Por George Chaya
Infobae
El nuevo jefe de las operaciones rusas en Ucrania, conocido como el “carnicero de Siria” por su brutal accionar en defensa de Bashar al-Assad, tiene como “objetivo principal” eliminar al presidente.
Por orden directa de Vladimir Putin el nuevo armado del tablero militar ruso para Ucrania incluye un re-diseño táctico-estratégico sobre el terreno a cargo del general Alexander Dvornikov. El nuevo comandante ruso llega precedido de una reprochable reputación que lo sindica como “el carnicero sirio” por su actuación en la guerra civil del país árabe. Allí condujo ataques conjuntos de “contratistas” rusos y fuerzas leales al dictador sirio Bachar al-Assad, las que bajo sus órdenes arrasaron la ciudad de Alepo y la totalidad de la región de Duma.
Las operaciones militares a cargo de Dvornikov en Siria son investigadas actualmente por un tribunal alemán que aplicó el principio de jurisdicción universal para crímenes de guerra por el uso de armas neurotóxicas. La investigación está centrada sobre los mandos de tropas rusas y sirias quienes también utilizaron bombas racimo sobre población civil, las que están prohibidas por un Tratado Internacional firmado por 37 países en 2008. Estos hechos le han valido a Dvornikov su incorporación a un listado de militares rusos y sirios sancionados por el Reino Unido y ser incluido en la investigación por crímenes de guerra en el expediente que tramita en Alemania.
Considerando los antecedentes del general Dvornikov, Washington, Bruselas y la OTAN manifestaron preocupación por el reciente nombramiento del controvertido comandante por parte de Vladimir Putin. La Unión Europea (EU por sus siglas en inglés) ha sugerido que la designación enciende luces rojas sobre las semanas por venir en la guerra en curso.
El Brigadier Kevin Ryan, ex-agregado militar de Washington en Moscú, quien desde su retiro se desempeña como asesor del Centro Belfer, declaró a la prensa estadounidense que Dvornikov contará bajo su mando con un gran número de tropas de recambio en el frente ucraniano. La totalidad de esas tropas han sido puestas a su disposición el pasado martes por orden directa de Vladimir Putin e incluye las fuerzas de tierra, mar y aire; por lo que queda claro que cuando días pasados analistas militares occidentales mencionaron una retirada rusa de las adyacencias de Kiev y hablaron de una guerra casi perdida por Moscú, de momento las cosas no parecen ser de ese modo a pesar la encomiable resistencia ucraniana y más allá del impacto que ha generado en Moscú el hundimiento -el pasado jueves- del buque Moskva, nave insignia de la armada rusa en el Mar Negro.
Agencias de inteligencias occidentales se refirieron diez días atrás al movimiento ruso como un repliegue, no como una retirada final y definieron los hechos como una táctica de reagrupamiento, lo cual está ocurriendo desde la última semana, por lo que se espera una inminente contra-ofensiva rusa con operaciones masivas que incluyan bombardeos de saturación con artillería pesada, fuerza aérea y sistemas misilisticos.
Por estas horas, los combates continúan intensamente al Sur de Ucrania y en la región Este del país, lo que demuestra que las agencias de inteligencia occidentales estaban en lo cierto en sus análisis del movimiento ruso y que los ataques con artillería y misiles, así como los bombardeos aéreos, continúan en grandes extensiones del territorio ucraniano, lo que configura la estrategia de “tierra arrasada” que le agrada al comandante Dvornikov, y en ello se encuentra el motivo por el que Vladimir Putin lo escogio para revertir el irregular rendimiento de sus fuerzas militares en Ucrania.
Por otra parte, informes satelitales de la OTAN indican que el general Dvornikov está concentrando fuerzas al Este del país, una zona que volvió a ser atacada intensamente por los rusos. Sin embargo, existe un “plan adicional” que acompaña las órdenes de acciones ofensivas del general Dvornikov, que no sólo buscará tomar con éxito la capital, Kiev; sino que por orden directa del presidente Putin se ha dado a “la caza del presidente Volodimir Zelensky”, a quien la CIA estadounidense informó que es el objetivo primario de una Brigada de comandos especiales rusos dividida en dos secciones de unos 80 hombres altamente entrenados para acabar con su vida.
La comunicación de la CIA se produjo hace ocho días, por lo que Zelensky y su equipo se encuentran en constante movimiento desplazándose en la zona Oriental ucraniana, desde el centro al Norte, evitando el Sur por su cercanía con Crimea, donde los comandos rusos establecieron su base operacional y desde donde planifican la caza de Zelensky. La inteligencia estadounidense especula con que esa fuerza especial ya opera detrás de las líneas ucranianas en la ciudad portuaria de Mariupol, la que ha sido destruida por los bombardeos rusos y está cercada desde el inicio de las acciones militares de febrero.
Según la agencia estadounidense, la orden de Putin al general Dvornikov ha sido directa y terminante. Putin pretende la eliminación física de Zelensky y su equipo para descabezar la resistencia ucraniana, por lo que el riesgo sobre la integridad física del presidente creció peligrosamente, igual que para sus asesores cercanos y sus jefes militares, quienes reforzaron su seguridad siguiendo lo indicado por la información de inteligencia. Un ataque de decapitación ruso sería inminente y ya fue intentado por Moscú al menos dos veces desde el 24 de febrero.
Según Washington, Rusia busca cambiar rápidamente el rumbo de la guerra asesinando al presidente ucraniano. Actualmente, los avances que desarrolló la industria militar son letales y el peligro para Zelensky es extremadamente alto dada la tecnología de vigilancia electrónica que puede brindar a los rusos la información sobre su paradero en tiempo real si el presidente no es rigurosamente cuidadoso en sus movimientos.
El grupo de trabajo cercano a Zelensky es pequeño y se mueve de un lugar a otro evitando usar teléfonos celulares, incluso el propio teléfono satelital del presidente Zelensky que ha sido monitoreado de forma constante por la tecnología de la inteligencia rusa ha sido cambiado. Además, la seguridad de Zelensky debe resguardarse de otras amenazas potenciales como el circuito secreto de cámaras que los militares rusos instalaron en ciudades que ocuparon y de las que se han replegado; los mandos rusos saben que Zelensky tiene en agenda visitar esas ciudades y ese peligro debe ser considerado según el informe de la CIA. También la tecnología de detección de voz en esos y otros lugares, la que podría identificar a Zelensky cuando habla ha sido bloqueada con ayuda de la OTAN dado el peligro letal que emerge de los Drones rusos, ya sea que se activen de forma remota o se configuren por medio de un temporizador que puede obtener información en tiempo real sobre movimientos de la caravana presidencial. Con la información obtenida de cualquiera de esas tecnologías, Moscú puede ejecutar ataques aéreos o de misiles ultrasónicos que impactan su blanco según la distancia entre los dos y cuatro minutos de ser disparados.
Potencialmente habrá muchas otras amenazas en los próximos días para el presidente ucraniano. También preocupa a Bruselas y Washington lo que puedan hacer las fuerzas rusas reorganizadas con hombres de más experiencia y nueva tecnología en el campo de batalla al Este y al centro de Ucrania cuando busquen reafirmarse en el terreno durante las próximas semanas. Sin embargo, la mayor preocupación es un ataque directo contra Zelensky para descabezar la resistencia de las fuerzas ucranianas. Eso es lo que busca Vladimir Putin, ya lo ha intentado antes y es altamente posible que lo intente de nuevo con el general Alexander Dvornikov, su nuevo comandante de operaciones en Ucrania.