Raul Tortolero

PANAMPOST

 

No sólo se trata de “Salvar a América” -es decir a Estados Unidos-, sino de salvar a todo el continente y de salvar a Occidente completo, al mundo de la cristiandad, atacado con estrategias de la revolución cultural china de Mao Tse Tung.

Donald Trump, en su primer acto de campaña de cara a las elecciones presidenciales de 2024. Todo ha empezado ya. Sábado 25 de marzo de 2023, en Waco, Texas. Y Estados Unidos está en la disyuntiva de hundirse más en el lodo woke actual, o bien, levantarse y defender los auténticos valores de su patria.

Sin duda es el personaje que más está consciente de la situación actual que vive Estados Unidos. De la real. Trump mostró con sus palabras en este rally que es quien ha hecho el mejor análisis de la situación interna, con la inflación a tope, un gobierno demócrata cuya bandera es el supremacismo progresista -el aborto, la ideología de género, la teoría crítica de la raza, infancias trans, y el sesgado DEI en las escuelas (“diversity, equity, and inclusion”), con una política irresponsable de migración descontrolada, un deep state globalista y corrupto, y con aumento en los índices del crimen.

Y en cuanto a la política exterior, hoy todo mucho peor que cuando Trump era presidente: la guerra blanda del comunismo chino contra Occidente deja ver sus avances en que no detiene la exportación ilegal de fentanilo o sus precursores, usa TikTok para ideologizar destructivamente a los jóvenes, y hasta pasea sus globos espías para mostrar quién manda ahora en el mundo, incluyendo en el cielo estadounidense.

Y eso no es todo. Xi Jinping y Vladímir Putin estrechan los lazos de sus países, como nunca antes, perfilando el concepto de «Eurasia», como nueva hegemonía geopolítica, para destronar a Occidente, a la OTAN y al dólar. Corea del Norte se mueve a sus anchas, y en Hispanoamérica reina el socialismo sirviente del nuevo colonialismo del Dragón Rojo, el de Mao, el de Xi Jinping, reelegido por tercera vez.

No sólo se trata de “Salvar a América” -es decir a Estados Unidos-, sino de salvar a todo el continente y de salvar a Occidente completo, al mundo de la cristiandad, atacado con estrategias de la revolución cultural china de Mao Tse Tung, que puestas al día son las ideologías, leyes y políticas públicas woke, útiles para hincar, confundir, destruir nuestros valores milenarios.

Por eso Trump es un ícono de la defensa de Occidente, y no como lo pintan los centroizquierdistas o los progres. No es ningún millonario excéntrico obsesionado con el poder, sino, antes bien, casi la única opción de reconstrucción de los fundamentos cristianos y de los padres fundadores de EE. UU.

Contrario a los dichos de los agoreros del mal, el republicano con mayor preferencia entre los militantes de su partido, no llamó a causar ningún desastre, ni mucho menos, en caso que fuera detenido. La gente portó en Waco carteles que denunciaban una “cacería de brujas” en su contra. Había en el público hispanos y negros, asiáticos, pelirrojos, por igual.

El New York Times, faltaba más, como siempre, atacando a los republicanos y en lo personal, dándose vuelo contra Trump. «Trump ya no controla a su movimiento», fue el título de su nota sobre el rally en Waco. «No vi a ningún verdadero líder en el escenario de Trump, ni siquiera al propio Trump. Vi una colección de seguidores, cada uno compitiendo por el afecto del verdadero poder en Waco, la turba populista adulada», decía un fragmento de lo escrito por David French.

CNN no se quedó atrás. Sus comentaristas refirieron que el hecho de que el rally fuera en Waco, indica que Trump de alguna manera estaría incitando a la violencia. Otros medios pro Biden, o pro demócratas, dieron por hecho que no reunió tanta gente como dijo, o que es una amenaza al transexualismo, sobre todo en los deportes.

La agenda progresista representa la disolución de un Estado que gobierne para todos, y todos sean iguales ante la ley, cambiándolo por una dictadura de minorías hiperideologizadas e iracundas, por una dictadura de las «víctimas».

La metáfora de iniciar la campaña en Waco se puede leer de otra manera, haciendo a un lado de la ecuación al líder de la rama davidiana: la gente tiene derecho de vivir su libertad religiosa y sus valores, y de defenderse, contra un deep state abusivo. Pero Trump ya lo dijo el 6 de enero de 2021: su movimiento es pacífico, y todo quien cometa algún acto de violencia, queda fuera en automático.

https://panampost.com/raul-tortolero/2023/03/28/trump-en-waco-en-juego-mucho-mas-que-una-candidatura/