Angélica Mora.

Nueva York

 

La nueva propensión de protestar dañando propiedades ajenas es lo que actualmente está de moda, especialmente en Gran Bretaña. Los que protestan no respetan los bienes particulares y la misión es alterar la vida de los demás llamando la atención hacia sus propias motivaciones.

ECOLOGISMO

Si se revisa la historia, las primeras motivaciones tuvieron su origen largamente en los conquistadores quienes querían evangelizar a los indios apenas pisaban el nuevo territorio, pero los tiempos han cambiado y las metas también.

Los que desaprueban la actual vida han creado nuevas modalidades de protesta y se acuestan en el suelo trayendo enormes congestiones en el normal tránsito de vehículos. Otros pintan color naranja la casa de la ex primer ministro británica Liz Truss. Y otro grupo de vándalos lanza una torta de chocolate en la cara de una reproducción de cera del Rey Charles III en el Museo de Madame Tussauds.

Y es que no se protesta por la restricción del petróleo y gas sino por los motivos que impulsan a cada grupo.

La reacción del público ha sido remover a los que obstaculizan el tránsito en las calles de Londres. Los furiosos espectadores han tomado en sus propias manos la tarea de sacar a los eco-activistas de los caminos, quienes como último recurso se han pegado al pavimento, pero han sido sacados del lugar a viva fuerza.

LOS GIRASOLES

Pero la locura se extiende y el colmo fue atentar contra el clásico cuadro "Los Girasoles" de Vicent Van Gogh. La obra -irremplazable- está valorada en 84 millones de dólares. Dos activistas vestidas con camisetas en la que se leía la leyenda "Just Stop Oil", nombre de una organización ecologista, lanzaron latas de tomate al cuadro, expuesto en la National Gallery de Londres. Felizmente, el cuadro se encuentra protegido por un vidrio. "Hay algunos daños menores en el marco, pero la pintura está ilesa", dijo la galería. Anna Holland y Phoebe Plummer, de 20 y 21 años de edad, ya están en libertad bajo fianza.

PROTESTAR POR PROTESTAR

Otros protestan por el nuevo modelo de automóviles, llegando a alterar los modelos con pintura negra y a pegar las manos en las capotas de los vehículos en la exposición modelos. Las alegatos llegan incluso a los que piensan que los animales están siendo explotados y los manifestantes derraman leche en los establecimientos que creen han trasgredido la ley.

Mientras tanto, miles de personas se manifiestan en el centro de Londres para protestar contra el confinamiento y por la posible aplicación de un pasaporte de vacunación para luchar contra la pandemia del Covid-19. Los manifestantes se han concentrados en el centro de la capital británica. El lema es "Acción en vez de palabras" y ha alterado la vida pública londinense.

Como bien dice un representante del gobierno: "Esta actitud no es libertad de expresión... sino debacle en el orden público que altera la vida de los demás".

Desgraciadamente esta peligrosa nueva tendencia de protesta se está extendiendo por el mundo.