Por Orlando Viera Blanco

Diario Las Americas

 

En las elecciones de 1990 se dio un reñido balotaje entre el escritor liberal Mario Vargas Llosa [apoyado de Belaúnde Terry] y Alberto Fujimori [outsider], quien ganó la presidencia.

El 7/12/22 será una fecha recordada [en Perú] como un día de celebración, consolidación y ejemplo democrático. Perú revierte la historia. Un acto de tutela constitucional e institucional que contuvo la reedición del ‘Fujimorazo’ [1992]. Una demostración de madurez ciudadana y republicana que evita que en latinoamérica renazca el síndrome del taita, el complejo del buen salvaje al buen revolucionario, del caudillo de sombrero, capote y caballo. ¡Bravo Perú!

En Perú se impone una dictadura militar a raíz del golpe de estado del 3 de octubre de 1968, encabezado por los generales Juan Velasco Alvarado y Francisco Morales Bermúdez para derrocar al mandatario elegido constitucionalmente Fernando Belaúnde Terry. Se llamó la revolución nacionalista. Latinoamérica se vestía de oliva. En Paraguay, el general Alfredo Stroessner llegó al poder en 1954 tras un golpe de Estado. En Brasil, los militares derrocaron en 1964 al gobierno democrático de João Goulart. En Bolivia el general Hugo Bánzer llega al poder en 1971. En Uruguay, se instala una dictadura cívico-militar en junio de 1973. En Chile [septiembre de 1973] entra la dictadura del general Augusto Pinochet tras el golpe de estado contra el presidente Salvador Allende. En Argentina, irrumpe la junta militar presidida por el general Jorge Rafael Videla [1976] tras un golpe de Estado a la presidenta peronista María Estela Martínez de Perón.

Un continente asediado por movimientos comunistas tiene como respuesta la derecha militarista, que volaba bajo las alas del ‘Plan Condor’ dirigido desde EE.UU. Dolorosa e inhumana manera de responder en una región que aún no se descubre así misma. Hasta nuestros días esas cicatrices siguen abiertas. Un melting pot de enfrentamientos entre montoneras y leva de armas que han impedido la consolidación de la democracia. Esas venas abiertas ahora no sanan embriagadas de una retórica antiimperialista, igualitaria y revanchista.

[…] El golpe de estado contra el primer gobierno de Belaúnde Terry [1968] lo “justificó” el problema de los yacimientos petrolíferos situados al Norte de Perú, La Brea y Pariñas. explotados por la empresa International Petroleum Company (IPC). Durante décadas esta compañía americana y su antecesora británica se negaban pagar al Estado los impuestos reales por explotación […] Después de 7 años de mando, Juan Velasco Alvarado fue derrocado por el Presidente de su Consejo de Ministros, Francisco Morales Bermúdez [1975-1980/El Tacnazo], quien, a raíz del Pan Túpac Amaru, acata la constituyente de 1979, precedida por Víctor Raúl Haya De la Torre…. Fernando Belaúnde Terry a pesar de adversar la constituyente, regresó al poder en elecciones democráticas en 1980.

Restablecido el gobierno representativo [1980], se desata una feroz actividad de grupos extremistas como Sendero Luminoso y Movimiento Revolucionario Túpac Amaru. Este estado de violencia generó una pérdida del 42.4 % del PIB. La década culmina con una hiperinflación que llega a un 7,600% en el gobierno de Allan García. Vale reconocer que el gobierno de Belaúnde registró grandes avances en infraestructura, urbanismo y conciencia ciudadana. Fue creador del lema Perú como Doctrina. Apoyó a Argentina en la guerra de las Malvinas y encaró el fenómeno ambiental del niño.

Durante la década de 1980, el Perú vivió una fuerte crisis económica y social, debido al descontrol del gasto fiscal, una considerable deuda externa y la creciente inflación junto al conflicto armado interno de influencias maoísta y marxista. El terrorismo obtuvo una respuesta represiva de las FFAA. Los combates entre ambos bandos provocaron la muerte de unas 70.000 personas entre combatientes, campesinos y habitantes de las ciudades.

En los años 90’ se implementó un modelo económico liberal, cuyas bases continúan vigentes. Gracias a ese modelo económico a inicios del siglo XXI, el país experimentó un importante crecimiento económico y reducción de la pobreza […] En las elecciones de 1990 se dio un reñido balotaje entre el escritor liberal Mario Vargas Llosa [apoyado de Belaúnde Terry] y Alberto Fujimori [outsider], quien ganó la presidencia. Desde el inicio de su mandato encontró una fuerte oposición en el Congreso, respondiendo con su política conocida como el fujishock que derivó luego en una censurable cleptocracia.

La madrugada del 5/4/92, Fujimori desató una crisis constitucional al disolver el Congreso de la República. Restringió la libertad de prensa con apoyo de las FFAA. Convoca la Asamblea Constituyente y una nueva constitución [1993]. Fujimori logró ser reelegido en 1995. El 9 de abril de 2000, tras unas cuestionadas elecciones, Alberto Fujimori alcanza un tercer mandato. La oposición conformada por los diversos partidos políticos y organizaciones civiles, intentó evitar la juramentación del tercer periodo presidencial de Fujimori, pero no lo logró […] Fujimori cae seis semanas después, el 14 de septiembre 2000, cuando se difunden grabaciones de soborno a Congresistas de la oposición y empresarios para que favorezcan al Gobierno. Fujimori abandonó el país solicitando permiso para participar en la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico. Luego va a Japón, desde donde renunció por fax y se refugió. El Congreso no aceptó la renuncia y lo destituyó, inhabilitándolo para ejercer todo cargo político por 10 años.

Esta es una historia reciente entre dictaduras militares, violencia insurreccional, transiciones constituyentes convulsas, gobiernos de transición, democráticos, que se han debatido entre programas económicos cepalistas, centralistas, mutando a planes liberales, donde se ha producido una decantación política intensa, reformista y resiliente. Es el síndrome de Atahualpa, del guerrero inca indomable, que sin tomar el trono y sentenciado a muerte [Francisco Fajardo], se mantiene de pie. Ahí está la impronta de la Doctrina Perú, del Perú posible, reeditando su historia, superando sus desvíos y conteniendo los atajos impropios.

DE FUJIMORI A LA TRANSICIÓN DEMOCRÁTICA Y CULTURAL

De Fujimori a Valentín Paniagua, a Toledo, Alan García II, Ollanta Humala, Pedro Pablo Kuczynski, a la transición de Vizcarra y Merino; de Francisco Sagasti hasta Pedro Castillo Perú [1990-2022] Perú ha tenido más presidentes y transiciones que cualquier otra nación en Latam. Una intensa evolución política donde cabe destacar no ha regresado la violencia ni la leva de armas.

Un país muy interesante por exhibir una historia rica de antepasados y civilizaciones adelantadas a su tiempo. Estados tempranos hoy convertido en Estado de Derecho. De Atahualpa a Tupac Amaru, del Mariscal Castilla a Nicolás Fernández de Piérola y al oncenio de Leguía. De Velasco a Belaúnde Terry. De Fujimori a Castillo. Perú es resiliencia, es nacionalismo, es recia convivencia entre conservadores, liberales, socialistas, civiles, militares y republicanos, cuyo sello fundamental es es su mezcla y linaje bajo el manto de la diosa adorada de la tierra de los Andes, Pachamama [madre tierra]. Una impronta indomable y noble de vocación libertaria y democrática que vio su primera independencia de la mano de San Martín y Bolívar, en la Batalla de Ayacucho.

En junio del 2021, después de las elecciones de Perú, Morales Bermúdez fue uno de los 63 ex militares peruanos que pidieron a las FFAA que decretaran un Golpe de Estado contra el presidente electo de izquierda Pedro Castillo en una carta abierta. En reacción, el Ministerio de Defensa del Perú emitió un comunicado donde aclara que estas expresiones "no representan a las Fuerzas Armadas”. Y el 7/12/22, ante el intento de Castillo de disolver el Congreso, las FFAA vuelven a demostrar su institucionalidad apoyando a sus legisladores. Ahí está la impronta libertaria, la madurez ciudadana, la lección aprendida del pueblo Peruano.

https://www.diariolasamericas.com/opinion/bravo-peru-n5326797