Por: Lcdo. Sergio Ramos

Puerto Rico

 

Cuba atraviesa por la más seria crisis alimentaria en décadas, desde el llamado “periodo especial” en 1991 tras el colapso de la Unión Soviética.

Se trata de una escasez que tiene su origen en la ineficiencia intrínseca que conllevan las economías estatizadas, donde el estado es el único poseedor de los bienes de producción y único distribuidor y vendedor de los productos al pueblo y al mercado internacional.

El origen de la improductividad en las economías estatizadas está en la carencia de incentivos reales para los trabajadores, quienes son privados de adquirir ese tan importante sentido de pertenencia que acompaña a quienes son dueños de sus tierras o negocios. La falsedad de que en los bienes de producción estatizados todos los trabajadores son dueños de las empresas se destapa por la explotación laboral de los trabajadores y la corrupción enriquecedora de la cúpula que controla el poder del estado y por ende la economía del país.

Corrupción y explotación son consecuencias naturales de la estatización de la economía; dos elementos desmotivantes de la productividad de los trabajadores y los agricultores.

Esa improductividad genera escasez y a su vez, la escasez obliga al estado a racionar los productos limitando el acceso del pueblo a estos. Pero este racionamiento suele siempre ser discriminatorio, pues la cúpula gobernante no está limitada por estas restricciones y escapa de la escases de manera escondida, manteniendo su privilegiada abundancia y accesibilidad a todos los productos e inclusive, a las ganancias sobre la venta de estos en los mercados nacionales e internacionales.

Así las cosas, la estatización de la economía es contradictoria a la productividad, y es la generadora de las escaseces de productos en la población.

Luego en Cuba, la solución de la escasez está en la desestatización total de la economía, adoptando un modelo de libre mercado en donde el agricultor tenga plena libertad de producir y vender al público sus productos y disfrutar de las ganancias adquiridas. Del mismo modo en cuanto a la industria y el comercio, en donde la libertad de empresa es fundamental para motivar la productividad, permitiendo el acceso de los productos al libre mercado y su libre adquisición a todos los consumidores, así como también el disfrute de las ganancias a los dueños de empresas. Todo esto dentro de un régimen laboral y salarial justo y digno para los trabajadores, cuyas condiciones y derechos laborales sean plenamente respetados a tenor con los lineamientos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). El trabajador bien pagado y respetado, tiende a tener mayor estímulo y motivación para producir.

Esa realidad, fue la que motivó que economías estatizadas como la URSS, cuando al caer el régimen comunista, los rusos cambiaran su modelo económico por uno de libre mercado. En China, pese al discurso marxista-maoísta de la casta gobernante de ese país, en la práctica, abrieron su modelo económico dando paso a la existencia de empresas privadas. Así vemos como el hambre y la escasez desaparecieron de Polonia, de la Republica Checa, de Hungría y otros países que se despojaron del modelo de economía centralizada estatizada por uno de libre mercado y libertad de empresa.

Si el régimen en Cuba desestatizara y abriera plenamente la economía al libre mercado y libertad plena de empresa, la escasez actual desaparecería.

Pero lamentablemente, sabemos que la minoritaria casta que usurpa el poder no está en condiciones, ni tiene el valor y ni la voluntad de realizar ese cambio, pues perderían sus ilimitados privilegios e ingresos resultantes de la corrupción de la cual se nutren a expensas de la explotación de los trabajadores y de la miseria que ellos generan entre la población cubana.

El perverso egoísmo que permea a la casta que usurpa el poder del pueblo en Cuba es tal que prefieren ver al pueblo pasar hambre y miserias con tal de seguir enriqueciéndose a costa de su explotación.

Al final de cuantas, el hambre y la miseria desaparecerán para siempre en Cuba el día que el pueblo derroque la tiranía totalitaria y le de paso a un modelo económico justo de libertad de empresa y mercado dentro de un régimen de libertad, democracia y respeto a los derechos humanos. Por lo que para acabar con el hambre y la miseria en Cuba hay que erradicar al régimen castrista de raiz.