Dr. Fernando Domínguez

 

Hubo un candidato Republicano en una entrevista que afirmó que “se respira un aire similar al de 1976”.

Crearon la Guerra de Secesión por su tozudez en mantener la esclavitud contra la cruzada antiesclavista de Abraham Lincoln. Era para “proteger a los esclavos” que no podrían vivir sin su “ayuda”. 

Y después de perder la guerra, finalmente lograron asesinar a Lincoln.

Desde siempre los “progres” han sido opuestos a la Constitución creada por nuestros padres fundadores.

Una manía sistemática de crear “principios”, “derechos” y otros extremos que pongan en jaque los verdaderos principios establecidos, que han demostrado su solidez, su practicidad, su empuje creativo, su impulso a la prosperidad y han sido el caldo de cultivo para sostener una sociedad basada en la Ley, el Orden, la Libertad, el fomento del emprendimiento y de la prosperidad, basada en la libre competencia, legal y abierta.

Ese empeño obstinado de modificar la sociedad a su leal saber y entender, fue aprovechado por la incompetencia gubernamental republicana que llevó al crac bancario de 1929. Lograron apoderarse de la Casa Blanca en 1932.  Dedicaron esa década al avance de su agenda con la creación de la Seguridad Social, con un gigantesco plan de Obras Públicas destinado a demostrar la superioridad de la economía dirigida por el gobierno, por encima de la privada.

El “descubrimiento” de la creación de las “palancas monetarias”, del “empuje a la demanda mediante estímulos a la impresión monetaria sin respaldo” y demás “herramientas” contra la libertad económica, fue introducido en Inglaterra por Keynes y ampliamente utilizado por los progres.

Esos mecanismos, unidos a su constante y creativo proceso de creación de nuevas “herramientas” de compensación “histórica” a las minorías, determinaron su conocido mecanismo llamado “la economía de la plantación”.

Ese proceso, mediante la cual el dinero público de los impuestos que pagan todos, compran su dominio del voto electoral de esas minorías con el dinero público, les permite acceder y mantenerse en el poder político para un constante privilegio a sus líderes y ayudantes pertenecientes a sus filas.

Como si fuese poco, Stalin en Yalta, recibió de sus manos el regalo de Europa del Este. 

Por supuesto, eso demandó la creación de un sistemático impulso y desarrollo a la industria de la defensa, pilar del complejo militar-industrial que muy bien definió el presidente Eisenhower y que es el fundamento de la corrupción del aparato federal, por encima del voto y la elección popular.

Esa enorme y siempre creciente masa de funcionarios federales, que solo responden a sus propios intereses y a alimentar constantemente el presupuesto. Ese desarrollo armamentista genera otros muchos fenómenos ajenos a este trabajo, pero determinantes de esa necesidad constante de fabricar y utilizar armas y prepararse para una defensa creciente.

Toda esa distorsión de nuestra forma de gobierno, muy alejada de lo concebido por nuestros padres fundadores es la consecuencia de la creación de un tipo nuevo de clase dominante: los políticos, que han sustituido los principios de la libertad mercantil por un complejo sistema de regulaciones, permisos, burocracia absoluta, donde la voluntad popular ha quedado perdida, tornando la libertad mercantil en un gobierno socializante y a la conveniencia de esa especie de mafia política, apropiada del poder real.

El resultado está a la vista: una reducción continua y sistemática del valor real del dinero, compensada para los burócratas y la clase política por mecanismos financieros y bancarios, pero aplastante para el ciudadano común: ¿Cuántos alimentos compraba con un dólar cuando comenzó este secuestro del poder político en los años 30 y cuánto compra hoy?

¿Cuánto le costaba su vivienda y cuánto le cuesta hoy? ¿Cuánto su auto? Y ¿Cuánto sus medicinas?

Y, cabe la pregunta: ¿Hasta cuándo podrán seguir haciendo eso? Ya ese proceso ha caído en crisis en Argentina, entre otros muchos lugares donde se ha empleado por casi 100 años. ¿Todo seguirá igual?

Ya muchos “apadrinados” en la “plantación” se han dado cuenta del cepo en que pretenden mantenerlos y un contemporáneo proceso de regresar a la libertad está en marcha…Hubo un candidato Republicano en una entrevista que afirmó que “se respira un aire similar al de 1976”.