Por Fernando J. Milanés, MD

 

El sueño americano o sueño estadounidense (en inglés: (American Dream) es una de las ideas que guían la cultura y sociedad de los Estados Unidos a nivel nacional. Más concretamente, el sueño americano suele referirse a los ideales que garantizan la oportunidad de prosperar y tener éxito para lograr una movilidad social hacia arriba. Estos ideales suelen ser la democracia, los derechos civiles, la libertad, la igualdad y la oportunidad. El historiador James Truslow Adams definió el sueño americano en 1931 de esta manera: "La vida debería ser mejor y más rica y llena para todas las personas, con una oportunidad para todo el mundo según su habilidad o su trabajo, independientemente de su clase social o las circunstancias de las que proviene."

Nota del autor:Los atractivos de nuestro País, no deben ser fijados en la adquisición de bienes proveídos por un gobierno, si no la libertad de tener la oportunidad de obtenerlos por su trabajo y esfuerzo. Para poder distinguir unos inmigrantes de otros se necesita una frontera vigilada. La presente anarquía solo servirá para lograr la “pesadilla americana”. El único objetivo es obtener votos con prebendas y promesas falsas. El resultado será el control de la población y un resultado igual a los desastres que han ocurrido en otras Naciones, como Cuba y Venezuela!

Mucho se habla de lograr el sueño americano, pero pocos lo entienden. El denominador común del “sueño”, es el logro de riquezas. Inmigrantes vienen de todas partes del mundo, con el afán de obtener una casa, automóvil, y otros placeres materiales que no tienen en sus países y que observan en abundancia en este.

En las últimas décadas ha existido un cambio fundamental en la manera de realizar estos logros. El componente original de nuestro País, definido por sus creadores y plasmado en la constitución y la llamada carta de derechos, fue la garantía de libertad y oportunidad para todos y fue interpretado por los habitantes como una posibilidad de que a través del trabajo y el ahorro, se mejorarían las condiciones de sus vidas.

En el periodo después de la segunda guerra mundial y el florecimiento de la industrialización y la tecnología, comenzaron los esfuerzos de la ciudadanía a producir bienes materiales como resultado de sus sacrificios. En un sistema capitalista, donde el dólar es rey, estos bienes se convirtieron en el mito de “trapos a riquezas”, personificados en los personajes de Horacio Alger, donde perseverancia, trabajo, disciplina, ahorro, etc., convertían a sujetos pobres en ricos. Por que las ideas de “el trabajo paga deudas” y que con independencia y oportunidad no solo se logran bienes materiales, sino paz espiritual y felicidad, se convirtieron en la necesidad de una gratificación instantánea?

Porque la realización del sueño, paso de ser una consecuencia del trabajo y el ahorro a un derecho? Porque la responsabilidad sobre nuestra vida, buena o mala, paso de nosotros a los demás?

Quizá en un capitalismo exagerado, una tecnología avanzada y una pérdida de las bases morales, religiosas y familiares se encuentren respuestas. Todos quieren ser millonarios, pero inmediatamente, sin sacrificio ni riesgos. Abundan los tramposos y los ingenuos que los alimentan. Buscamos gobernantes que nos garanticen casa, comida, transporte, educación, salud, y retiros y tenemos políticos que nos complacen, sin importarles las consecuencias.

Estamos en la realidad de un sistema capitalista donde abundan las ideas de fortunas inmediatas, y domina la delincuencia con un gobierno que estimula derechos que no existen y promete ayudas imposibles de cumplir. Pronto el sueño americano se convertirá en una pesadilla.

Tenemos que regresar a nuestros valores básicos e inculcar a nuestros hijos sentimientos de sacrificio, trabajo, religiosidad, ayuda al prójimo y sobretodo que una vida realmente feliz no se logra con materialismo instantáneo, sino con la tranquilidad de haber vivido independientemente, con esfuerzo personal, sin exigir ni desear, y con el convencimiento que lo material que se obtuvo, si fuera el caso, fue siempre secundario a haber vivido éticamente. Las tentaciones son muchas, y los peligros abundan, pero se juega la supervivencia de este gran País y el resultado depende de la voluntad y rebelión hacia los que nos desean controlar de parte de cada de nosotros, el pueblo!