Alfredo M. Cepero

Director de La Nueva Nacion

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Esa es la versión ucraniana del “gobierno del pueblo” donde el pueblo no es otro que Volodímir Zelensky.

Vivimos en tiempos que amenazan con una Tercera Guerra Mundial y Joe Biden y sus manejadores están contribuyendo a ello. Por eso me pregunto si el objetivo de todo esto es pagar la lujosa residencia de los Biden en la playa de Rehoboth o satisfacer el compromiso de la mafia de los Biden con los dictadores de China Comunista y Ucrania a quienes vendieron los servicios de los Estados Unidos. Tiene que haber razones muy poderosas para poner al mundo al borde del abismo.

Irónicamente ellos dicen que la guerra en Ucrania, es de hecho, una guerra en defensa de la democracia. Y esto lo dicen tanto los demócratas como los republicanos. El fantasma Biden ha dicho: “Nosotros seguiremos apoyando la guerra en Ucrania por su integridad territorial”. Este es uno de los pocos temas en que los “rinos” republicanos y los “izquierdosos” demócratas están de acuerdo. La serpiente demócrata Nancy Pelosi y el “rino” republicano Mike McCaul ambos dicen que la lucha por la democracia en Ucrania es una lucha por la democracia americana. ¡Hay que tener “bemoles” para adelantar una explicación tan divorciada de la realidad!

Esta gente no tiene memoria o no estudiaron historia. Hasta los más ignorantes saben que la democracia moderna —no la imperfecta democracia griega—nació en los Estados Unidos y es hija de la espada de George Washington y de la pluma de Thomas Jefferson. Para Biden, Nancy y Mike, sin democracia ucraniana tampoco tendremos democracia americana. Si los ucranianos no votan en Kiev nosotros no votaremos en Kansas City. De ahí que los americanos tengan un serio problema, porque todo parece indicar que los ucranianos no van a poder votar.

La democracia en Ucrania ha sido eliminada por el “máximo líder” Volodímir Zelensky, quién ha dicho que las elecciones se llevan a cabo en tiempos de paz, no en tiempos de guerra. En otras palabras, Volodímir ha aclarado que: “Si ganamos la guerra habrá elecciones”. Por lo que yo deduzco que si no ganan la guerra seguirán con la dictadura. Esa es la versión ucraniana del “gobierno del pueblo” donde el pueblo no es otro que Volodímir Zelensky.

Vamos a recopilar. Biden y una mayoría de los miembros del congreso han dicho que se solidarizan con una guerra a favor de la democracia. Todo ello apoyando a un líder que con el mayor “desparpajo”—como habría dicho José Pardo Llada en sus buenos tiempos—ha repetido hasta el cansancio que él está en disposición de darle un tiro de gracia a esa misma democracia. Y lo más inaudito es que nuestros líderes defensores de la democracia no han dicho “ni esta boca es mía.”

De hecho, la primera baja en una guerra por la democracia es la misma democracia. Abraham Lincoln suspendió el “Habeas Corpus” y Winston Churchill metió en la cárcel a sus enemigos políticos durante la Segunda Guerra Mundial. Me pregunto entonces: ¿Cuál es el verdadero motivo detrás de este asunto?

Irónicamente, cuando la mayoría de la gente ve la guerra como un sufrimiento o un inútil derramamiento de sangre, los demagogos la ven como una forma de aumentar su poder. Porque cuando esa guerra es declarada los políticos se transforman en dioses. Por ejemplo, en una democracia pacífica las personas tienen que justificar sus puntos de vista. En una democracia en guerra, la oposición es encarcelada y hasta eliminada físicamente. Punto y aparte.

Otros defensores del mentiroso en jefe que usurpa la Casa Blanca han utilizado argumentos emotivos. La “rino” oportunista del grupo televisivo de “The View”, Ana Navarro ha dicho: “La historia de Hunter es la historia del amor de un padre por el hijo. Joe Biden nunca lo abandonará. Joe Biden es primero que todo un padre. El resto de nosotros lo aceptamos o nos callamos la boca.”

Regresemos al ámbito político. Según los resultados de la elección amañada de 2020, Joe Biden obtuvo más de 81 millones de votos y los demócratas se proponen hacer lo mismo en las de 2024. Todo irá bien para Susan Rice y la gente que Barack Obama ha puesto en el equipo de gobierno mientras que Biden pueda vestirse al levantarse de la cama.

Por otra parte, la aritmética nos dice que Biden tendrá 85 años al final de ese segundo período. Pero nadie puede vaticinar que Biden pueda llegar a ese segundo período de gobierno. Porque la senectud se acelera en muy poco tiempo. En un par de años no habrá forma de esconder la incapacidad de Biden.

Pero el mayor problema para los demócratas es que la sustituta de Biden es todavía peor. A esta mujer no la resisten ni los mismos demócratas. Por la forma incoherente en que se expresa Kamala Harris parece sufrir una “senectud adelantada.” Obama se la impuso a Biden pero ya es tarde para equiparla con un cerebro normal. Por lo que tiene que ser sustituida como candidata a la vice-presidencia en las próximas elecciones. El candidato pudiera muy bien ser el “baboso” Gavin Newsom, quien se ha derretido en elogios a Joe Biden. Los demócratas y republicanos del pantano americano tienen que apresurarse a defender a sus dictadores foráneos. Las trampas tienen su limitación de tiempo y en este caso no hay tiempo que perder.

7-4-23