Por Oriana Rivas
PANAMPOST
El mandatario estadounidense ofreció un discurso a la nación presionado por el contexto mundial de las guerras en Israel y Ucrania y por una popularidad fracturada por escándalos familiares y crisis internas.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, envió un mensaje al país para hablar de dos temas que hoy dominan el contexto político internacional: la guerra entre Israel y Hamás en Medio Oriente y la invasión de Rusia a Ucrania en Europa del Este. Su discurso generaba expectativa luego del viaje que hizo a Jerusalén, donde conversó con el primer ministro, Benjamin Netanyahu, para acordar el ingreso de ayuda humanitaria desde Egipto a Gaza.
Respecto a medidas concretas, anunció que enviará al Congreso un presupuesto de ayuda “urgente” para financiar “las necesidades de seguridad nacional” de EE. UU. y de apoyo a Israel y a Ucrania. Según el mandatario, se trata de una “inversión inteligente que pagará dividendos para la seguridad estadounidense durante generaciones”.
Biden pronunció su discurso desde la Casa Blanca, iluminada en color rojo, presionado por el contexto mundial y por una popularidad fracturada por escándalos familiares y por crisis internas. Mientras trata de mantener la presencia de EE. UU. como potencia mundial en apoyo a Jerusalén y Kiev, firmas como Morning Consult o YouGov le dan una desaprobación de 53 %. En esas aguas trata de mantenerse a flote mientras se avecinan las elecciones presidenciales de 2024 y, por otro lado, recibe señalamientos por rendirse ante autoritarismos de la región, como el régimen venezolano al que alivió sanciones el mismo día que emitió su discurso.
BIDEN PROMETE AYUDA A ISRAEL
Joe Biden habló de la situación en Palestina, en la que quedaron involucrados civiles tras el ataque que el grupo terrorista Hamás ejecutó inicialmente contra Israel y que generó una contraofensiva. Mientras tanto, los extremistas cierran filas con aliados como Hezbolá y el régimen iraní. En paralelo, las embajadas de países occidentales han sido atacadas o han recibido amenazas de bombas y la guerra continúa en Europa del este entre Rusia y Ucrania. Por ende, el pronunciamiento del mandatario demócrata era urgente.
“Hamás y Putin representan amenazas diferentes”, dijo Biden. “Pero tienen algo en común: ambos quieren aniquilar por completo a una democracia vecina”. También aprovechó de desligar a Israel de los bombardeos contra el hospital Al Ahli en la ciudad de Gaza.
Añadió que “mantendrá a las tropas estadounidenses fuera de peligro” y que “valores estadounidenses” se ponen en riesgo “si te alejas de Ucrania y le das la espalda a Israel”. El discurso de Biden fue emitido por los canales de televisión estadounidenses y por internet.
Posiblemente los fondos que pida al Congreso vayan en parte al ejército israelí, al que prometió “fortalecer” para garantizar que la nación “tenga lo que necesita para seguir defendiéndose de los ataques terroristas de Hamás”. Aún así, falta que llegue a ambas cámaras del Capitolio, sacudido por estas horas por la falta de presidente en la Cámara de Representantes. Una polémica que debería resolverse pronto.
Biden repitió algo en lo que seguramente concuerde con el Partido Republicano: “Asegurar que Israel y Ucrania tengan éxito es vital para la seguridad nacional de Estados Unidos”. La duda que prevalece es si cada decisión que está tomando la actual Administración realmente va enfocada en eso.
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