Eugenio Trujillo Villegas
Director: Sociedad Colombiana Tradición y Acción
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El pasado fin de semana se realizó en Cali una reunión de empresarios de la región con el presidente Petro. Le presentaron al presidente las actividades desarrolladas con la Primera Línea, cuyos integrantes han recibido beneficios y subsidios financiados generosamente por ellos.
Lo que causó perplejidad fueron las agresivas palabras del presidente en dicho evento. En contra de todas las evidencias y de la realidad incuestionable de los hechos, el presidente hizo un relato fantasioso de lo acontecido en Cali durante el paro terrorista del 2021. Esos hechos violentos y destructivos, que además paralizaron el País durante dos meses, no se han borrado de la memoria de los caleños que presenciaron la devastación inimaginable que sufrió la ciudad.
LAS FALSAS AFIRMACIONES DEL PRESIDENTE
Según se constata en un video divulgado por la Presidencia de la República, el presidente hizo las siguientes afirmaciones, que transcribo con exactitud:
“Presionaron a los jueces para que no liberaran a los jóvenes y empezaron a negar las libertades una tras otra… La respuesta (del Gobierno) a esa movilización generó el estallido, porque no fue una respuesta de diálogo… Lo que hizo fue responder con un autoritarismo bárbaro, yo diría de una manera criminal… La situación iba a generar incluso en guerra civil, casi que en una guerra étnica, porque en esas barricadas la mayoría de los jóvenes y las jóvenes eran negros y negras y las decisiones de romperlas a partir de la fuerza venían de una élite blanca… Aun hoy se dice en los medios de comunicación que la gente de la Primera Línea es terrorista… La Primera Línea no fue más que una actitud defensiva para no dejarse matar…. La justicia no es encerrar a los jóvenes en las cárceles como una especie de venganza. El Estado decidió condenar a los jóvenes como si fuesen terroristas. Criminalizar la protesta, adecuar los hechos de la protesta al crimen, para poder encerrar a la juventud entre barrotes…”
Los colombianos nos preguntamos por qué tanto empeño del Gobierno en liberar a los terroristas presos. El hermano del presidente, acompañado de algunos políticos, los ha visitado en la cárcel y ahora parece que algunos de ellos son narcos que pagan enormes sumas de dinero por su liberación. El País tiene qué saber la verdad, si es que hay un acuerdo desconocido entre el Gobierno y la Primera Línea.
Los idiotas útiles, y los que son simplemente idiotas, que son muchísimos, creen ingenuamente que vamos rumbo hacia la “paz total”. Estos hechos muestran exactamente lo contrario, pues los colombianos ya estamos hartos de saber que la impunidad conduce al aumento de la criminalidad, tal como aconteció con el falso Acuerdo de paz con las FARC.
LA “PROTESTA PACÍFICA” FUE EN REALIDAD UN PARO TERRORISTA
Aunque esos empresarios de Cali aplaudan al presidente y se sientan honrados con su visita, no podemos olvidar la verdad. En Cali y en Colombia la Primera Línea no realizó ninguna protesta pacífica. Durante esos dos meses los terroristas destruyeron una parte muy importante de la infraestructura privada y pública de Colombia. En el informe final de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) está descrita y documentada toda la destrucción que realizaron. Esa Comisión vino a Colombia en junio de 2021 a investigar los hechos, fue autorizada por el presidente Duque y solicitada por algunas organizaciones de izquierda. Y se reunió también con la Policía Nacional, el Ejército, la Fiscalía, la Procuraduría, los partidos políticos, los empresarios y la Primera Línea. Y con Gustavo Petro, como promotor del paro y jefe de la oposición en ese momento.
Pero veamos lo que dice el informe. Las pérdidas totales que sufrió el País durante esos días fueron tasadas en 11,9 billones de pesos ($3.300 millones de dólares). Durante los disturbios murieron 53 personas ajenas a la Primera Línea y 1.106 quedaron heridas. Además, también fueron heridos 1.343 policías y 4 fueron asesinados. Se destruyeron 547 oficinas bancarias, 438 cajeros automáticos, 1.660 almacenes de comercio, 53 peajes, 1.240 buses de transporte público, 240 estaciones de los sistemas de transporte masivo, 706 bienes de la Policía Nacional, 116 CAI, 23 alcaldías y 2 Palacios de Justicia. (Cfr. CIDH. Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Observaciones y recomendaciones. Visita de trabajo a Colombia. Junio de 2021. Punto 31, página 7. Punto 134, página 30).
Hay muchas más informaciones que esa comisión se negó a publicar, aunque las recibió directamente de una delegación de 24 empresarios de Cali que fueron escuchados por la Comisión, en la cual se detallaron las cuantiosas pérdidas para las empresas de la región, la quiebra de muchas de ellas y el número enorme de empleos que se perdieron. (Cfr. ¿Cómo se destruye un País? Informe de la destrucción terrorista realizada en Cali y en el Valle del Cauca durante el Paro Nacional de abril, mayo y junio de 2021. Junio 8 de 2021. Tradición y Acción).
UNA NARRATIVA MARXISTA PARA MANIPULAR LA VERDAD
Es totalmente falso que el mal llamado “estallido social” ocurrió porque los jueces encarcelaron a unos jóvenes estudiantes que protestaban contra el Gobierno. Ellos fueron encarcelados varios meses después del paro terrorista, cuando la Fiscalía identificó, capturó y judicializó con pruebas contundentes a algunos de los responsables de esos actos terroristas. Igualmente es falso que sus promotores fueran negros, pues allí había personas de todas las etnias y clases sociales, incluyendo a los indígenas. Y también es falso y delirante que la supuesta “represión” contra la “protesta pacífica” fue ordenada y dirigida por la población blanca y elitista.
Toda esta narrativa obedece a una estrategia de la extrema izquierda y del marxismo cultural para cambiar la historia en forma habitual y sistemática, reemplazándola por un relato falso de los hechos. Quieren crear una confrontación racial que no existe en Colombia, pues aquí las diferentes razas y clases sociales viven en armonía y en paz, a pesar de los muchos problemas que nos aquejan.