha asegurado la facultad de modificar la constitución según la conveniencia de su partido. Como dato interesante, Orbán utilizó con habilidad la guerra en Ucrania y sus programas sociales en Hungría para obtener su victoria electoral.

La otra cara de la moneda es una izquierda que se desploma. La tenemos en el corrupto Joe Biden y el inepto Gabriel Boric. Estos dos tipejos han cavado sus propias sepulturas. El conflicto entre judíos y palestinos es la última puntilla en el sarcófago de Biden porque ha partido por el eje al Partido Demócrata. Como el célebre “curro de la fiesta” Biden pierde votos si sigue apoyando a los judíos y perderá votos si los abandona. Sus niveles de aprobación andan por un 37 por ciento de apoyo y un 57 por ciento de rechazo.

En el sur del continente Gabriel Boric sigue dando palos a ciegas. Una cosa es ser candidato y otra muy distintas gobernar pueblos. Boric fue un buen candidato pero ha sido un funesto gobernante. Hace unas pocas semanas se produjo en Chile un verdadero terremoto político con el contundente triunfo de la derecha en las elecciones al Consejo Constitucional que debe dar forma a una nueva Carta Magna.

El gran triunfador fue José Antonio Kast, el líder de la derecha dura que celebró su triunfo diciendo: “Chile ha derrotado a un gobierno fracasado". Los chilenos están arrepentidos de haberlo elegido y la aprobación de Boric anda por un mísero 37 por ciento.

Otros han decidido abandonar el barco de una izquierda que se hunde bajo el peso de sus iniquidades. El alcalde de la ciudad de Dallas—Eric Johnson—ha decidido pasarse del Partido Demócrata al Partido Republicano. Esto es sólo el comienzo de la hemorragia demócrata porque después vendrán otros. Este partido en nada se parece al partido de John Kennedy y de Henry Jackson. El hecho es que 75 de las 100 ciudades principales de este pais son gobernadas por alcaldes demócratas. El problema consiste—apunta Johnson—en que “los demócratas no hemos estado dispuestos a admitir que el problema principal de nuestras ciudades es la criminalidad.”

Por otra parte, hay elementos que, sin formar parte de los gobiernos, influyen en el desplazamiento de los pueblos hacia la derecha. El multibillonario Elon Musk ha desplazado en las últimas semanas a Rupert Murdoch  y a Fox News como los reyes del conservadorismo. Se habla de la alta probabilidad de que Musk compre Direct TV. Esto sería un verdadero tsunami en la forma en que las noticias son presentadas al pueblo americano.

Me surge entonces la pregunta de ¿por qué es esto importante? Respuesta: Fox News era el lugar donde los conservadores iban a buscar las noticias. Pero el ecosistema de la derecha se ha rebelado contra la cadena y dejado al Twitter de Musk como el centro de gravedad de los medios para el Partido Republicano en un momento en el que se acercan las elecciones de 2024.

Otro factor de importancia fue la cesantía de Tucker Carlson por Fox News el pasado 24 de abril. La gran beneficiada ha sido la cadena de Newsmax que ha recibido a los millones de televidentes que abandonaron a Fox News enardecidos por la cesantía de Tucker.

Pero eso no ha impedido que algunos papagayos de los medios de información le quitaran importancia a la salida de Tucker. Pensaron que Tucker podía ser sustituido por otras  personalidades de la información. Pero se equivocaron de medio a medio. Tucker tiene ese atractivo llamado “carisma” que ni se compra ni se vende. No tiene nada que ver con la inteligencia del sujeto. Lo tienes o no lo tienes.

En conclusión, a mí se me antoja que todo este proceso de renacimiento de la derecha tiene un origen sobrenatural. Sobre en un momento en que el mundo se encuentra al borde del abismo de una izquierda que despersonaliza a los seres humanos. Contrario a ello, Dios nos juzga por nuestra conducta personal, no como parte de una multitud. Esa fue la conducta de aquellos campeones de la derecha que fueron Ronald Reagan y Margaret Thacher. Yo estoy convencido de que desde sus remotas regiones siderales ambos se regocijan ante el renacimiento de esta nueva ola conservadora.

12-05-23