Héctor Julio Cedeño Negrin

Periodista Independiente de Cuba.

La Habana, 27 de abril de 2023.

 

Inmovilismo le llamaron al período en el que gobernaba la Unión Soviética, Leonid Ilich Brezhnev, entre los años 1964 y 1982, aunque se deben agregar los períodos en que gobernaron Yuri Andropov, entre 1983 y 1984, y el periodo en que gobernó Konstantin Chernenko del 84 al 85, que terminó con la llegada de Mijail Gorvachov en el propio año de 1985.

En el tiempo del inmovilismo soviético, todo quedó congelado en la Unión Soviética. La economía, la política y toda la sociedad comunista. Pero el afán de Mijail Gorvachov por reformar un sistema fracasado, terminó dando al traste con el imperio marxista.

Tan estancado y petrificado estaba aquel sistema, que un simple movimiento para reformarlo terminó por derrumbarse. Por ello el comunismo es tan anti-democrático. Con solo un poco de libertad de información y algo de transparencia política, el régimen tiránico y totalitario se extinguió. Eso lo provocaron sólo la llamada "Perestroika" y la "Glasnost".

El derrumbe del sistema soviético, llenó de inquietud a los dictadores cubanos. Generalizó el pánico e infundió terror por cualquier cambio. Se reveló, ante los ojos de Fidel Castro, de Raúl y del resto de sus acólitos, que un simple cambio podría derribar la dictadura.

Por todo ello el pueblo cubano reclama a gritos, una sucesión en el poder, pero los tiranos cubanos están aferrados. Persuadidos de no hacerlo, por ello declaran que son la continuidad de lo mismo, de un fracasado régimen de oprobios que no puede tener futuro.

La "nueva” administración de la dictadura, está tan desprestigiada y desgastada, que el pueblo en masa la cuestiona y la rechaza. Pocos aprueban su gestión y la impuesta reelección, aunque aclamada por la encumbrada oligarquía comunista y por sus abominables focas amaestradas, es repudiada masivamente por la ciudadanía.

Esta nueva asamblea nacional es algo más reducida en número, que la anterior. Tiene cuatrocientos setenta “comprometidos”, porque la anterior tenía seiscientos doce, pero sin causa y sin efecto, porque ninguno jamás votó en contra de algo. Salvo Mariela Castro que lo hizo una sola vez.

La asamblea anterior, tenía más parlamentarios que la Cámara y el Senado estadounidenses, juntos, constituidos por quinientos treinta y cinco legisladores. Y que representan a cincuenta estados de la unión americana, equivalentes a cincuenta naciones. Cada una de ellas, más importantes y más productivas, que Cuba.

La situación de la Unión Soviética, en tiempos del inmovilismo, se parece mucho a la de la Cuba actual, aunque Cuba esté mucho peor económica y socialmente, dado el innegable fracaso de la doctrina comunista. Independientemente de la importancia geopolítica que pudiera tener, la isla esclavizada a orillas de los Estados Unidos, su anhelado destino salvador.

A esta misma hora, el “comunismo cubano” está al borde del colapso. Este sistema ha destruido la industria, incluyendo la azucarera, desmanteló la agricultura, la ganadería, el ferrocarril nacional, la generación eléctrica, las refinerías de petróleo, las gasolineras y la gasolina. La salud pública y la privada, la educación de todo tipo, los negocios más florecientes, la pequeña empresa, el comercio, la gastronomía, el copón divino, y el etc, etc, etc.

El totalitarismo comunista además, ha pulverizado la moneda cubana en estos sesenta y tantos años de dictadura. Una moneda convertible que solía estar a la par del dólar estadounidense, es hoy solo una caricatura, su convertibilidad se esfumó y su valor de hoy, se acerca a los doscientos pesos por dólar, algo impensable en otra época.

Este es un sistema que no puede resolver, ni en parte, las necesidades más perentorias de la población cubana. Cada vez se hunde más, en el lodo, sin que pueda verse el final del pantano. Hoy el país, tan entrampado, no tiene crédito ni credibilidad a nivel interno y mucho menos a nivel internacional. Los gobernantes cubanos, no tienen ni siquiera, una pizca de vergüenza.

La Cuba de hoy, está mucho peor que la Cuba de cualquier época, porque el hambre, la miseria, la desidia, la envidia y la traición, se han apoderado de este país y se ha extendido a nivel nacional. Hoy se enseñorean, por toda la nación.

Hoy existe incluso hambruna, en un país tan fértil. Hambruna, que cada día se profundiza y penetra en las más diversas capas de la población, a niveles increíbles y en todas las regiones del territorio nacional.

La inflación galopante, se traga los salarios de los trabajadores, sin misericordia y como por arte de magia y los gobernantes cubanos, ineptos e impasibles, son incapaces de encontrar la solución. Mientras en los medios de comunicación masiva, solo se escuchan consignas triunfalistas y altisonantes, que nadie comparte ni escucha.

Los culpables de tanta miseria, son ellos mismos. Esos que se reúnen cada día en el cebadero. Donde parecen vacas de engorde, compitiendo entre sí, para ver quién come más en los permanentes; "almuerzos de trabajo".

Donde no se aburren de expresar, toneladas de mentiras, exhibiéndose cada día, ante las cámaras de la televisión cubana y la extranjera, sin vergüenza ni recato, mientras que el pueblo que los aborrece, se muere de hambre e inanición.

El estado, que son también, ellos mismos, es directamente responsable de los precios exorbitantes impuesto en todos los mercados, sino, que me dicen de las tiendas en "MLC". Sencillamente, son precios abusivos. Son ellos, verdaderos mafiosos, extorsionadores de la población, simples delincuentes y estafadores.

De cada dólar o euro que envían familiares y amigos, la mafia castrista se queda con más del setenta por ciento, de su valor, en un alarde de usura, equiparable con lo que hacía el padre de los tiranos, con sus obreros allá en Sevillas de Biran. A los que les pagaba con bonos, siendo el, hasta el dueño de la tienda del batey y de la farmacia del pueblo.

Sus braseros, muchos de ellos, llegados desde Haití, no veían ni la cara del mártir plasmada en los billetes. Estos de hoy se enriquecen con dólares y euros de las remesas familiares, mientras los ciudadanos solo reciben dinero digital invisible, que solo se registra en las tarjetas controladas por ellos por medios electrónicos.

A ese dinero, le comienza a llamar la población, dinero plástico, donde tampoco se puede ver el mártir que aparece en el billete y mucho menos, el prócer norteamericano o europeo que lo respalda, tanto en dólar como en euro.

También los productos agropecuarios, mantienen precios abusivos y los vendedores prefieren botarlos podridos, que bajar su valor. Hay todo un clan conformado, no se sabe por quién, donde cientos de carretilleros venden para un dueño invisible y ni siquiera pueden rebajar el precio de las mercancías, porque según dicen, no son de ellos.

Hoy, la inflación, que diseñaron Alejandro Gil Fernández y su club de “sesudos sin cerebro”, resulta que tenía inteligencia artificial y se siguió inflando por sí misma. Todo el plan para controlar los precios fracasó y siguen por las nubes, sin intención de bajar.

Para que los precios bajen, habrá que cazarlos con helicópteros y las medidas diseñadas para que aumentara la producción agrícola, tampoco funcionaron, aunque si estimularon las carencias y la especulación. Por tanto, todos los planes de los gobernantes cubanos, han sido un verdadero fracaso.

Cuba está sumida, en el mismo inmovilismo que los soviético inventaron, en los años sesenta y vemos un panorama, muy parecido al de la Unión Soviética de aquellos tiempos, solo falta que aparezca, el nuevo Gorbachov de estos tiempos, para tratar de producir aquellos cambios y ver si se logra mantener o se derrumba el comunismo.

Ese Gorbachov deberia venir, directamente, de clase militar, del generalato más joven de las Fuerzas Armadas o de ciertos sectores de la Inteligencia Militar, porque ahí está el estamento más potente y el menos relacionado con la represión de la dictadura. No del Ministerio del Interior, más comprometido con la tiranía y su brazo armado, donde se encuentran los más connotados esbirros y represores y los carceleros más despiadados del régimen.

Algo así ocurrió en la Rumanía de Nicolae Ceausescu, donde las Fuerzas Armadas lavaron la honra de la nación, derrotaron al cuerpo de élite creado por los tiranos para su protección y que imponía también la más despiadada represión contra todo el pueblo rumano. Las Fuerzas Armadas neutralizaron a la “Gestapo rumana” y fusilaron sumariamente a los tiranos, Ceausescu y su mujer.

Ahora en Cuba se eligen y se re-eligen ellos mismos, proclamando la farsa como si fuera un carnaval. Ni siquiera se avergüenzan del desprecio y del repudio del pueblo cubano, que no para de expresarlo, sin miedo en cada cola y en cada esquina, asqueado por los sesenta y cuatro años de dictadura y Diaz-Canel (sin casa), habla de su popularidad.

Ahora algunos ponen sus esperanzas en las “Mipymes”. Algo en lo que me he fijado, es en cómo las llaman, demostrando una tremenda ignorancia, incluso de los propios gobernantes. Las llaman Mipymes, cuando deberían decir, las micro, las pequeñas y las medianas empresas y no llamarlas como si se tratara de las tres categorías a la vez.

Las “Micro Empresas”, son empresas que pueden tener, entre uno y hasta veinte trabajadores, las “Pequeñas Empresas”, pueden tener, entre veinte y doscientos trabajadores y las “Medianas Empresas”, entre doscientos y quinientos trabajadores. Esa es la verdadera clasificación o si no, que busquen los registros internacionales.

Ese sistema de empresas, es antiquísimo y fue Fidel Castro quien acabó con las Mipymes cubanas. Eso fue en el año de 1968, en lo que el sátrapa llamó "La Ofensiva Revolucionaria". A pesar de que los antiguos miembros del Partido Socialista Popular, se opusieron tenazmente al proyecto arbitrario del tirano.

Ese fue un verdadero fracaso de la tiranía totalitaria. Hoy le han puesto la marcha atrás, como símbolo del desgastado disparate. Recuerdo que mi tío paterno, tenía un exitoso Taller de mecánica automotriz, junto a mi padre. Él era mecánico y mi padre el chapista. El taller estaba situado en el kilómetro 12 de la Carretera al Níspero, en San Germán, provincia de Oriente.

Fidel y sus bolcheviques, arrasaron con todo, incluido tres Jeep Willys desarmados, cuya posecion era completamente legal, los Jeep, se encontraban en el taller. Uno de esos vehículos desarmados, sería para mi, cuando cumpliera la edad reglamentaria para sacar la licencia. Que rabia sentí cuando me quede sin el Jeep, aunque solo tenía catorce años.

Intervinieron aquel taller, que era el sustento de mi familia, además la de varios otros empleados. Se lo llevaron todo, incluso un torno que no era parte de la microempresa. Mi tío del tiro, se volvió gusano y no soportó jamás a la mal llamada revolución. Como bien dicen, cuando le pisaron el callo se le viró a Fidel.

Las Mipymes además, han conseguido que el estado-gobierno, haya renunciado al monopolio de la importación y la exportación, como si se quisieran marginar del sistema bancario y financiero internacional. Puede ser que de esa manera, piensen que se pueden enmascarar, para no pagar la multimillonaria deuda, de miles y miles de millones de dólares, que tienen con el mundo entero y que desde Fidel Castro la consideraron impagable.

Así anda la situación, de la Cuba real y no la ficticia que cuentan los tiranos y los medios de falsificación de la dictadura.