Por Mamela Fiallo Flor

PANAMPOST

 

Rómulo Calvo, quien sustituyó a Luis Fernando Camacho al frente del Comité Cívico de Santa Cruz, y que también está privado de su libertad, habló con PanAm Post sobre el riesgo de ser oposición en Bolivia y la vulneración a los derechos humanos que sufren los presos políticos.

El gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, detenido por el gobierno boliviano por los hechos ocurridos en 2019 que derivaron en la renuncia de Evo Morales, es –junto con la expresidente interina Jeanine Áñez– la cara visible de los 236 presos políticos que hay en el país. Su caso ha generado preocupación tanto dentro como fuera de Bolivia por su estado de salud y por el trato inhumano que ha denunciado. Las fotografías que han trascendido muestran al político opositor deteriorado, lo que da cuenta de la vulneración a sus derechos humanos en prisión.

La desesperación que vive es tal, que esta semana envió una carta desde su celda que deja al descubierto al gobierno de Luis Arce, que a pesar de estar distanciado de Morales, sigue el mismo patrón autoritario y de represión a la disidencia de su mentor.

Para conocer detalles sobre la situación que viven los presos políticos en Bolivia, PanAm Post entrevistó a Rómulo Calvo, quien sustituyó a Camacho al frente del Comité Cívico de Santa Cruz, y quien también está privado de su libertad.

Desde el arresto domiciliario, el prisionero del gobierno boliviano, que es médico cirujano, denunció la difícil situación que enfrenta el gobernador de Santa Cruz en una cárcel en la altura de La Paz, considerando que padece una enfermedad autoinmune. Además, recuerda que en Bolivia tener una opinión contraria al partido de gobierno, el Movimiento al Socialismo (MAS), es motivo de persecución y encarcelamiento.