Por: Lcdo. Sergio Ramos
San Juan, Puerto Rico a 17 de diciembre de 2023
El pasado 7 de diciembre de 2023 la Gaceta Oficial del gobierno dictatorial de Cuba publicó la difamatoria Resolución número 9 del año en curso, emitida por el Ministerio del Interior declarando como “terroristas” a un grupo de personas y organizaciones opositoras.
Bien le aplica al régimen castrista el proverbio que dice: “el muerto hablando del ahorcado”. En Cuba el régimen desde hace más de sesenta años, mantiene una férrea política de terror de estado. Desde sus comienzos, la dictadura implantó el exterminio de opositores por medio del asesinato en el paredón de fusilamiento, so color de ajusticiamiento tras falsos y teatrales juicios donde los acusados, carentes de una defensa legal adecuada y muchas veces sin contar con abogados defensores, estaban pre-sentenciados a muerte por mandato de la cúpula gobernante. Mientras otros eran condenados a largas penas de cárcel por el “delito” de disentir del régimen dictatorial.
También adoptaron el método de aplicar horrendas torturas a los detenidos y prisioneros en los cuarteles de la policía política de la dictadura, en las cárceles y en los campos de concentración de trabajo forzado. La tortura se convirtió en rutina desde los comienzos de la toma del poder por el castrismo.
Además, como parte de la política represiva del régimen, el pueblo vive perennemente en el temor y la zozobra bajo la constante vigilancia de los organismos del régimen tales como el Departamento de la Seguridad del Estado, los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), los Sindicatos, el Partido Comunista de Cuba, entre otros. Los ciudadanos son constantemente asechados y hostigados en sus vecindarios y en sus trabajos.
La tiranía castrista se sostiene por medio de un sistema de terror de estado copiado del modelo represivo aplicado en la otrora Unión Soviética por el tirano Josef Stalin.
En el plano internacional, la dictadura castrista es exportadora del terrorismo. Desde sus comienzos, ha estado fomentando las guerrillas y los grupos armados clandestinos de izquierda por todo en continente americano y otras partes del mundo, causando innumerables muertes. No es en vano la inclusión y continuidad de Cuba en la lista de los países fomentadores del Terrorismo según orden ejecutiva recién dictada por el gobierno de los Estados Unidos. Muy probablemente la antedicha resolución difamatoria del régimen se debe a una reacción el régimen ante tal medida.
Esta más que evidenciado que en Cuba impera un terrorismo de estado. El régimen, sus gobernantes y miembros de los cuerpos represivos son los verdaderos terroristas.
Luego acusar de terroristas a los que se oponen al régimen tiránico de Cuba es una infamia difamatoria.
Luchar por la libertad de un pueblo oprimido y esclavizado, es un derecho como bien lo señalaba Simón Bolívar cuando planteaba que “Cuando la tiranía se hace ley, la rebelión es un Derecho”.
Por su parte la Carta de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, en su preámbulo, reconoce el derecho de rebelión de los pueblos oprimidos por las dictaduras al señalar que:
“Considerando esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión;”
Por su parte, la legítima Constitución de Cuba de 1940, dejada sin efecto de modo ilegal y arbitrario por la dictadura castrista, reconoce el derecho a la rebelión del pueblo cubano frente a la opresión al establecer, en su artículo 40, lo siguiente:
“Art. 40- Las disposiciones legales, gubernativas o de cualquier otro orden que regulen el ejercicio de los derechos que esta Constitución garantiza, serán nulas si los disminuyen, restringen o adulteran.
Es legítima la resistencia adecuada para la protección de los derechos individuales garantizados anteriormente”. (Subrayado nuestro)
Ese Derecho inalienable del ser humano a luchar por alcanzar su libertad conculcada, rebelándose contra sus opresores, lo ejercieron los fundadores de las naciones del continente americano. George Washington en los Estados Unidos. El Padre Miguel Hidalgo en México. Simón Bolívar y Antonio José de Sucre en Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia. José de San Martin en Argentina. Bernardo O’Higgins en Chile. José Gervasio Artigas en Uruguay. José Martí, Máximo Gómez, Antonio Maceo, Ignacio Agramonte y Carlos Manuel de Céspedes en Cuba. Todos ellos, son próceres de la libertad y la democracia en América. Todos ellos son Patriotas, no terroristas.
Del mismo modo, hoy día, ejercer el sagrado e inalienable derecho a luchar por la libertad del pueblo de Cuba es lo que hacen las organizaciones opositoras y cada uno de los cubanos difamados por la Gaceta Oficial de la tiranía castrista. Cada cual, con sus estrategias, sus agendas de lucha, sus criterios, pero todos buscan la libertad y la democracia para Cuba. Podemos respetuosamente disentir de ellos, en cuanto a métodos, criterios u opiniones; a fin de cuentas, de eso se trata, de la democracia, ya que, para todos, el fin es el mismo: Lograr una Cuba Libre y Democrática, “Con todos y para el bien de todos” como nos enseñó José Martí.
Por eso, al igual que los próceres forjadores de las naciones de este continente y especialmente, los mambises forjadores de la República de Cuba, esas organizaciones opositoras y esos dignos compatriotas son patriotas, no terroristas. Los terroristas son ellos: La cúpula gobernante, sus esbirros y en general, la tiranía castro-comunista.