Por Oriana Rivas

Panampost

 

Supuestos pagos a talibanes a cambio de soldados estadounidenses o una ley electoral en Georgia que "niega" el voto a personas negras, son algunos argumentos que el gobierno demócrata ha defendido y resultaron no ser ciertos

«Defender la verdad y derrotar las mentiras», dijo Joe Biden en su discurso inaugural como presidente de Estados Unidos. Lo mencionaba como una de las premisas que debía practicar su gobierno, y por ende, sus funcionarios en respeto a la Constitución. Sin embargo, esbozar informaciones falsas o equivocadas se ha vuelto recurrente desde la Casa Blanca.

Desde allí han dicho que noticias como el origen del virus en el laboratorio de Wuhan son «falsas», pero después tuvieron que retractarse para pedir más investigaciones al respecto. Por otro lado, medios de comunicación y plataformas de redes sociales han querido desestimar historias sobre los negocios de Hunter Biden con China. El mismo Joe Biden negó el comportamiento de su hijo durante el debate contra el expresidente Donald Trump.

Un día después de la juramentación, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, se comprometió a llevar «la verdad y la transparencia de regreso a la sala de reuniones», criticando a la administración anterior. El medio Daily Caller hizo mención a varias desinformaciones. A estas, se le suma otra más: los argumentos contra la nueva Ley Electoral en Georgia.

Twitter y Facebook se esmeraron por bloquear la historia publicada por el New York Post en octubre pasado. El medio reveló correos sobre cómo Hunter Biden aprovechaba la influencia de su padre, Joe Biden, cuando era vicepresidente. Ambas redes sociales catalogaron el contenido periodístico como “potencialmente perjudicial”.

Por su parte, Joe Biden ha negado haberse beneficiado. «No he tomado ni un centavo de ninguna fuente extranjera, nunca en mi vida», declaró. También prometió que ninguno de sus familiares mantendría conexiones comerciales «con alguien que se relacione con una corporación extranjera o un país extranjero”. Pero tantas negativas resultados no ser tan válidas. Comenzando por el hecho de que su hijo sigue siendo accionista de la empresa china BHR Partners.

Por ahora la justicia investiga numerosos negocios del hijo del presidente. No se ha podido comprobar lazos directos con el mandatario estadounidense, pero con todo el material que ha salido a la luz, es probable que Joe Biden no esté totalmente desvinculado del tema.

Joe Biden la bautizó ante el país como «Jim Crow con esteroides». Tal como indicó The Washington Post en un fack check que será suspendido por orden de la directiva— el mandatario hacía referencia al sistema que, antes de la aprobación de la Ley de Derechos Electorales de 1965, negaba sistemáticamente a los afroamericanos su derecho constitucional a votar mediante “pruebas de alfabetización”, impuestos electorales y otras medidas. El medio, alineado con el Partido Demócrata, sorprendentemente indicó que el proyecto de ley no pone obstáculos para que los afroamericanos se registren para votar.

Entonces, la información de Biden resultó ser engañosa. También dijo que se restringirán las horas de votación, punto desmentido por BBC Mundo. Los demócratas han afirmado que la nueva ley reduce el número de buzones, pero a esta afirmación le falta contexto. Dicho medio indica que antes de las elecciones de 2020, los buzones de correo no se usaban en Georgia. Fueron traídos como parte de la acción de emergencia de COVID-19. La nueva ley reduce significativamente la cantidad de buzones de entrega desde ese año. No es algo que venía siendo regular en ese estado.

«La gente actúa como si estuviéramos quitando algo; nunca existió hasta la pandemia, se hizo mediante una regla de emergencia, no mediante una acción legislativa», explicó Brian Kemp, gobernador republicano de Georgia.

Teoría sobre el origen del coronavirus

Los demócratas y medios estadounidenses rechazaron cuando el expresidente Donald Trump asomó que el COVID-19 podría haber salido de un laboratorio chino. Hasta el virólogo de la Casa Blanca, Anthony Fauci, defendió la hipótesis de que había surgido de manera natural.

Un año después recularon. Joe Biden pidió una investigación a agencias de inteligencia estadounidense, mientras que Fauci aceptó la teoría en medio de la presión de la comunidad científica. La firme posición sobre esta posibilidad, se esfumó y el argumento cambió.

Lo cierto es que el demócrata salió beneficiado con el coronavirus según Anita Dunn, consejera superior del presidente. El libro titulado Lucky: How Joe Biden Barely Won the Presidency, indica que la reelección de Trump estaba encaminada, hasta que se desató la pandemia.

Las acusaciones a Trump y Rusia

Al expresidente lo acusaban de «colusión» con Rusia. Los representantes demócratas de California Adam Schiff y Eric Swalwell dijeron tener evidencia directa e incluso se inició una investigación al respecto liderada por el fiscal Robert Mueller.

Mueller concluyó que Rusia había interferido en las elecciones de 2016 con la intención de beneficiar la campaña del republicano, pero no se comprobaron nexos con Trump o su familia. Mueller acusó a 35 personas y tres empresas. Trump lo calificó como un «gran día para el Partido Republicano».

Ante lo engañoso de su afirmación, Adam Schiff cambió su argumento responsabilizando al exfiscal general de EE. UU. William Barr por supuestamente resumir el informe de Mueller y «caracterizar erróneamente los hallazgos y conclusiones».

Recompensas a talibanes a cambio de soldados

Fue la actual secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, quien meses previos a las elecciones presidenciales afirmó que Trump «sabía que Rusia ofrecía recompensas a los talibanes para eliminar las tropas estadounidenses en Afganistán». El argumento fue replicado por The New York Times. Mientras que el Washington Post quiso acusar a Trump por haberlo calificado como «noticia falsa».

A pesar de la insistencia, tuvieron que admitir que la teoría carecía de solidez. En abril pasado la Casa Blanca informó que no había pruebas concluyentes de que los agentes de inteligencia rusos alentaron a los talibanes a atacar a las tropas estadounidenses en Afganistán, reseñó The Associated Press. Jen Psaki declaró que tras una revisión de esos informes clasificados, la comunidad de inteligencia determinó que solo tenía una «confianza baja o moderada» en su autenticidad.

El listado demuestra que aquel argumento de «defender la verdad» no está siendo aplicado por la administración demócrata. Por el contrario, hay un uso conveniente de argumentos para aparentar una supuesta rectitud ante los votantes.

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