Por Alfredo M. Cepero
Director de www.lanuevanacion.com
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Barack y Michelle Obama son tan racistas como el racista más rancio en un club exclusivo del sur de los Estados Unidos.
Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, el racismo es: "La exacerbación del sentido racial de un grupo étnico, especialmente cuando conviene con otro u otros". Por ninguna parte se refiere al color del racista. Los hay de todos los colores, pero en América los principales racistas son de las razas blanca y negra. Ambos grupos—sobre todos los de raza negra—tratan de sacar provecho de su color argumentando discriminación por parte de los blancos.
En los Estados Unidos, el más notorio, exitoso y maligno de los racistas ha sido Barack Hussein Obama. Este hombre utilizó la carta del racismo contra sus adversarios blancos o como medio de apelar a los sentimientos de solidaridad de sus conciudadanos de la raza negra. Durante su aspiración a la presidencia, una organización llamada nada menos que "Negros por Obama" pidió a los negros americanos que votaran por Barack.
Esto no fue otra cosa que un abierto y descarado racismo que sólo pueden exponer en público los americanos de raza negra. Los de raza blanca lo sienten pero lo esconden. Lo esconden pero lo aplican como medio de discriminación para lograr privilegios en oportunidades y jerarquías. Afortunadamente, estos racistas—blancos y negros—son una minoría de la ciudadanía americana que tiene que ser erradicada para que reine la armonía racial en este país. El asesinato de Martin Luther King Jr nos privó de esa oportunidad y dio marcha atrás al reloj de la historia de progresos sociales de los Estados Unidos.
Ahora bien, ante este descarado racismo de Obama, surge la inescapable pregunta: ¿Qué habría pasado si las campañas de Mitt Romney o de John McCain se hubieran aparecido con una organización fantasma llamada "Blancos por Romney o por McCain”? La pregunta sobra y no necesita respuesta porque todos sabemos el escándalo que habrían armado los delincuentes que han hecho del racismo contra los negros un modo de explotación y vida.
Finalmente, los republicanos han despertado e iniciado una ofensiva que tiene desconcertada a la izquierda demócrata. Los gobernadores Ron DeSantis, de Florida y Greg Abbott, de Texas son los primeros republicanos que han puesto a la izquierda demagógica a la defensiva. Ron DeSantis, por su parte, dio un golpe maestro cuando decidió enviar a medio centenar de venezolanos a Martha's Vineyard, en Massachusetts. DeSantis pudo haber enviado a cubanos o nicaragüenses y la reacción de los eliticistas de la viña habría sido la misma.
Lo que me pareció extraño fue que el loro maléfico Barack Hussein Obama mantuviera un silencio sepulcral. Quizás todo se deba a que un hombre que hizo su carrera política presentándose como víctima de discriminación contra los hombres negros no quiera que salga a la luz pública su actual vida de privilegios entre los blancos ricos de Martha's Vineyard.
Y, a propósito de Martha’s Vineyard, esta es una comunidad donde el 89 por ciento de sus habitantes son blancos monocromáticos y definitivamente homogéneos. Casi todos son demócratas ricos y el 80 por ciento de ellos votaron por Biden, El precio promedio de cualquier residencia es $1,000,000. Martha’s Vineyard ha sido tradicionalmente lugar refugio y esparcimiento de los privilegiados. La familia política que puso a la isla en el mapa fue la de los Kennedy, la icónica Primera Dama Jacqueline Kennedy y la cobardía de Ted Kennedy cuando se fugó del lugar donde se ahogaba Mary Jo Kopechne.
Varios presidentes visitaron y vivieron en la isla. Tales como Ulysses S. Grant en 1874 y en tiempos modernos John F. Kennedy, Bill Clinton, and Barack Obama. Y la han visitado con frecuencia numerosas personalidades de la farándula y de la realeza como: Oprah Winfrey, Bill Murray, Meg Ryan, Reese Witherspoon, Mike Wallace, y hasta la Princesa Diana. Algunos de ellos como Michael J Fox, la han convertido en su residencia permanente desde 30 de junio de 2021.
Por eso me pregunto ¿Qué hace el populista Barack Obama viviendo entre esta gente frívola, arrogante y engreída? ¿Por qué los Obama no construyeron su residencia en el vecindario de Roseland, al sur de Chicago, donde Michelle nació y se crio, en Baltimore o en Gary, Indiana, donde los residentes son la gente de pueblo que ellos dijeron defender en su paso por la Casa Blanca?
Barack y Michelle Obama son tan racistas como el racista más rancio en un club exclusivo del sur de los Estados Unidos. Aunque no soy siquiatra incurro en la osadía de diagnosticarlos. Ambos padecen el síndrome de la “imitación del envidiado”. Por eso se fueron vivir con los ricos y no solo los ricos, los ricos blancos. Los mismos que ellos desprecian. Ese síndrome se hizo evidente cuando—con motivo de la elección de su marido como presidente—Michelle declaró: “Esta es la primera vez que me siento orgullosa de mi pais.”
Esa probablemente fue la razón por la cual construyeron su residencia entre las 17,188 residencias de Martha’s Vineyard. Pagaron 11.75 millones de dólares por un mansión construida sobre 29.3 acres frente al mar. La misma cuenta con siete dormitorios, ocho baños y una elegante suite con chimenea al igual que dos apartamentos para invitados, un garaje para dos automóviles, un muelle para solearse, una casa bote y una piscina.
Que nadie me diga que este medio centenar de venezolanos no pudieron haber sido acomodados en los terrenos y en la residencia de los Obama. No hay razón alguna para no darles alojamiento porque los Obama no necesitan tanto espacio. El Obama politiquero no habría tenido inconveniente en recibirlos con abrazos y besos.
En uno de sus discursos de campaña Obama declaró: “América es—y siempre ha sido—una nación de inmigrantes. A lo largo de nuestra historia, los inmigrantes han venido a nuestras playas en diferentes olas procedentes de los cuatro rincones del mundo. Eso es lo que ha hecho especial a nuestra América. Eso es lo que la ha hecho fuerte. La idea fundamental de dar la bienvenida a los inmigrantes que llegan a nuestras costas es la columna central de nuestro modo de vida. Todo eso está en nuestro DNA” Y yo le contesto: Eres un mentiroso congénito y un simulador empedernido.
Al mismo tiempo, Michelle Obama expuso su racismo compartido con su esposo cuando en 2019 declaró: “Nosotros vivimos en un período conocido como ‘Fuga Blanca’. Cuando nosotros nos mudábamos para algún lugar los blancos se mudaban del mismo porque tenían miedo de lo que nosotros representábamos….Yo quiero recordarle a los blancos que todos ustedes huían de nosotros….Y ustedes todavía están huyendo porque nosotros no somos diferentes a las familias inmigrantes que vienen a este país…Yo siento un profundo sentido de injusticia”. Yo le pregunto entonces a la polémica ex Primera Dama: ¿Si son iguales a estos inmigrantes, por qué no los recibieron en su residencia multimillonaria de Martha”s Vineyard?
Cuando dos personas como Barack y Michelle Obama—que han escalado las posiciones más altas en la vida política y económica de este país—expresan su frustración personal y su inconformidad con el sistema tenemos motivos sobrantes para la preocupación. Recuerdo la frase lapidaria de Abraham Lincoln: “"A house divided against itself cannot stand” y llego a la conclusión de que—si queremos salvar a este país—no hay tiempo que perder.
La fórmula para la salvación de los Estados Unidos consta de dos ingredientes. La compasión de Emma Lazarus en: "Give me your tired, your poor” y la tenacidad de Abraham Lincoln en seguir combatiendo en aquella horrible Guerra Civil hasta lograr la consolidación de la integridad de los Estados Unidos. Nos entendemos o nos destruimos.
9-27-22