Por Alfredo M. Cepero

Director de La Nueva Nación

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“La persona que no está interiormente preparada para la violencia es siempre más débil que el opresor.”

La extraña muerte del opositor ruso Aléxei Navalni me sugirió el título y el tema para este artículo. En tiranías como la rusa y las muchas que nos gastamos en nuestro continente la muerte de cualquier preso de conciencia es presumida como un asesinato por parte del tirano de turno. Porque estos tiranos—carentes de argumentos para justificar sus crímenes—no negocian sino reprimen. Por eso el periodista búlgaro Hristo Grozev declaró: “No tengo ninguna duda de que la muerte de Aléxei Navalni no es natural". Y yo digo que el tirano le pasó la cuenta por la declaración de Navalni de que Putin era: “Vladímir el envenenador.”

La colonia penal donde estaba recluido el opositor Alexei Navalny, conocida como "Lobo Polar", es la más estricta que existe en Rusia. La misma está situada en la región de Yamalo-Nenets, muy por encima del Círculo Polar Ártico. Los reclusos han descrito cómo se les castiga por las faltas de otros presos, obligándoles a permanecer a la intemperie en invierno sin abrigo. A los que no se quedan quietos, los rocían con agua fría.

Pero este tipo de castigo no es nada nuevo para el mastín ruso. Se le atribuyen las muertes de sus enemigos: Boris Nemtsov, 2015… Boris Berezovsky, 2013… Stanislav Markelov… Anastasia Baburova… Sergei Magnitsky… Natalia Estemirova… Anna Politkovskaya… Alexander Litvinenko… Sergei Yushenkov…y  Yuri Shchekochikhin. La pluma certera de Aleksandr Solzhenisyn describió la situación de los presos rusos con  la frase lapidaria: “La persona que no está interiormente preparada para la violencia es siempre más débil que el opresor.”

Regresando a nuestro continente veamos el caso del tirano Hugo Chávez Frías y su destitución por el golpe de estado encabezado por Pedro Carmona, quien se desempeñaba como presidente de la Federación de las Cámaras de Comercio y de Industria Fedecámaras, el principal gremio empresarial del país. El general Raúl Isaías Baduel, Jefe de la guarnición de Maracay, se opuso al gobierno de Pedro Carmona, y empezó a buscar activamente el modo de restaurar a Chávez en el poder.  El 14 de abril de 2002 Chávez fue liberado de la prisión militar en la Isla La Orchila y fue repuesto como presidente de Venezuela.

Sin embargo, Chávez le pagó a Baduel con la ingratitud y la soberbia de los tiranos. Baduel fue a parar a la cárcel de Ramo Verde. Allí fue operado de urgencia en un estacionamiento, cerca de un basurero, sin guardar reposo postoperatorio y que desde esa operación nunca más volvió a sentirse bien. Poco tiempo después falleció por causas desconocidas. Así pagan los tiranos a quienes los sirven.

Después de la muerte misteriosa de Hugo Chávez su heredero fue el chofer de autobuses Nicolás Maduro. Éste se ha enfrentado con adversarios por la vía de las urnas, los más notorios Leopoldo López—Coordinador Nacional de Voluntad Popular—y María Corina Machado. Como era de esperar ambos han fracasado porque han confiado en el dialogo y en la vía electoral. Leopoldo anda exiliado por España y María Corina ha sido inhabilitada y no podrá enfrentarse a Maduro por una treta jurídica del chavismo.

Otro gemelo de Maduro en la maldad y la corrupción es el nicaragüense Daniel Ortega. El gobierno de Nicaragua liberó recientemente de prisión al obispo Rolando Álvarez y a 18 miembros del clero y los entregó a las autoridades del Vaticano, como parte de las negociaciones con la Iglesia Católica, para que fueran inmediatamente expulsados del país vía aérea hacia la ciudad de Roma.

Pero ahí no terminaron las cosas. La joven Sheynnis Palacios, ganadora del certamen de belleza Miss Universo 2023, es la primera nicaragüense en hacerse con el galardón en la historia de su país. En lo que ha parecido el guion de un drama televisivo, el régimen autoritario afirmó que la directora del concurso Miss Nicaragua, que había elegido a Palacios para representar al país en el certamen mundial, formaba parte de una “conspiración subversiva” para derrocar al presidente Daniel Ortega y a su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo.

Pero de todas las tiranías latinoamericanas la más longeva y represiva ha sido la de los Castro. Se ha mantenido en  el poder durante el reinado de seis papas, desde el piadoso Juan XXIII hasta el zurdo Papa Francisco. Durante 65 años en el poder esta tiranía tiene un record trágico de muertos, presos y exiliados.

A fecha de hoy, Archivo Cuba tiene documentadas 7.179 muertes: 3.110 fusilamientos, 1.170 ejecuciones extrajudiciales (incluso por intento de «salida ilegal» de la isla), 847 muertos y desaparecidos en combate (Bahía de Cochinos, Sierra del Escambray) o 18 presos políticos muertos en huelga de hambre. A esto tenemos que agregar los muertos en la guerra civil de Angola que ascendieron a más de 10,000.

Otros cubanos han decidido abandonar el país en la cantidad astronómica de 1.757.300 emigrantes según las Naciones Unidas. Esto supone un 15,55% de la población de Cuba. Otros—como en el caso de varios presos de la llamada Primavera Negra—se han negado a hacerlo. Tras la huelga de hambre de presos políticos cubanos de 2010 un acuerdo entre la tiranía de Raúl Castro y la Iglesia católica en julio de 2010, fueron liberados con la condición de ir al exilio.

La mayoría obedeció la orden de exiliarse pero una minoría se rebeló.  Nueve se mantuvieron viviendo en Cuba: Eduardo Díaz Fleitas, Ángel Juan Moya Acosta, Oscar Elías Biscet González, Librado Ricardo Linares García, José Daniel Ferrer García, Iván Hernández Carrillo, Héctor Fernando Maseda Gutiérrez y Félix Navarro Rodríguez. A la hora de redactar estas líneas todos permanecen en Cuba.

José Miguel Vivanco, director para la Américas de Human Rights Watch, ha precisado el arma que ha permitido a estos tiranos mantenerse en el poder que no es el diálogo sino la fuerza. Vivanco ha dicho: “El régimen represivo creado por Fidel Castro pudo mantenerse en pie durante décadas gracias a un control draconiano que incluía duros castigos impuestos por el gobierno a quienes se atrevían a disentir mínimamente”.

En conclusión, estas tiranía solo pueden ser derrocadas con balas, no con palabras. Por desgracias a nosotros nos ha sobrado el coraje pero nos han faltado las balas y a ellos les han sobrado las balas y el odio para dispararlas.

02-20-24