Por Luis G. Infante

 

Constantemente se transmutan. Comienzan llamándose izquierdistas, luego socialistas. En Estados Unidos se disfrazan de liberales o progresistas y buscan nicho en el Partido Demócrata a través del cual llegan al Congreso. Se anidan en los partidos internacionales de la Social Democracia; inventan el Socialismo del siglo xxi, crean frentes amplios y cualquier otra denominación para al final ser lo que son: comunistas.

En Cuba, en la era republicana, para enmascarar su ideología y engañar al pueblo se hicieron llamar Partido Socialista Popular (PSP). Carecen de dignidad cuando hacen alianzas, con el régimen de Fulgencio Batista se aliaron y ocuparon ministerios y sinecuras.

Los viejos bonzos comunistas criollos estuvieron en desacuerdo con cualquier acción que afectara su modus vivendi. Condenaron el asalto al Palacio Presidencial, también descalificaron el asalto al Cuartel Moncada y la huelga del 9 de abril, obedeciendo cuando aquello a las directrices de la Unión Soviética y sus intereses particulares. De último momento, el PSP tuvo una representación en la Sierra Maestra, cuando la huida de Batista era inevitable.

No tienen escrúpulos, para ellos el fin justifica los medios. Se aprovechan de los resquicios de los sistemas democráticos para emboscarse en sus instituciones a las que desde adentro van corroyendo,  para luego, cuando llegan al poder por medio del voto, enseguida atentan contra la constitución modificando sus preceptos y adaptándola, paso a paso hasta lograr su objetivo: el poder absoluto.

Aunque adulan a las masas de los países empobrecidos, su enfoque está dirigido a los más desarrollados ya que el comunismo fue diseñado contra los países industrializados, donde ya están creados los medios de producción  y las riquezas de los que se apoderan. El socialismo es el peldaño anterior al comunismo.

Y aunque los fracasos de esta ideología están ampliamente demostrados y a la vista de todos, el comunismo cuenta con muchos adeptos y ha venido preparando pacientemente el terreno durante décadas, ahora a través del marxismo cultural fuertemente financiado, que no está solamente en las universidades, sino también en los colegios y centros de segunda enseñanza.

Siendo el comunismo anterior al nazismo, ha logrado sobrevivir a pesar de los millones de muertos a  su haber y la miseria y los sufrimientos que lleva a los pueblos.

A más de seis décadas de tiranía total en Cuba, aquí en nuestro continente, incluido los Estados Unidos hay quienes dirigen sus  miradas hacia la isla pensando que ese modelo de sociedad es el más productivo y equitativo.

Que así lo piensen los pueblos oprimidos y desinformados en su desesperación y hundidos en la desesperanza, víctimas de la corrupción y el latrocinio de sus gobernantes, pudiera tener alguna explicación, pero que en Estados Unidos se hable de marxismo y de socialismo abiertamente y que sean los círculos culturales y empresas de poder económico sus facilitadores, es inexplicable.