Es penoso sopesar el presente de Cuba y Venezuela, tan parecidos en sus dramas debido a la mala conducción de sus gobernantes.
Cuba sumido en un período especial, que los jerarcas del régimen no quieren reconocer porque sería ponerle nombre a la tragedia. Con los ciudadanos buscando en largas colas lo poco que pueden encontrar en los mercados, sin medicinas y con La Habana y provincias cayéndose a pedazos.
Venezuela sin límites en su pobreza, sin alimentos, sin recursos en los hospitales, con apagones y con el país desmoronándose en medio de la pesadilla diaria de seguir viviendo.
-"Esto no lo aguanta nadie... y seguimos arrastrando la vida", señala Luisa, una caraqueña que espera un milagro -desde hace años- que cambie el triste destino de Venezuela.
"No encuentro de qué comer y solo obtengo algunas viandas, que me procura mi hijo desde el interior, para que no me muera de hambre.. Eso sí, ni carne ni remedios".
Dice José Luis Zambrano Padauy, exdirector de la Biblioteca Virtual de Maracaibo “Randa Richani”, Todo está en "veremos...". "La Unión Europea y demás países de América, manifestaron que apoyaban a la presidencia de la Asamblea Nacional como el único sector que podría entablar un diálogo creíble con los vándalos de Miraflores. Lo demás es cuento de camino espinoso. El mismo Departamento de Estado de EEUU fue enfático en su postura. Recalcó que cualquier negociación para resolver la crisis venezolana debe ser entre Nicolás Maduro y Juan Guaidó". "Pero, todos sabemos lo tramposo que es nuestro Dictador... y ahí está en Moscú, buscando armas y ayuda de los rusos".
Oswaldo Alvarez Paz, político venezolano y excandidato presidencial, señala: -"En mi opinión el cese de la usurpación, es decir, la salida de Maduro y el fin del nefasto régimen que desmorona a la nación, es básico para la tarea de construir el nuevo país que anhelamos. Debemos entender que mientras el régimen exista y Maduro siga al frente, no hay ni habrá solución para ninguno de los problemas que nos aquejan. Hoy, todo se derrumba".
Alvarez Paz concluye: -"Nos acercamos al final del drama. Quizás sintamos preocupación legítima por la lentitud del proceso de cambio y por falta de información veraz sobre muchas cosas que están sucediendo. Sin embargo, estamos cerca". Hay que prepararse para la confrontación final. De esto no saldremos “por las buenas”. Lo saben todas las partes, pero el tiempo se agota. Para que nadie se equivoque con nuestra posición, a estas alturas y en las actuales circunstancias, rechazo cualquier esquema de “convivencia”, o de entendimientos que no signifiquen el fin radical de la situación. Todas las políticas tienen su hora".
"En el momento actual están agotados tanto el camino de las “negociaciones” o “conversaciones” medio misteriosas. Otra cosa son los posibles entendimientos más adelante para normalizar al país sobre la base de la justicia honestamente aplicada. En mí es infinita la absoluta solidaridad con los presos, los exilados, los migrantes, los perseguidos y los acosados. Se trata de una de las motivaciones fundamentales que tengo para continuar en esta lucha".
Por eso y mucho más, los cubanos y venezolanos esperan un milagro... Pero, que por ahora, no ocurre...