Por: Lcdo. Sergio Ramos

San Juan, Puerto Rico a 12 de septiembre de 2023

 

La crisis socio-económica que atraviesa Cuba continúa agudizándose sin que el dictatorial régimen pueda, ni sepa, como resolver la situación.

Cada día que pasa la escasez alimentaria se agudiza más, incrementándose la falta de alimentos, agravándose el hambre y el sufrimiento del pueblo.

La producción de alimentos está estancada, toda vez que ha aumentado la improductividad de las tierras agrícolas controladas por el estado a causa de los bajos salarios que percibe el trabajador y lo inadecuado y obsoleto de los equipos y la falta de fertilizantes, herbicidas, y combustibles. A esto añádase las políticas anti-productivas del régimen como son las persecuciones contra los pequeños agricultores empobrecidos que son sancionados por el “delito” de sembrar y criar sus animales para luego tratar de venderlos al pueblo. 

Así, por ejemplo, vemos que para este 2023 solo se sembraron 68,000 hectáreas de arroz, cuando para cubrir la necesidad poblacional por ese producto básico en la dieta diaria del pueblo, que es de 600,000 toneladas anuales, hace falta sembrar 200,000 hectáreas de arroz según el propio Ministerio de Agricultura de Cuba.

Como consecuencia de esa ineficiencia productiva, el régimen está teniendo que importar $1,500 millones de dólares en maíz, frijoles, soya y arroz, productos cultivables en el país, para tan solo satisfacer una fracción de la demanda de la población por esos productos alimenticios.

La improductividad e ineficiencia administrativa estatal ha provocado un gran descenso en la producción de azúcar. Para la zafra del 2022-23 se estima un total de 350,000 toneladas. Una cifra que se parea con las zafras para los años de la Guerra de Independencia a finales del siglo XIX. Tal es el fracaso de dicha zafra que hay escases de ese producto que está siendo importado de otros países, incluyendo de los Estados Unidos. Hecho insólito en un país que otrora fuera la primera productora de azúcar en el mundo.

El incentivo para producir en las industrias y empresas estatales es nulo toda vez que los trabajadores perciben salarios de miseria que no alcanza para su sostenimiento y el de sus familias. El salario mínimo en Cuba es de 2,100 CUP que equivale a US$ 8.40 dólares al mes. El segundo salario más bajo de América después de Venezuela (otro país castro-comunista que es de US$ 8.00 mensuales); siendo en salario promedio de Cuba unos 5,000 CUP, lo cual representan US$ 20 dólares al mes. Sin embargo, dado el alto nivel de los precios de los productos básicos en Cuba, las familias cubanas, para poder satisfacer sus necesidades básicas, requieren un salario mensual de 32,000 CUP, o sea, el equivalente a US$ 128, partiendo que la familia promedio en Cuba tiene de 3 a 4 personas.

A esto se añade que actualmente Cuba sufre un acelerado incremento inflacionario de los productos en el país y la devaluación acelerada de la moneda cubana, haciendo precipitar la asfixiante pobreza que sufre el trabajador promedio. Al día de hoy la tasa de inflación en Cuba supera un alza del 40 % en una racha que viene en ascenso de años anteriores, pues el índice de precios subió un 70 % en el 2021 y un 40 % en el 2022. Tales tasas inflacionarias generan un estrangulamiento de la capacidad adquisitiva el trabajador cubano que percibe salarios de miseria.

Del mismo modo, las medicinas brillan por su ausencia complicándose el estado de salud de los enfermos y de los hospitalizados en instituciones carentes de la asepsia y los recursos para atender y resolver los problemas de salud de sus pacientes. De hecho, la entidad del estado BioFarmaCuba, reconoce la falta de 251 medicamentos básicos o sea del 40% de los fármacos para atender de demanda de medicinas en las farmacias y hospitales del país.

En el sector de la educación acabamos de ver el destape de la crisis educativa en el país cuando los estudiantes sufren de la carestía de libros, libretas y lápices necesarias para el nuevo curso escolar que empieza.

Mientras el pueblo pasa hambre y miserias contemplamos el patético contraste con la minoritaria oligarquía usurpante del poder. Los altos jerarcas del régimen residen en lujosas mansiones que un día fueron arrebatadas a sus legítimos dueños, mientras que el pueblo está obligado a vivir en viviendas inadecuadas, en constante deterioro por la falta de materiales y de recursos para su mantenimiento. Inclusive en los últimos tiempos se ha visto un incremento significativo de trabajadores y campesinos cubanos viviendo en ranchones improvisados. Al igual que se percibe un aumento de la indigencia en las calles de Cuba durmiendo en portales y parques. De hecho, de acuerdo a estadísticas del Banco Interamericano de Desarrollo e informes de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) en el país hay un déficit de 862,000 unidades de viviendas y más de 3 millones de cubanos carecen de una vivienda adecuada y digna. 

Otro aspecto preocupante es que estamos observado un incremento en la criminalidad, lo que denota un deterioro de la moral social y la curiosa incompetencia de las autoridades, las cuales desvían sus recursos en perseguir a los opositores políticos pacíficos en vez de a los criminales. Una de las causas de este descalabro moral está en que la misma policía y aparatos de seguridad del estado que esta corrompida por la misma corrupción galopante que permea las estructuras gubernamentales desde sus más altas esferas.

Además de la disfuncionalidad intrínseca en el ámbito económico y social que acarrea el sistema comunista, hay que añadir la incompetencia de los dirigentes económicos y sociales quienes responden y son contratados más a base de sus lealtades políticas para con el régimen que por sus conocimientos y destrezas profesionales para desempeñar un cargo administrativo.

Los que gobiernan allá en la cúpula de la dictadura, lo hacen para el bienestar de ellos, no para el bien del pueblo, pues el pueblo son sus esclavizados ciudadanos de los cuales los explotan para engrosar sus riquezas, muchas de ellas bien guardadas y ocultas en paraísos fiscales.

Cuba ha sido convertido por los corruptos déspotas que nos han desgobernados durante más de seis décadas en un país sumido en la desesperanza y el sufrimiento de todo el pueblo; razón y la causa de las salidas masivas de cubanos, o más bien de la fuga masiva, sobretodo de los jóvenes cubanos, educados y criados en el opresivo sistema totalitario, que huyen de Cuba para buscar en tierras ajenas la felicidad, el progreso, la libertad y la paz con futuro que le es negada en su suelo patrio.

Lo que nos reafirma el pensamiento del Apóstol José Martí al decir que: “ Cuando los pueblos emigran, sus gobernantes sobran” .

La verdadera solución a la crisis social, económica y política que sufre Cuba, no está ni en voluntad, ni en la capacidad de sus opresivos gobernantes, sino en el pueblo adoptando el único camino para hacia la libertad, el progreso, el bienestar y la felicidad de todos los cubanos que es derrocar a los opresores y erradicar su régimen totalitario, para edificar la patria nueva y libre que soñó Martí: “Con todos y para el bien de Todos”