Por: Lcdo. Sergio Ramos
San Juan, Puerto Rico a 19 de agosto de 2023
La economía de Cuba está atravesando una seria crisis que pudiera socavar los pilares del régimen castrista. Se trata del efecto acumulativo de más de 60 años de un ineficiente sistema económico bajo el control centralizado del estado.
Hay crisis alimentaria y los escasos productos que se consiguen están a precios exorbitantes a causa de un preocupante e incontrolado incremento de la inflación. Esta crisis es el resultado de la improductividad intrínseca de permea el sistema económico promulgado por el marxismo.
Cuba sufre hoy día una falta de alimentos, en buena medida provocada por la improductividad de agrícola creada al estado controlar las tierras cultivables y restringir el cultivo en sus conucos alrededor de sus bohíos y hasta perseguirlos por labrar la tierra.
Del mismo modo, el país se sufre una gran falta de medicinas y productos de primera necesidad a causa de la improductividad laboral, las ineficiencias administrativas y la falta de recursos.
Tales escaseces entonces, generan la obligación de importar de otros países productos que son cultivables en Cuba, erosionado el erario nacional al aumentar la deuda externa del país y mermar las exportaciones de productos cubanos.
El caso más llamativo de esta crisis es que Cuba, país que fuera por muchas décadas el mayor productor de azúcar en el mundo, ha tenido que comprar por millones de dólares azúcar a los Estados Unidos. Además, Cuba está comprado café a Estados Unidos y otros países; un producto que se cultivaba y abundaba en Cuba. También estamos viendo una seria merma en la producción de tabaco, siendo ahora la República Dominicana la que está desplazando a Cuba en este renglón. Y lo mismo ocurre con muchos otros productos cárnicos y agrícolas que antes se producían en el país y ahora tienen que importarlos.
Tal situación afecta grandemente la economía del país, cuya solvencia monetaria es escasa, al punto que hoy día ha tenido que restringir el pago en dinero de los salarios de los trabajadores y limitar, con la imposición de un corralito financiero, las transacciones bancarias afectando más el bolsillo de los trabajadores y sus familias. El régimen solo permite al ciudadano transacciones a través de sus medios bancarios hasta un máximo $5,000 pesos nacionales al mes lo que representa $208 dólares mensuales.
La realidad es que no se puede sostener los niveles de productividad óptimos en un país donde los trabajadores, privados de libertad, perciben salarios de miseria no tienen perspectivas de mejorar sus condiciones. Diferente es cuando los trabajadores viven en libertad y reciben un salario justo y apropiado para satisfacer las necesidades suyas y de su familia y tienen por delante un futuro de vida con bienestar y progreso.
Por otro lado, el impacto del factor inflacionario sumado a la impagable deuda externa acumulada que tiene el país y la merma en percibir ingresos a causa ha provocado el derrumbe del valor de la moneda nacional que se estima en un 70.37% desde enero del 2022. Esto afecta la capacidad adquisitiva del trabajador promedio en Cuba, más aún en las transacciones en el mercado informal o bolsa negra donde los precios se han disparado al alza de modo imparable.
La realidad es el gobierno carece de recursos económico para el pago de los salarios de los trabajadores y no tiene recursos para imprimir nueva moneda.
Algo característico de las economías centralizadas por el estado es la improductividad sistémica y psicológica, en donde los trabajadores sometidos por el régimen esclavista y de explotación, perciben salarios de miseria que apenas da para el sustento de sí y de sus familias, inmersos en un ambiente sin perspectivas de mejor futuro y cuyo efecto es desincentivar el deseo de producir. Partamos de la base de que el salario mínimo es de 2,100 pesos nacionales al mes, lo que actualmente representan ocho dólares con cuarenta centavos ($8.40); y el salario considerado como alto entre los trabajadores es de 5,000 pesos nacionales, lo que equivale a cerca de $20 dólares al mes. O sea, los trabajadores reciben salarios de hambre y miseria.
A esto añádase las barreras que separan a las clases sociales en un sistema bi-clasista en donde un grupúsculo minoritario que usurpa del poder recibe todos los beneficios y riquezas, mientras la mayoría, o sea el resto de la población, está sumido en la pobreza y las escaseces, viviendo bajo penurias constantes en sus abastos de alimentos, medicinas y productos de primera necesidad.
La crisis económica, las escaseces, sumado a la fuerte represión que vive el pueblo cubano, ha provocado la salida masiva de personas del país, sobre todo las personas jóvenes que no ven futuro en la isla, haciendo mermar la mano de obra disponible y provocando un aumento la tasa de envejecimiento de la población que se queda en el país.
Otra situación que ha existido siempre a lo largo de la historia del régimen castrista y que ha afectado adversamente la economía nacional ha sido la corrupción desmedida e incontrolada en las altas esferas del poder en Cuba. Todos recordamos cuando en 1992 al tirano Fidel Castro le descubrieron cuenta el Suiza por $1,900 millones de dólares y a Raúl Castro otra por $500 millones de dólares. Es mundialmente sabido los lujosos yates, de millonario costo, que poseen y en donde se pasean los hijos y nietos de los Castro y la cúpula en el poder. También es sabido que los miembros de la alta cúpula en el poder tienen cuantiosas sumas de dinero en paraísos fiscales en varias partes del mundo. Dinero que se lo han robado al gobierno cubano. Por tanto, la corrupción incontrolada y permisiva por la alta cúpula gobernante ha sido otra de las causas del empobrecimiento de la económica nacional.
Desde los principios del castrismo en el poder, la economía de Cuba ha subsistido gracias a los subsidios provenientes de Moscú y más reciente, también, de Caracas. Sin embargo, a situación actual hay que añadir que en esta ocasión la economía cubana no está recibiéndolos niveles de subsidios que en un pasado le ofreció la URSS y los que ahora los provienen de Venezuela y de Rusia. El primero porque Venezuela también está atravesando por una seria recesión económica y el segundo porque Rusia está involucrado en una guerra contra Ucrania que está afectando severamente su economía, y en donde hoy día observamos cómo se está produciendo el desplome en el valor del Rublo.
Por otro lado, el historial incumplimiento en pago de la deuda internacional de Cuba es altamente negativo. Para el 2020 la deuda externa del país se estimaba en $28,671 millones de dólares, cifra que se estima sea mucho mayor a la fecha de hoy al tiempo que el Producto Interno Bruto (PIB) para ese año cayó un 11% teniendo en el 2022 un leve aumento del 2%.
Cuba se perfila con una economía sin esperanzas de crecimiento significativo, atascada en una pobreza forzada por la imposición de un improductivo sistema económico que solo beneficia al grupúsculo que controla el poder totalitario en el país.
Como apuntáramos al principio, esta crisis económica pudiera socavar los pilares en que se asienta el régimen, toda vez que la dictadura está atada a sostener la economía centralizada de estado, pues sabe que la apertura hacia una economía de libre mercado, donde los trabajadores aumenten sus salarios y por ende sus riquezas, representaría un desplazamiento del poder económico hacia la población, ampliando las oportunidades para que la oposición y la muy descontenta población, incrementen su capacidad y fuerza combativa contra el estado dictatorial y sus posibilidades de derrocarla y alcanzar la libertad.