Dr. Rolando Ochoa

 

Este día tiene un significado especial para mí, no solo por las implicaciones religiosas, sino también personalmente.

Cuando era niño en Cuba, solía esperar este día con gran anticipación. Este era el día en que los niños recibirían sus regalos de Navidad y no en el día de Navidad. Esta tradición nació como un recuerdo de los regalos que los Reyes Magos trajeron al Niño Jesús después de su nacimiento. Los Reyes Magos no vinieron el día en que Jesús nació. Llegaron unos días después y la Iglesia celebra esta visita llamándola Epifanía.

A mediados de diciembre los niños escribían una carta a uno de los Reyes.  Yo le escribiría una carta a Baltazar. Recuerdo la emoción experimentada los días anteriores y lo difícil que era conciliar el sueño el 5 de enero. Solíamos dejar una pequeña oferta de hierba para que los camellos comieran porque creíamos que los Reyes Magos entrarían en la casa y dejarían los regalos debajo del árbol de Navidad. En la mañana del día 6, me levantaba muy temprano y corría a la sala para saber si los Reyes Magos habían traído todos los artículos de mi lista.

Ese día todos los niños de mi vecindario salían a jugar con sus juguetes nuevos. Era una tremenda emoción y una inolvidable sensación de felicidad. En los Estados Unidos y otros países, la tradición es que Santa Claus traiga los regalos el 25 de diciembre. También hay muchos otros países que todavía han mantenido la tradición de los Tres Reyes.

Que los Reyes Magos nos traigan a todos la paz y el civismo que tanto necesitamos hoy y siempre. Ellos adoraban al Niño Jesús, hagamos lo mismo pidiendo guía en nuestras vidas.