Sus mujeres podrían preparar el terreno para el regreso de Donald Trump.
La estrategia de desarticular la carrera política de Donald Trump desde el Congreso no parece definida aún. El expresidente, un pésimo perdedor pero también un tenaz e imprevisible político, ha prometido su candidatura en 2024 sabiendo que un buen grupo de votantes republicanos, siguen creyendo que Joe Biden accedió al poder de manera fraudulenta.
El Congreso se anda con cuidado. De materializarse, el impeachment podría ser muy mal recibido por los furibundos grupos pro Trump, quienes demostraron a inicios de enero hasta dónde pueden llegar, cuando tomaron por la fuerza la sede legislativa de EEUU. A no ser que los demócratas sorprendan, lo más probable es que el Congreso se sume a la política de Biden de "cerrar heridas" y regresar el sistema a su status quo.
El impeachment, por otra parte, traería más de un dolor de cabeza en el Capitolio, que en estos momentos se adapta a sus nuevos miembros, al nuevo presidente y a la misión de restaurar la imagen política del país que dejó el último inquilino del Despacho Oval. Mientras esto sucede, Donald Trump parece estar más activo de lo que aparenta, listo para hacer realidad su promesa de volver.
Luego de la derrota presidencial, la familia Trump ha dejado de funcionar solo como un clan empresarial para convertirse también en uno político. No sería la primera vez. La historia de EEUU ha tenido otros clanes famosos como los Kennedy y los Bush. De momento, los Trump preparan un contraataque que bien podría reposicionar a su figura principal a partir de la ocupación de puestos claves.
El "girl power" de Lara Trump
Los hijos varones de Trump no son especialmente duchos en política. Eric, el tercer vástago del magnate, parece desenvolverse mejor en el negocio familiar inmobiliario, aunque en estos momentos se encuentra en aprietos debido a un dudoso proceso inversionista en la inacabada Trump Tower de Punta del Este, Uruguay. En todo caso, la figura política de esta rama del clan sería Lara, su esposa.
Lara Trump, antes llamada Lara Yunaska, anunció que se presentará en 2022 a la carrera por el Senado en Carolina del Norte, su estado natal. Se prevé que su empeño será muy difícil, pues los republicanos Richard Burr y Thom Tillis tienen muy bien agarrados sus puestos de senadores desde 2005 y 2015 respectivamente. Aun así, la nuera del expresidente tiene posibilidades de ganar.
Además de sus claros vínculos con el clan Trump, Lara posee sus propios contactos. Su hermano menor, por citar un ejemplo, es un destacado funcionario estatal que dirige desde 2017 al personal de la Oficina de Política Energética de EEUU.
A sus 38 años, Lara cuenta con un currículum que incluye una licenciatura en Comunicación en la North Carolina State University, un exitoso negocio de repostería llamado Lara Lea Confection y un pasado como deportista y entrenadora personal. Durante algunos años también fue la cara de Inside Edition, uno de los principales programas informativos de la cadena televisiva CBS, la tercera más grande del mundo.
Siendo una estrella mediática, de manera inesperada, Lara abandonó su trabajo de periodista en 2016 para asesorar comunicacionalmente a su suegro en la campaña electoral. Aunque pareció una decisión precipitada, sabía lo que hacía. La estrategia de Lara fue acercar a Trump hacia un público femenino usando su propia imagen de mujer fuerte y emprendedora, pero a la vez hogareña. Su pasado deportivo, periodístico y en el mundo de la repostería, le sirvió para ello.
"[Trump] es un hombre que antes que nada ama a su familia. Es un gran cuentacuentos y ama las largas cenas familiares en las que nos reímos muchísimo. Tiene un gran corazón y es una persona increíblemente leal y que nunca olvida a los que lo han sido con él. Me siento muy afortunada de tener a un hombre como él de suegro", expresó en cierta ocasión Lara, quien también organizó varios mítines sobre empoderamiento femenino que usó para elogiar al candidato republicano frente a Hillary Clinton.
Su unión con Eric Trump no pocas veces acapara titulares. La boda de ambos fue un espectáculo ostentoso que en su momento organizó Lynne Patton, quien poco después asumió el cargo de directora del Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbanístico de la Vivienda Pública de la ciudad de Nueva York. La vida de ensueño que muestra la pareja ha servido para reforzar la imagen de los Trump como la clásica familia americana. Sin embargo, ciertos errores de Eric han amenazado con desmoronar esa idea, y atentan contra las aspiraciones políticas de su esposa.
En junio de 2017, la revista Forbes informó de un supuesto desvío de fondos de la Fundación Eric Trump (para ayudar a los niños con cáncer del Hospital Investigativo Infantil San Judas) para financiar la campaña de Donald Trump. Aunque la acusación no llegó formalmente a los tribunales, Lara se vio obligada a cambiarle el nombre a la institución.
Ese mismo año salieron también a la luz fotos de Eric sujetando a un leopardo muerto y la cola cortada de un elefante africano. Las imágenes se difundieron poco después de que en EEUU se prohibiera la importación de trofeos de caza de este último mamífero. Esto significó un duro golpe para Lara, que ante los medios se vendía como protectora de los animales, además de que presumía de su trabajo y sus donativos para la Fundación Beagle Freedom Project, dedicada a rescatar perros y ubicarlos en refugios.
En la carrera política de Lara, Eric resulta más un obstáculo que un punto de apoyo. El tercero de los hijos de Trump parece haber heredado la torpeza del padre, no el carisma.
Ivanka Trump hace balbucear a Marco Rubio
El pasado domingo, cuando el presentador de Fox News Sunday, Chris Wallace, le preguntó a Marco Rubio sobre una posible candidatura de Ivanka Trump al puesto de senadora por Florida, el político cubanoamericano no dio una imagen de demasiada confianza. Balbuceó que él no se metía en "los juegos de salón de Washington". Y declaró: "Me estoy preparando para una carrera competitiva con un rival muy duro".
Pues, si bien Lara tiene intenciones de reposicionar al clan Trump y cuenta para ello con algunos ases bajo la manga, no parece la favorita para esta misión. Las esperanzas reales de la familia ahora pesan sobre los hombros de Ivanka.
En un movimiento político inesperado, Ivanka, la hija pródiga de Donald que gustaba de posar junto a él, abandonó Washington junto a Jared Kushner, su esposo, y sus tres hijos para mudarse a Florida. El lugar del estado escogido para fijar residencia fue la isla privada de Indian Creek, uno de los sitios más exclusivos del planeta. Su nueva morada, cuyos terrenos le fueron comprados al cantante Julio Iglesias, queda muy cerca de donde vive su padre.
En un principio, la mudanza de Ivanka pareció ser solo un capricho de multimillonario que busca estar entre los suyos. Sin embargo, las alarmas del posible inicio de una carrera política saltaron cuando Jared Kushner decidió dejar atrás su vida de empresario en Manhattan a poco de haber fijado residencia en Florida. El esposo de Ivanka tiene un largo historial como financista político, además, tiene experiencias y buenos avales en campañas políticas. Durante la carrera por la presidencia del 2016, este empresario de origen judío llevó la campaña de su suegro en redes sociales, para lo cual reunió en Silicon Valley a varias mentes expertas en el tema.
Todo apunta a que la meta de Ivanka es derrotar políticamente a Marco Rubio, hacerse con el voto republicano de Florida y desde ahí reimpulsar la carrera de su padre. Rubio, que durante una década ostenta el cargo de senador, tiene ante sí una peligrosa rival.
La relación de Rubio con el apellido Trump ha tenido sus altas y sus bajas. En un principio el senador tuvo sus encontronazos con Donald Trump, sobre todo en las primarias republicanas de 2016. Sin embargo, luego se mostró como uno de sus grandes aliados en el Senado, principalmente por la clara hostilidad del expresidente hacia los regímenes de Venezuela, Cuba y Nicaragua. Esto último siempre ha sido la fórmula de éxito del discurso de Rubio con sus votantes de Florida.
Tras conocerse el resultado de las últimas elecciones, sucedió algo inesperado. Cuando varios senadores republicanos llamaron a una conjura para no reconocer el triunfo de Joe Biden, a última hora, Rubio decidió aceptar la victoria demócrata y darle así la espalda a su aliado Trump y al también senador de origen cubano, Ted Cruz. Más tarde ha sido uno de los principales opositores al impeachment que busca juzgar al expresidente por incitación a la violencia.
De la decisión del Senado depende en gran medida la estrategia del clan Trump, pues podría inhabilitarse al expresidente y así prohibirle su candidatura en 2024. Esto, por supuesto, afectaría el futuro político de Ivanka, aunque, tal vez, no lo suficiente. Por el momento, solo queda estar pendientes de esta suerte de House of Cards donde las intrigas, escándalos y ajustes de cuentas definirán en la realidad el futuro de EEUU y del mundo.
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