Pbro. Carlos Sebastián Hernández Armas.

 

Este será un sermón biográfico de Herodes Antipas, el Tetrarca. Aunque desarrollaré algunos puntos.

Hay varios Herodes en la historia que aparecen en la Biblia: Herodes el Grande, que reinaba cuando Jesús nació. Sus hijos y nietos: Herodes Arquelao, Herodes Antipas (el Tetrarca: señor de la cuarta parte de un reino o provincia), Herodes Felipe (tetrarca de, Iturea, Lucas 3:1. No confundir con Felipe su hermano mayor que implicado en una conspiración contra su padre le quitaron su derecho hereditario. Este Felipe fue el esposo de Herodia y padre de Salomé). Herodes Agripa (Hechos 12)

¿Quién fue Herodes el Tetrarca? Se trata de Herodes Antipas, hijo de Herodes el Grande, tetrarca de Perea y Galilea desde 4 a.C. hasta su destierro por César Calígula el 39 d.C. Herodes Antipas contrajo un escandaloso matrimonio con Herodías, esposa de su hermano Felipe. Este matrimonio le trajo grandes problemas. Primero, al repudiar a su esposa legítima hija de Aretas IV, rey de los navateos un reino árabe con capital en Petra, este le hizo la guerra. De la derrota solo lo salvó la intervención del general romano Vitelio, gobernador de Siria. Segundo, Herodías lo instigó para encarcelar y matar a Juan el Bautista lo que le trajo inseguridad y temores. Tercero, cayó en la trampa de Herodías, una mujer manipuladora y sedienta de poder que tracionó a su esposo desheredado con su propio hermano, con tal de acceder al poder. Herodías le causó grandes males a Antipas. Por último, y hablando de Herodías precisamente, cuando Calígula nombró a Agripa rey de la tetrarquía que había gobernado Herodes Felipe (el otro Felipe, no el ex de Herodías) Herodísa se lo reprochó y le llamó indolente. Lo instigó para ir a Roma y solicitarle a César la dignidad real, puesto que él era un tetrarca y Agripa no había tenido ningún puesto en absoluto. Calígula se irritó con la ambición de Antipas y lo desterró a Lyon, ciudad de la Galia (Francia) y de ahí a la Hispania. Debió ser duro para Antipas, porque murió ese mismo año de su destierro, 39 d.C.

En cuanto al pasaje que hoy nos ocupa, encontramos a Herodes Antipas lidiando con Jesús, Juan el Bautista y su esposa Herodías.

De este pasaje aprendemos que…

. LOS TIRANOS TEMEN A LOS SIERVOS DE DIOS (1-5)

Temen a:

- Siervos de Dios con poder.

- Siervos de Dios que condenan el pecado.

- Siervos de Dios a los que el pueblo tiene por profetas. (personas que hablan la verdad de Dios)

- Siervos de Dios que son creyentes que viven y predican la fe.

  1. T. Roberson en su valioso libro “Una Armonía de los Cuatro Evangelios” pone este pasaje armonizando con Marcos 6:14-29 y Lucas 9:7-9.

- Siervos de Dios que condenan el pecado.

Juan el Bautista fue encadenado y encarcelado por Herodes a causa de su mujer Herodías, porque Juan le había condenado su pecado con ella públicamente. Lucas 3:19 dice: “Entonces Herodes el Tetrarca, siendo reprendido por Juan  a causa de Herodías, mujer de Felipe su hermano, y de todas las maldades que Herodes había hecho, sobre todas ellas, añadió además ésta: encerró a Juan en la cárcel”

Sin embargo, Juan había calado profundo en el malvado rey Herodes Antipas. Marcos dice que Herodes, mientras tuvo encadenado a Juan en la cárcel, se dio cuenta que “era varón justo y santo, y le guardaba a salvo; y oyéndole se quedaba muy perplejo, pero le escuchaba de buena gana” (Marcos 6:20). Juan fue un siervo de Dios valiente que reprendió el pecado del tiránico rey. Dios nos mandó a condenar el pecado y este mensaje debe ser predicado a todos. ¡Los que tienen la misión de decirle “pecador tienes que arrepentirte” a un sencillo y humilde hombre de pueblo, no debe faltarle el valor para decírselo a un poderoso y asesino rey! ¡Dios no hace acepción de personas!

Herodes tenía la certeza de que en Juan actuaba el poder de Dios. Cuando oyó la fama de Jesús dijo: “éste es Juan el Bautista; que ha resucitado de los muertos, y por eso actúan en él estos poderes.” Marcos añade que dijo “al que yo decapité”, ¿sentimientos de culpa? ¿remordimiento por el miedo? Aun muerto Juan, Herodes le temía y pensaba que podía resucitar.

Le temía a Juan porque el pueblo le tenía por profeta.

El Pueblo amaba a Juan. Jesús dijo acerca de él: “¿Qué salisteis a ver al desierto?... ¿A un profeta? Sí, os digo , y más que un profeta… de cierto os digo: de entre los nacidos de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista…” (Mateo 11:8-11)

Y el rey temía a Juan. ¿Cómo es eso? ¿Un rey que tiene un palacio y un ejército, que controla a un pueblo, que tiene riquezas y poder, le teme a un solitario profeta vestido de pieles que vive en el desierto? Y es que un tirano no soporta que otro se gane el favor del pueblo, ¿Cómo es posible que la gente aprecie a un solitario vestido de pieles de camello que no tiene ni qué comer, y a él, un rey, no le tengan aprecio? Los tiranos odian a las personas a las que el pueblo ama, le temen a los populares por mérito propio, a los que la gente escucha, a los que el pueblo admira. Los tiranos viven el “Solo Yo,” no importa si es falso, pero necesitan escuchar que la gente los quiere a ellos, que son populares, que les escuchan y admiran. Por eso los tiranos de la historia cuando no tuvieron esto, o lo perdieron, obligaron a sus súbditos a escucharles obligados en las plazas, a aprender sus plagiadas frases y ponerlas en los libros para enseñarlas a los niños. Y, como siempre hay gente exitosa en un país, que tiene logros científicos, deportivos, artísticos, constructivos, religiosos, etc., los tiranos los obligan a todos a agradecerle a él todos los éxitos para así llevarse la gloria de todo y sean ellos los admirados y no los verdaderos dueños del éxito. Hasta religiosamente ocurre esto, recuerden cuantos tiranos se han buscado a falsos profetas que los adulen y les traten como enviados de Dios, “ungidos” o “mesías”.

Herodes teme a Juan, le teme también porque es un hombre que vive y predica la fe:

¿Por qué teme un tirano a un hombre de fe? No es un guerrero, no está organizando una sedición, no desea su trono. Teme a la predicación de la SANTIDAD y la santidad del siervo de Dios que lo señala, porque el quiere pasar por bueno ante el pueblo; teme a la predicación de la JUSTICIA y a la justicia del siervo de Dios que lo señala, porque es injusto y quiere pasar por justo; teme a la predicación de la VERDAD y a la verdad en la que vive el siervo de Dios, porque su tiránico sistema se sostiene en la mentira; teme a que el pueblo CREA en la predicación del siervo de Dios, porque cada persona que cree en el profeta deja de creer en el tirano; teme a la predicación del amor, del poder, de la suficiencia y la exclusividad de Dios, ¡porque él quiere que lo adoren como un dios!

Ahora, la fama de Jesús llegó a Herodes, la gente hablaba de los poderes y los milagros de Jesús, ¡Herodes entró en pánico! La voz de la conciencia atormentó al tirano y el miedo lo hizo creer en la resurrección de Juan. Lucas añade que Herodes estaba en duda, su duda no debío ser ¿será Juan?, sino ¿cómo resusitó Juan?... Decidió matar a Jesús, como a Juan, o desde su punto de vista: “rematar a Juan” Un tiempo después, en Lucas 13:31-32 se nos cuenta como los fariseos le dijeron a Jesús: “Sal, y vete de aquí, porque Herodes te quiere matar”. Si esta información era falsa, Jesús lo hubiera sabido, pero le dio crédito y supo que los fariseos también eran parte del complot. La respuesta de Jesús fue de la contundencia que nos hace darnos cuenta de los variados motivos de Herodes para temerle: “Id, y decid a aquella zorra”. Algunos comentaristas creen que al usar un término femenino, el mensaje fue para Herodías, quien manejaba el poder detrás de Herodes Antipas.

  1. LOS TIRANOS TEMEN AL PUEBLO (5)

Herodes quería matar a Juan, ¿Qué se lo impedía? ¡Temía al pueblo! Porque el pueblo creía que Juan era profeta. Ser profeta era algo muy importante dentro del pueblo de Israel. El pueblo de Israel amaba, respetaba y escuchaba con admiración a los profetas. Los asesinos de los profetas siempre fueron los líderes religiosos que por algunos espacios de la historia monopolizaron la religión de Israel.

Especialmente amado fue Juan, la gente iba a ser bautizada por él a la región de Betabara en el río Jordán, le preguntaba sus dudas, se inspiraban por sus palabras. Para tener una idea de lo que el pueblo amaba a Juan podemos ver un pasaje interesante: Cuando Jesús fue tentado por los fariseos en Jerusalén él les preguntó: “el bautismo de Juan, ¿de dónde era? ¿del cielo, o de los hombres?” nos dice la Biblia que entre lo que los fariseos cavilaron se dijeron: “Si decimos, de los hombres, tememos al pueblo; porque todos tienen a Juan por profeta” (Mateo 21:26). Aquí también podemos ver la popularidad de Juan el Bautista entre el pueblo.

La gente como Juan siempre es respetada por el pueblo. Ahora, un tirano quisiera matar a sus opositores, ¿Por qué no lo hacen? cuando no lo hacen es porque temen al pueblo. Herodes temía que el pueblo se revelara si él dañaba a Juan. ¿Cuántos tiranos perdieron su poder cuando el pueblo se reveló para salvar a sus amados de la muerte?

Los pueblos son el terror de los tiranos. Un tirano se levanta y otro muere continuamente en la historia de la humanidad. ¡siempre han existido! Los tiranos seguirán surgiendo hasta que Cristo venga, cuando destruirá al más grande tirano de todos los tiempos, el anticristo. Los tiranos surgen porque los pueblos con miedo a vivir los paren y mueren porque los pueblos con miedo a morir los destruyen. Francesco Filippi (Italia 1981) historiador de las mentalidades, dijo del dictador Benito Mussolini: “hay períodos en los que las personas necesitan respuestas sencillas a problemas complejos. Es lo que yo llamo “infantilismo social”: así como los niños, delante de determinados problemas, no quieren entender de soluciones difíciles, algunas sociedades, en determinados momentos, esperan que un adulto les resuelva los problemas con una varita mágica. En el momento en que personajes históricos como Mussolini consiguen encarnar ese papel de solucionador de problemas, a la gente no le importa si eso es verdad o no, porque se siente tranquilizada”. Pero cuando el “solucionador de problemas” no resuelve nada, sino que los empeora, entonces los pueblos estallan obligados a madurar y resolver el más grande problema: sacarse de arriba al tirano. Es entonces cuando los pueblos pueden ir de la valentía al odio, porque eso sembró en ellos el tirano. Es algo así como miles de valientes derribando el muro de Berlín, o como irracionales locos asesinan brutalmente a Muamar el Gadafi.

En fin, el temor ha sido un arma de los tiranos para someter a los pueblos, pero ese temor es también un reflejo de su propio temor a la rebelión del pueblo. Por esa razón los tiranos evitan dañar a las personas que el pueblo ama. Un hombre nunca es más valiente que cuando defiende lo que ama. Como una mujer defiende a un hijo de un león, un pueblo se sale del control del miedo para defender a sus héroes amados. Hombres amados inspiran valentía a todo un pueblo, tiranos cobardes evitan que sean inspirados. Juan era de ese tipo de hombre que inspira al pueblo y Herodes era ese tipo de tirano que tiembla ante el pueblo. Juan era un heraldo de la verdad, Herodes un vividor de la mentira. Juan era un trastornador del mundo, Herodes era un trastornado engreído.

  1. LOS TIRANOS LE TEMEN A SUS PROPIOS “ALIADOS” (6-10)

“a causa del juramento, y de los que estaban con él a la mesa”

¡Le cayó el mundo arriba a Herodes!, cae en la trampa de su egocentrismo: “todo lo que pidas te daré, hasta la mitad de mi reino” (Marcos 6:23), y de la maldad de su manipuladora mujer. Veamos la escena, Herodes está en su propio cumpleaños, se supone que los invitados a un evento así son sus ministros y aliados, pensamos que sí. Pero también son los amigos, la gente de confianza, los que te aprecian, los que tu aprecias. Pues NO. Un tirano no tiene ese tipo de gente, al menos ellos no creen tenerlos. Un tirano no confía en nadie, no cree en el amor de nadie, ni ama a nadie, no tiene amigos, no confía ni en sus hijos o esposa. Algunos tiranos de la historia mandaron a matar hasta a sus familiares cercanos por miedo a perder la vida o el poder.

Herodes teme a los que están con él a la mesa, ha hecho un juramento y teme que sus aliados lo juzguen de débil por no cumplirlo. Teme a Juan y no quiere matarlo, pero teme que otros sepan que teme. Teme que se le tenga por miedoso y flojo. No le queda de otra y decapita a Juan, pero ni siquiera tuvo el valor de enfrentar a su malvada y manipuladora mujer.

Los tiranos en su temor han desechado y defenestado a fieles ministros, compañeros de lucha, siervos dedicados. Por la “mesa” de los tiranos pasan muchos que terminan mal. Josef Stalin hacía sus famosas “purgas” muy a menudo porque no confiaba en nadie a su alrededor. Sadam Husein hasta comenzó su tiranía con una purga sangrienta, como tantos otros que al llegar al poder eliminaron a los ministros fieles del anterior gobierno. Esas purgas de terror, son frutos del terror del dictador.

APLICACIÓN:

Nuestra predicación siempre va a molestar a un gobierno tiránico que quiere hacerse ver como un dios infalible y perfecto.

Los siervos de Dios tenemos un compromiso con Dios en el que somos eso: “SIERVOS”. Eso incluye un compromiso con un estilo de vida y la predicación de la fe salvadora que dice: “eres un pecador, arrepiéntete,” la verdad de Dios que proclama: “sea Dios veraz y todo hombre mentiroso,”la santidad que demanda: “sin santidad nadie verá al Señor” y la justicia que exige: “los injustos no heredarán el reino de Dios”. Yo no veo en las Sagradas Escrituras, que esta predicación deba ser diferente según el tipo de gobierno donde vivimos. No dice: “esas verdades no debes proclamarlas ante un gobierno tiránico, sé prudente”, NO. Nunca la predicación de la fe salvadora, la santidad, la justicia y la verdad estarán trastornadas por el entorno, sino que trastornan el entorno. No temas, si al predicar cosas tan hermosas, un gobierno te persigue, la persecución en tales casos solo demuestra que ese gobierno es quien te teme a ti y a tu predicación.

En este temor pueden llevar a  un hombre a actuar irracionalmente, como Herodes. Los creyentes deben ser fieles a sus principios bíblicos de estilo de vida en libertad y estar dispuestos a sufrir en manos de gobernantes temerosos que pueden actuar irracionalmente con tal de salvar su pellejo. Sea sabio, sea prudente, pero sea libre y valiente Sepa que usted es parte del pueblo, muchos cristianos dicen: “somos peregrinos y extranjeros en esta tierra”. Ciertamente así es con respecto a la esperanza y la salvación, pero somos ciudadanos de una nación terrenal mientras peregrinamos a aquella ciudadanía. Aquí nos puso Dios para bendecir a nuestro pueblo, no para mirar al cielo y justificar nuestro miedo con falsa espiritualidad. Al cielo peregrinamos, a este pueblo servimos. Al reino de libertad de Dios pertenecemos, y el reino de Dios predicamos. Dios nos hizo libres, esa libertad predicamos. Dios nos enseñó que es la libertad, esa libertad enseñamos. ¡Dios nos hizo VERDADERAMENTE LIBRES sin importar bajo qué tiranía vivamos!

Tenemos mucho que aprender de la manera en que Jesús, Juan el Bautista y los creyentes en la Biblia y la historia, vivieron su compromiso de fe bajo una tiranía. La valentía, la verdad, la justicia, la santidad, la honestidad, la dignidad no deben ser comprometidas jamás ante nadie, por más poder terrenal que tenga. Dietrich Bonhoeffer, pastor y teólogo alemán, mártir del cristianismo del siglo XX, quien fue un pastor disidente y fundador de la Iglesia Confesante durante la tiranía de Adolfo Hitler y murió ahorcado por los nazis, escribió en su libro “El Costo del Discipulado”: “Los mensajeros de Jesús serán odiados hasta el fin de los tiempos. Serán culpados de toda división que destroza ciudades y hogares. Jesús y sus discípulos serán condenados por todos lados por socavar la vida familiar y por dirigir la nación descarriada; serán llamados fanáticos locos y perturbadores de la paz. Los discípulos serán severamente tentados a abandonar a su Señor. Pero el fin también está cerca, y deben resistir y perseverar hasta que llegue. Solo él será bendecido, que permanece fiel a Jesús y su palabra hasta el final.”

CONCLUSIÓN:

La experiencia final de Jesús con Herodes el Tetrarca (Antipas) se nos cuenta en Lucas 23:6-12. Jesús está a punto de ser condenado a la cruz, pero Poncio Pilato se entera que Herodes estaba en Jerusalén por esos días. Entonces sabiendo que Jesús es de Galilea, lo envía a Herodes. La Biblia nos cuenta: “Herodes, viendo a Jesús, se alegró mucho, porque hacía tiempo que deseaba verle; porque había oído muchas cosas acerca de él, y esperaba verle hacer alguna señal. Y le hacía muchas preguntas, pero él nada respondió… entonces Herodes lo menospreció y escarneció, vistiéndolo de ropa espléndida; y volvió a enviarle a Pilato”. Herodes menospreció, escarneció y se burló de Jesús, ¡el pobre, se creyó con poder sobre el Hijo de Dios! Así son los tiranos. Un día Herodes estará ante el Gran Trono Blanco de Dios…

La serie documental de NETFLIX “Cómo se Convirtieron en Tiranos”, tiene los siguientes capítulos: 1. Conquistar el Poder, 2. Acabar con tus rivales (miedo a tus “aliados”), 3. Gobernar Mediante el Miedo (miedo al pueblo), 4. Controlar la Verdad (miedo a los que la predican), 5. Crear una Sociedad Nueva y 6. Gobernar para Siempre. Ese ha sido el proyecto de las tiranías en la historia. Ese es el proyecto del terror y el miedo como forma de gobierno y del gobierno. Pero, ¡Infundir miedo siempre infunde miedo!

Los tiranos siempre son gente cobarde, usan el miedo para mantenerse en el poder y piensan que les resultará, porque el miedo resulta con ellos mismos. Se convierten en tiranos porque temen que sin el control de la gente no serán valorados, son dignos de lástima y deben ser personas con trastornos de personalidad y de carácter. Prefieren el elogio falso, la adulación vana, la obediencia por miedo, el poder por imposición. No confian en nadie, no tienen amigos verdaderos, no se sienten respetados por amor, no duermen tranquilos, no viven en paz. Eso cuenta la historia.

La tiranía nace del diablo. La justicia viene de Dios. Todo reinado donde Dios fue amado, consultado y adorado fue exitoso. Todo reinado que ha negado a Dios, queriendo elevar a un hombre a su nivel, ha causado los males más dañinos de la historia. Los seres humanos que viven bajo el orden establecido por Dios para los gobernantes, son ciudadanos libres y felices; los seres humanos que viven bajo una tiranía ni siquiera son ciudadanos, son esclavos.

Dios, que tiene todo el poder para someter, nos creó para ser libres; ningún tirano tiene la bendición de Dios, ni representa a Dios; ningún hombre que doblega su libertad a un tirano agrada a Dios. Tomas Jeferson escribió en el preámbulo de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América: “Sostenemos que estas verdades son evidentes por sí mismas: Que todos los hombres son creados iguales; que están dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre estos se encuentran la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; que para garantizar estos derechos se instituyen los gobiernos, que deriban sus poderes legítimos del consentimiento de sus gobernados; que cuando quiera que una forma de gobierno se haga destructora de estos principios, el pueblo tiene el derecho a reformarla o abolirla e instituir un nuevo gobierno que se funde en dichos principios…”.

El 10 de octubre de 1868, Carlos Manuel de Céspedes reunió a un grupo de Manzanilleros en su ingenio “Demajagua” allí frente a ellos y sus eclavos, a los que ese día declaró libres, lanzó el manifiesto que los cubanos consideran su Declaración de Independencia. En ella dice: “nadie ignora que España gobierna esta isla con brazo de hierro ensangrentado… teniendola privada de toda libertad política, civil y religiosa, sus desgraciados hijos se ven expulsados de su suelo a remotos climas o ejecutados sin forma de proceso, por comisiones militares establecidas en plena paz, con mengua del poder civil. La tiene privada del derecho de reunión…, no puede pedir remedio a sus males sin que se le trate como rebelde, y no se le concede otro recurso que callar y obedecer… la isla de Cuba no puede estar privada de los derechos que gozan otros pueblos, y no puede consentir que se diga que no sabe más que sufrir… no nos extravían rencores, no nos halagan ambiciones, SÓLO QUEREMOS SER LIBRES E IGUALES, COMO HIZO EL CREADOR A TODOS LOS HOMBRES…” este fue el comienzo glorioso de las luchas de los cubanos para ser libre de tiranías. Triste saber que este país ha sufrido tantas.

Amados hermanos, cristianos cubanos, la Biblia nos enseña como Dios, quien nos creó para ser libres, rechaza las tiranías. Reyes, como David, son exaltados, y tiranos como Acab son humillados. Dios ha destruido grandes tiranías e imperios durante la historia, todos han caído, ninguno ha permanecido. La Biblia también nos cuenta como Dios destruirá la última tiranía de la historia: La tiranía del anticristo. El “inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos, y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor a la verdad para ser salvos” a este inicuo tirano “el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida” (2 Tesalonisenses 2:9, 10 y 8). Así caerá el último y más inicuo de todos los tiranos. Entonces reinará el Santo, Justo y Bueno. Y morará Dios con los hombres, “y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas pasaron.” Y Dios, que estará en el trono, dirá: “he aquí yo hago nuevas todas las cosas”. ¡AMEN!