Por Alfredo M. Cepero
Director de La Nueva Nación
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Martin Luther King dijo muchas veces que a pesar de la emancipación de los esclavos por Abraham Lincoln el negro americano todavía no era libre.
Comenzando por el principio cito la célebre frase de Marco Tulio Cicerón “Antes de discutir definir.” Voy por lo tanto a definir lo que ha sido una “plantación” en el contexto de la historia americana: “Grandes propiedades o propiedades dependientes del trabajo de personas esclavizadas”. Mientras tanto, estoy convencido de que hemos ido de un extremo a otro en lo que concierne a esa historia. De la antigua “plantación” hemos ido a la actual plantación de Black Lives Matter (BLM). Ahora bien, después de la conducta delincuencial de sus fundadores yo le atribuyo a esas siglas de BLM el significado de “Burn, Loot and Murder”, en español: “Quema, saquea y asesina”.
Esta organización fue fundada con motivo de la muerte de George Floyd, un hombre negro americano de 46 años residente en la ciudad de Minneapolis y de quien se dice que fue asesinado por el policía de raza blanca Derek Michael Chauvin. Esa es la versión de la prensa “zurda” de los Estados Unidos y del buscador Google que no se le queda atrás.
Pero como yo no creo en ninguno de los dos me puse a buscar la verdad por otros medios y lo que encontré me dejo perplejo. Me formulé la pregunta de si era cierto que el policía Derek Michael Chauvin había causado la muerte del hombre de raza negra George Floyd. La respuesta fue un rotundo y definitivo NO. Lo comprobé con certeza absoluta gracias a un caso que se ventila en estos momentos ante los tribunales del estado de Minesotta.
El caso fue llevado a la corte por una fiscal llamada Amy Sweeney. En el juicio, la Swseeny describe una conversación que sostuvo con el examinador médico Andrew Baker, el hombre que llevó a cabo la autopsia de Floyd. Baker le dijo a Swseeny que no había indicios médicos de que Floyd hubiera muerto como consecuencia de la acción de la policía. Por lo tanto, según la autopsia, Floyd murió de causas naturales quizás a consecuencia de su consumo excesivo de drogas y una concentración mortífera de “fentanilo” que se encontró en su cuerpo. Fue una muerte por narcóticos en un país donde se producen más 100,000 muertes al año por causa de los narcóticos.
Pero la verdad no les importa a los ideólogos. La gente que sabía la verdad la escondió y permitió que siguiera el circo estilo romano contra Derek Michael Chauvin. La política, la demagogia y la mentira mandaron a Chauvin a la cárcel por cuarenta años. Lo que le interesa a los ideólogos es eliminar los fondos destinados a la policía y descriminalizar el robo. Lo demás no les importa.
¿Qué va a pasar ahora? Absolutamente nada. El gobierno mentiroso del corrupto Joe Biden acaba de emitir una declaración afirmando que George Floyd había sido un mártir. George Floyd era pobre, analfabeto y adicto a las drogas. La victima perfecta para la plantación demócrata. El hombre negro que es usado como bandera por los demócratas.
Si alguien cree que el partido demócrata es una maravilla debe de visitar ciudades como Nueva York, Chicago, San Luis o Detroit para ver los robos y asaltos que sufren las personas decentes en las selvas en que se han convertido las ciudades gobernadas por demócratas. Las escuelas no enseñan a los niños negros. Pero son una maravilla para el partido demócrata porque son las fábricas que producen unos George Floyd en cantidades siderales.
¿Por qué queremos más George Floyd? Muy simple, porque ellos votan por los demócratas y enseñan a sus hijos a votar por los demócratas. Así sigue dando vueltas el carrusel de la explotación, de la miseria y de la sumisión. Todo eso lo han aprendido estos demócratas de sus antecesores dueños de plantaciones en el sur ancestral de los Estados Unidos. Esa era la forma en que los amos blancos querían que los esclavos negros actuaran. Los querían sumisos, obedientes, ignorantes, y que hicieran lo que se les mandaba sin hacer pregunta alguna.
Martin Luther King dijo muchas veces que a pesar de la emancipación de los esclavos por Abraham Lincoln el negro americano todavía no era libre. Era esclavo en su mente y ya sabemos que la mente gobierna la conducta. George Floyd era un esclavo en su mente. Los demócratas son los dueños de la plantación del siglo XXI. En ella todos los hombres negros siguen sintiéndose esclavos. Dicho sea de paso, Joe Biden le dijo en una ocasión a un joven negro americano: “Si no votas por mi tú no eres negro.” Ese es el desprecio y la manipulación con que los demócratas tratan a quienes los llevan al poder.
La declaración de independencia proclamó a los cuatro vientos que los derechos inalienables del hombre eran la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad. Que habían sido dados por Dios y que eran irrevocables. Pero los constituyentitas no practicaron lo que proclamaron y los negros americanos siguieron siendo esclavos. Tuvo que venir el presidente mártir Abraham Lincoln para hacer realidad las palabras elocuentes pero vacías de todo contenido de Thomas Jefferson.
En conclusión, mientras los demócratas estén en el poder Chauvin no tiene esperanzas de que su juicio sea revisado. Para conveniencia de la “plantación demócrata”, George Floyd seguirá siendo una de las muchas víctimas que utilizarán los “jinetes del burro demócrata” para seguir nadando y lucrando en el fango pestilente del pantano de Washington. Las elecciones de 2024 decidirán no solo el futuro de Chauvin sino el destino del pueblo de los Estados Unidos y quizás hasta de la civilización occidental.
10-30-23