Por Gabriela Moreno

PANAMPOST

 

El régimen de Cuba respalda programa espacial de China a cambio de la entrega de recursos a La Habana para incentivar agricultura.

Los absurdos en los que incurre el régimen comunista de Cuba son cada vez peores. Ahora, el castrismo ofrece a China ayuda para colaborar con su programa espacial que pretende resolver los enigmas de la galaxia, Vía Láctea y los planetas del Sistema Solar, cuando la isla carece de experiencia en astrofísica y cosmonáutica

La paradójica promesa quedó suscrita con la firma de Declaración de Wuhan,  en la provincia de Hubei, en medio del X aniversario del establecimiento del Foro China- Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños  (CELAC), divulga 14yMedio.

Las partes tienen intereses, entre ellos, lograr la entrega de recursos desde Pekín para “la planificación agrícola, los estudios meteorológicos, la prevención y reducción de desastres” en Cuba, a cambio del apoyo al programa espacial del gigante asiático que estima multiplicar la aplicación de comunicaciones satelitales, tecnologías de navegación y observación terrestre.

Alianza con intereses

A China le favorece la disposición de Cuba con su programa espacial, debido a que ofrecerá entrenamiento para un “estudio del espacio profundo como motor de desarrollo del conocimiento, la tecnología y la industria”.

Sin embargo, detrás de la capacitación está la oportunidad de abrir instalaciones chinas con fachada científica, con el fin de impulsar el espionaje en la región con aparatos sofisticados. Las sospechas al respecto tienen antecedentes.

De hecho, ya China instaló una antena de 35 metros operada por el Ejército chino en Argentina –la célebre Estación del Espacio Lejano– e incluso, una parabólica rusa en Nicaragua.

Pekín admite que “la cooperación espacial es una fuerza indispensable para las relaciones Sur-Sur”, dijo en el foro de Wuhan, Zhang Guoqing, viceprimer ministro del Consejo de Estado chino, a nombre de Xi Jinping.

Recuerdos para sobrevivir

La administración de Miguel Díaz-Canel intenta encajar en el acuerdo de colaboración espacial con China. Para ello, destacó la colaboración entre rusos y cubanos que posibilitó la misión de la Soyuz 38 hace más de cuatro décadas donde el cosmonauta oriundo de la isla, Arnaldo Tamayo, logró embarcarse.

Hoy, reavivar ese despegue de Tamayo desde el cosmódromo de Baikonur, en Kazajstán, el 18 de septiembre de 1980, que terminó con el acoplamiento a la estación orbital Saliut-6 tripulada por los cosmonautas soviéticos Leónid Popov y Valeri Riumin, es sencillamente ridículo.

El régimen cubano participa sin nada nuevo para presumir. Sus medios ocultan los atrasos. Insisten en que “explorar el universo es un sueño común de todos los países del orbe”. En ese sentido, recalcan que “el gigante asiático no se queda con todo el pastel, sino que promueve la participación de la comunidad científica internacional de manera inclusiva”.

DICTADURA SIN CONDICIONES

El esfuerzo mediático del régimen cubano es inútil al respaldar iniciativas sin condiciones para empujarlas. Todo es parte de una práctica estratégica para mantener las relaciones frescas con sus aliados ideológicos que avanzan a un ritmo inalcanzable.

Figurar para una firma es la única opción cuando China ya logró alunizar la sonda Chang’e 4 en la cara oculta de la Luna -primera vez que se logra- y llegar por primera vez a Marte, convirtiéndose en el tercer país -tras Estados Unidos y la extinta Unión Soviética- en ‘amartizar’ sin necesidad de La Habana.

China envió hace tres meses un microorganismo primitivo al espacio para estudiar su capacidad de sobrevivir en condiciones similares a las de Marte. El objetivo es entender mejor el potencial de vida extraterrestre.

El microorganismo, del grupo de las arqueas, habita en entornos sin oxígeno, como el fondo del mar, los arrozales o el estómago de los rumiantes. Fue transportado por la nave de carga Tianzhou-7 a la estación espacial de China, donde será sometido a pruebas de resistencia ante radiación cósmica, microgravedad y temperaturas extremas.

Aún en evidente desventaja, La Habana pretende imitar a Rusia, país que junto a China estudia la posibilidad de emplazar en la superficie de la Luna una instalación energética nuclear entre los años 2033 y 2035. De hecho, el plan es coordinar el montaje de la instalación energética con robots para evitar exponer a su personal al peligro de la radiación.

https://panampost.com/gabriela-moreno/2024/04/26/insolito-cuba-ofrece-colaboracion-espacial-a-china/