Por Alan M. Dershowitz

 

Entre los grupos que vienen apoyando las violaciones y decapitaciones, los asesinatos en masa y los secuestros de judíos por parte de Hamás se encuentran algunos que pretenden hablar en nombre de los gays, los judíos, las feministas y los progresistas. Si fueran a Gaza, serían asesinados por Hamás.

Hamás no tolera a los homosexuales, los judíos, las feministas, los progresistas. De hecho, entre los decapitados, violados, quemados vivos, asesinados y secuestrados por Hamás había homosexuales, judíos propalestinos, feministas, progresistas y no judíos. Nada de eso le importa a Hamás. Si eres judío o israelí, o simplemente te interpones en su camino, eres blanco de su barbarie.

¿Por qué tanta gente perteneciente a grupos que Hamas pretende aniquilar apoyan a esta organización racista? La respuesta es clara: esos fanáticos odian a los judíos y a su Estado-nación. Esto no tiene nada que ver con el apoyo al pueblo palestino, horriblemente oprimido por Hamás. Si realmente quisieran apoyar al pueblo palestino, se manifestarían por su libertad de expresión, de prensa, de no ser utilizados como escudos humanos; por su derecho al proceso debido, a la igualdad ante la ley y, especialmente, para que se les libere de la corrupción y el gobierno represivo de sus propios dirigentes, algunos de los cuales están a salvo de la devastación que provocaron desde sus hoteles de lujo en Qatar. Tampoco apoyan a las minorías nacionales sin Estado, oprimidas o sometidas a ocupación. Esos fanáticos selectivos guardan silencio sobre los kurdos, los uigures y otras minorías que merecen su apoyo. Sólo se centran en los palestinos porque supuestamente están oprimidos por los judíos. Es el odio a los judíos, no el amor a los palestinos, lo que les motiva.

Recordemos que estas muestras de apoyo a los terroristas de Hamás comenzaron incluso antes de que Israel hubiera respondido a la barbarie de Hamás. Fueron muestras de apoyo a lo que Hamás hizo a judíos inocentes: a las violaciones y decapitaciones, a los asesinatos en masa, los secuestros y las torturas demasiado indescriptibles para mostrarlas. Fue la caza de judíos lo que estimuló esas manifestaciones de antisemitismo. Hubo pocas críticas a Hamás por lo que hizo. La demonización más feroz fue contra Israel por lo que es: el Estado-nación del pueblo judío . No importa que haya muchos Estados árabes y musulmanes. Como es típico de los matones, la caza de los judíos se produjo cuando Israel estaba en su punto más débil y vulnerable, y aún lamentaba la pérdida de tantos civiles inocentes.

Entre los partidarios más hipócritas de Hamás se encuentran los "Gays por Gaza". Banderas arcoíris y carteles que identificaban a los manifestantes como homosexuales abundan en las manifestaciones antiisraelíes que piden el fin de Israel. En Gaza, esos carteles son ilegales. Cualquiera que los exhibiera sería asesinado, al igual que el comandante de Hamás Mahmud Ishtiwi, que al ser sorprendido manteniendo relaciones sexuales con otro hombre fue rápidamente torturado y asesinado.

"Los varones homosexuales de Gaza buscan asilo en Israel". Tel Aviv se encuentra entre las ciudades que más aceptan a los homosexuales. Pero nada de esto les importa a los fanáticos homosexuales: anteponen su odio a los judíos a su preocupación por los palestinos homosexuales.

Aún peor es el grupo mal llamado Jewish Voice for Peace ("Voz Judía por la Paz"), que durante mucho tiempo ha servido como coartada para Hamás y otros grupos terroristas antiisraelíes. Se declara antisionista y se opone a la existencia de Israel, pero muchos de sus miembros y partidarios son abiertamente antisemitas.

Si sus miembros judíos (muchos no lo son, a pesar del nombre de la organización) intentaran protestar en Gaza, serían asesinados o secuestrados. Hamás, al igual que los nazis, no distingue entre judíos en función de su adscripción política, como lo demuestra el hecho de que algunos de los judíos asesinados el 7 de octubre eran críticos del Gobierno israelí y tal vez incluso del sionismo. Pero eso no les importaba a los violadores y decapitadores de Hamás. Para ellos, un judío es un judío, independientemente de si pertenecen a JVP o al Likud.

Luego están las feministas, los progresistas y los sindicatos que apoyan la brutalidad de Hamás y se oponen a la existencia de Israel.

Hamás es uno de los grupos más antifeministas del mundo. Somete las mujeres a los caprichos de sus maridos y padres, y tolera, si no alienta, las golpizas a las esposas y los "asesinatos por honor" de mujeres que supuestamente deshonran a sus familias.

Hamás encarcela a los críticos progresistas y no permite sindicatos independientes. Explotan a los trabajadores y utiliza a los niños como mano de obra y como soldados. Pero ni una sola palabra de crítica por parte de los fanáticos que están dispuestos a condonar a Hamás su fascismo mientras siga asesinando judíos. Si esto no es antisemitismo, no sé qué lo es.

Sí, los judíos también pueden ser antisemitas. También pueden serlo los gays, las feministas, los progresistas, los socialistas y otros miembros de la extrema izquierda. Hitler era vegetariano. Algunos nazis destacados eran homosexuales. Gertrude Stein, colaboradora nazi, era gay y judía. Muchos estudiantes y profesores universitarios, no sólo en Alemania sino en Harvard, Yale, Georgetown y otras universidades estadounidenses, apoyaron a la Alemania nazi en la década de 1930. Los nazis de hoy son los terroristas de Hamás. Los facilitadores actuales del nazismo son los estudiantes y demás que apoyan a Hamás. La Historia los juzgará del mismo modo que ha juzgado a los colaboradores del nazismo

https://es.gatestoneinstitute.org/20170/nazis-son-hamas