Por: Lcdo. Sergio Ramos

San Juan, Puerto Rico de 14 de enero de 2024

 

A lo largo de sesenta y cinco años de dictadura totalitaria, hemos visto un constante deterioro de las condiciones de vida de los ciudadanos. Lejos de mejorar los niveles de vida de los cubanos de a pie empeoran. La causa de este persistente mal radica en la naturaleza improductiva del sistema económico estatizado. Un mal que ha sido más que comprobado alrededor del mundo en países que han seguido en modelo económico marxista-leninista.

Bajo ese sistema se desarrollas dos clases sociales que, por su hermetismo e inamovilidad social, son realmente castas sociales: La de la minoría gobernante que ostenta las riquezas sustraídas al pueblo y el poder absoluto del estado; y la mayoritaria compuesta por el esclavizado y empobrecido pueblo.

La casta gobernante mantiene un régimen de esclavitud y explotación de los trabajadores. Recientemente las Naciones Unidas, a través del Relator Especial emitió una declaración condenando al régimen dictatorial de Cuba por la esclavización del trabajo de los médicos cubanos enviados a trabajar en el extranjero en las llamadas misiones internacionalista. El informe destaca como la dictadura les roba el salario a dichos trabajadores de la salud apropiándose del  80% de sus salarios.

Dentro del país también impera un sistema de explotación y esclavización de los trabajadores, los cuales son privados de los más elementales derechos laborales, como el derecho a la libre sindicalización, el derecho a la huelga y la negociación colectiva. Es el estado totalitario, el principal y único patrono, pues aun en las empresas extrajeras que mantienen negocios en el país en sociedad con el estado cubano y/o con los altos jerarcas de la clase gobernante, es el régimen el que determina si un trabajador goza de la idoneidad política para que pueda laborar con una de esas empresas foráneas. 

Los trabajadores cubanos no pueden negociar sus salarios. Es el estado quien les impone el sueldo a los trabajadores en Cuba, los cuales se caracterizan por ser salarios de miseria.

Para el 2023 el salario mensual mínimo en Cuba es de 2,100 Pesos nacionales (CUP) lo que equivale $12.09 dólares (USD). El salario promedio mensual del país es de 22,000 CUP que equivale a $916 dólares al mes.

Pero cuando comparamos dichos salarios con el costo de vida, que hoy día se incrementa aceleradamente a causa de la crisis inflacionaria que sufre la economía cubana, vemos que el cubano de a pie necesita 32,000 CUP o sea, $1,333.33 dólares mensuales para poder a duras penas subsistir.

A ese mísero salario añádase la esclavizante imposición de los llamados “trabajos voluntarios” donde los trabajadores son presionados y obligados por las entidades sindicales controladas por el estado y el Partido Comunista a trabajar de gratis para el estado, so pena de ser reprendidos y discriminados en caso de negarse a hacerlo.

Lo más preocupante es que se calcula un fuerte aumento en esa brecha salarial entre lo que perciben de ingreso los trabajadores cubanos y lo que necesitan para subsistir, pues recién se anunció aumentos del 25% en el costo de la electricidad y del gas, mientras que el precio de los alimentos ha aumentado un 72.5% y sigue sometido a una espiral ascendente.

La alarmante situación es que alrededor de un 88% de la población vive en niveles de pobreza extrema, lo que nos lleva a concluir que el tan cacareado “paraíso del proletariado” no es más que un infierno para los ciudadanos de a pie, demostrándose una vez más el fracaso del sistema de economía centralizada por el estado que pregona el comunismo.

A ese estado de miseria en que sobreviven los trabajadores cubanos, añádase la crisis de vivienda del país donde un número significativo de edificaciones están en estado ruinoso, donde el transporte se caracteriza por su ineficiencia, y las escaseces de alimentos, medicinas y productos de primera necesidad se agrava cada día mas.

Contrasta la miseria de los trabajadores, con la riqueza de los altos jerarcas del régimen. Los miembros de la minoritaria alta casta gobernante viven en lujosas mansiones otrora expropiadas (o mejor dicho robadas) a sus legítimos dueños de antaño. Tienen cuantiosas cuentas bancarias en paraísos fiscales, poseen yates de lujo de los cuales ostentan. Toda una mal habida riqueza, ilegítimamente obtenida por la corrupción gubernamental y el latrocinio del fruto del trabajo de los esclavizados trabajadores cubanos.

La explotación y esclavización de los trabajadores cubanos continuará mientras el pueblo no se sacuda el yugo opresor de modo total y radical, como lo hicieron un día los trabajadores polacos, unidos en el sindicato Solidaridad, en huelga general y rebelión contra la dictadura comunista.