Por: Lcdo. Sergio Ramos

San Juan, Puerto Rico a 30 de marzo de 2024

 

En los últimos tiempos hemos vistos producirse una serie de acontecimientos en Cuba que denotan un claro resquebrajamiento del régimen dictatorial castro-comunista, al tiempo que se incrementa el malestar de pueblo, el cual, está despojándose del miedo e incrementando la rebeldía popular en contra el régimen.

Desde las masivas protestas del 11 de julio de 2021 hasta las más recientes ocurridas el pasado 17 de marzo de 2024, la dictadura ha estado en descenso.

El país está en quiebra, carente de divisas, con un bajísimo nivel crediticio en el mercado internacional, lo que le limita la adquisición de productos importados para poder resolver la seria crisis alimentaria que sufre el pueblo. A esto se añade la baja productividad en el reglón agrícola, la cual se ha desplomado toda vez que por razones intrínsecamente sistémicas del modelo económico estatizado, desestimula la productividad de los agricultores y los trabajadores, lo que genera grandes escases de productos agrícolas básicos, afectando la alimentación de la población al fomentarse el hambre de modo generalizado.

Otro factor que acelera la crisis, es que la escasez de los productos alimentarios genera un alza precipitada en la espiral inflacionaria, al tiempo que los salarios de miseria que recibe el trabajador cubano se mantienen bajos dada la incapacidad económica del régimen para poder pagar mejores y más altos salarios. Los actuales bajos salarios son insuficientes para que el cubano de a pie pueda comprar los productos alimenticios de la canasta básica. Actualmente, hay muchos dependen de las ayudas económicas y productos que les envían de los familiares del exilio, pero la gran mayoría del pueblo no recibe lo suficiente para su manutención.

Desde los inicios de la tiranía castrista, el sistema económico estatizado de Cuba tuvo que depender de los subsidios de las potencias y países extranjeros bajo regímenes izquierdistas. Sin embargo, hoy día los dos países que más proporcionaban bienes y petróleo, Rusia y Venezuela, ya no están en la misma posición y posibilidad de mantener los niveles de suministros de combustibles de antaño. Venezuela porque atraviesa una seria crisis económica y desajuste organizacional y administrativo en su organismo petrolero PDVSA.  Y Rusia por que la Guerra de Ucrania le limita y consume su producción de combustibles de modo considerable.

Para complicar el panorama económico del país, la quiebra económica por la que atraviesa el régimen, le limita en la adquisición de combustibles de otros paises productores de petróleo y gas, para abastecer la demanda para generación de energía eléctrica y para el transporte. A esto súmesele el serio deterioro de las plantas generadores de electricidad, muchas de ellas en muy mal estado, dada la ineficiencia y negligencia en el mantenimiento que estas han tenido a lo largo de décadas. El aumento de los apagones en el sistema de energía eléctrica también contribuye a la afectación de los niveles de productividad industrial, comercial y agrícola. Además, afecta la distribución del agua potable a las comunidades, a la agricultura, la industria y el comercio, haciendo mermar la productividad y la calidad de vida de los ciudadanos; y adicionalmente, incrementa los problemas sociales como la salud y el diario vivir del ciudadano.

En resumen, la crisis causada por la intrínseca improductividad sistémica del modelo de economía estatizada tiene hoy al pueblo cubano sufriendo de constantes cortes de energía eléctrica, falta de agua potable, escasez de gas, falta de alimentos, falta de medicinas, carencia de transporte, etc.

La dictadura ha tratado de poner parches para calmar a la descontenta población, distribuyendo migajas, tales como un poquito de arroz y leche en polvo que en nada resuelven la hambruna que sufre el pueblo. Mientras el régimen acapara cuantiosas reservas de arroz y leche en polvo en almacenes escondidos.

Otro hecho significativo, que constituye un importante factor generante del desastre sistémico-económico y del descontento popular, es que el régimen, copia de modelos estalinistas, ha creado una minoritaria casta privilegiada y hermética que ostenta el poder de modo absoluto y arbitrario, y la cual disfruta de todo tipo de riquezas, alimentación, lujos y comodidades mal habidas a costa de la corrupción desmedida y la explotación esclavizante de los trabajadores y agricultores.

Como resultado del sistémico desastre económico, el malestar y disgusto de la población se incrementa por días, estimulando la rebeldía popular tal como ocurrió en las del 11 de julio de 2021, y otras las muchas de menor escala que con frecuencia se producen cada día con más frecuencia en distintas partes del país, hasta las más recientes protestas del 17 de marzo de 2024 donde fueron tomadas las calles por los ciudadanos en Santiago de Cuba, Bayamo, Artemisa, Pinar del Rio, Santa Marta en Matanzas. Y hace unos días, durante Semana Santa, las protestas de motoristas en Holguín.

El proceso de desmoronamiento del régimen también se está produciendo calladamente entre los altos cuadros internos del régimen. Uno de los síntomas más relevante ha sido la reciente destitución del Ministro de Economía, Alejandro Gil, lo cual destapa el hecho de que existen ocultas grietas significativas entre los altos cuadros de la casta gobernante.

La dictadura está presentando claros síntomas de desmoronamiento sistémico, lo cual conllevará que la cúpula dictatorial entre en pánico y aumente la represión contra el pueblo. Pero ello no detendrá el debilitamiento de la dictadura ya que es un mal que solo se subsana con un radical cambio de sistema; o sea, de un país gobernados por pocos, a una democracia amplia y participativa; y de con una economía estatizada controlada por el estado, a una de libre mercado y libertad empresarial. Algo, que la casta gobernante del régimen sabe está impedido de hacerlo, so pena de perder el poder. 

El descontento y malestar del pueblo va cada día en aumento. Una situación que nos señala el momento propicio para incrementar la acción y rebeldía del pueblo de modo de que, en la medida que la dictadura de desmorona, el pueblo cubano se empodere para así recobrar su libertad.

Por lo que la presente situación nos convoca y conmina a todos los cubanos, dentro y fuera de Cuba, amantes la libertad y la democracia, dentro y fuera de Cuba, a apoyar, aumentar e intensificar la rebeldía popular de un extremo a otro de la isla, para elevarlo al nivel de rebelión total, permanente y sostenida contra la tiranía, hasta su total derrocamiento y erradicación para edificar el nuevo país libre, democrático y próspero “Con todos y para el bien de Todos” que anhelaba el Apóstol de la Independencia de Cuba, José Martí