Dr. Fernando Domínguez

 

A pesar de las amargas experiencias con casi 200 millones de muertes, calamidades y sufrimientos sin fin, empobrecimiento y desesperanza, todavía surgen "líderes" que aspiran a esclavizar a quiénes ignoran esas realidades y son embaucados con promesas falsas de "igualdad", "bienestar colectivo" y otras bellas palabras que esconden la cruda realidad de lo que sufrirían en una sociedad colectivista, inexorablemente sometida al poder irrestricto de "la nueva clase".  Las lecciones que se suponen aprendidas parecen insuficientes.

El sufrido pueblo cubano, miserablemente engañado hace 63 años, ha sido sometido al despojo de sus riquezas y esperanzas; a fusilamientos masivos y terror permanente; ha sido y es perversamente utilizado en guerras de rapiña en tierras lejanas; fue traicionado por otros líderes mundiales para impedir su liberación; inmerso en una economía arruinada por la incompetencia de su gobierno, dedicado solo a su sostenimiento en el poder y disfrute absoluto del mismo, encabezado por una cretinocracia cruel y malvada, sintió una cierta esperanza con la caída estrepitosa del muro de Berlín y la implosión del mundo socialista encabezado por la URSS.

En esas circunstancias excepcionales, la población cubana fue empujada a huir de su realidad, cosa diabólicamente propulsada por la tiranía, que convirtió en escapar la meta salvadora. La tabla de salvación personal frente al desastre, fue hábilmente encausada a organizar el enriquecimiento de la élite tiránica con la utilización del secuestro económico de la población esclavizada para establecer un flujo creciente de recursos para esa élite con los fondos que los familiares emigrados, exiliados, desterrados, organizaron para “salvar” de la depauperación extrema y creciente a sus familiares atrapados en la tela de araña castrista, lo que consumió otros 30 largos años de penuria, sufrimientos y desarraigo.

Con esos 60 largos años de sufrimiento, mayor tiempo que el que le había tomado a la República creada en 1902 crear prosperidad y esperanza,  pues llevó a la situación extrema que existe todavía. La cretinocracia original  que asaltó el poder en 1959, fue naturalmente sustituida por una nueva generación de aprovechados, ahora mucho más abiertamente corrupta y descarada que la original y siguiendo la misma metodología acrecentó la misma estúpida sarta de cretinadas, basadas únicamente en apretar las medidas empobrecedoras, adoctrinar masivamente desde el pre-escolar hasta la Universidad, aceitar los mismos impulsos de escapismo y perfeccionar la succión de recursos de los emigrados, antiguos “gusanos” convertidos en mariposas salvadoras del proceso destructivo montado. La organización de empresas legitimadoras de esa succión con todo tipo de envíos, recargas telefónicas, ventas en divisas, etc. etc. fue perfeccionada, con la menor transparencia posible que asegura la impunidad absoluta de la corrupción totalmente generalizada.

Afianzados en su refinada represión, muchos, sin esperanza del escape y atenazados por la extrema crueldad y el descaro del sistema de opresión económica y financiera que consiste en pagar a sus esclavos en moneda nacional devaluada a un valor aproximado del 5% de su valor original y venderle exclusivamente en divisas extranjeras sus bienes más elementales, lo que minó muy seriamente la capacidad de contención del sistema basado únicamente en la intimidación más descarada lo que llegó al  punto que provocó la explosión social que espontáneamente reventó en julio del 2021.

Esa explosión social ha sido cruel, abierta y descaradamente reprimida con golpes, cárcel injustificada y condenas fuera de proporción para lograr otra vez la contención perdida, ahora por el más descarado terror y la más desvergonzada complicidad de sus iguales, agentes y “admiradores” en otros gobiernos y en las organizaciones internacionales, penetradas de larga data, tarea que comenzó el sátrapa original. Ello es una gigantesca caldera de vapor que sobrepasa la capacidad de sus componentes y que sus escapes van siendo remendados día a día, por la falta de talento e imaginación de sus gobernantes que han reducido su "persuasión" al terror más abierto ejercido a diario y por cualquier elemento de esa cadena de intimidación a escala local, regional y nacional. Como la presión es aumentada día día, pues la posibilidad de contención de los escapes llegará a un límite que volverá a generar una explosión tal que hará desaparecer la propia caldera y a sus esbirros.

La sumisión mostrada por mucho tiempo entre los que viven dentro del monstruo y son sometidos a la represión genera cierto desconcierto. Los que tienen familiares esclavizados se encuentran ante la disyuntiva de continuar “manteniendo al régimen” a través de los envíos de subsistencia o sus sentimientos de solidaridad familiar. La desideologización de muchos que han engrosado las filas en el exterior por puro interés individual y ajenos a la problemática política es utilizada por la tiranía, aún sin que lo sepan los tontos útiles y/o los más descarados que incluso ayudan a la esclavitud de sus hermanos con su vileza, tornando en negocio y “estilo de vida” contribuir a mantener esa monstruosidad.

Algunos ingenuamente atribuyen el papel rector de la lucha por la libertad de Cuba a los exiliados,  y ven a la población esclava como dependientes del liderazgo del exilio. Otros creen que la invocación a la denuncia pública para que los entes internacionales “intervengan” a favor del pueblo cubano, es lo decisivo.  Esto, que evidentemente no ha sucedido es evidente  que probablemente no sucederá debido al chantaje, la corrupción, la penetración y la compra descarada de voluntades que el régimen ha hecho por décadas y/o por la composición ideológica de esos personajes, hábilmente escogidos por las fuerzas que gobiernan al mundo, que ven como sus enemigos a los patriotas y no a los esclavizadores.

Hay otros que culpan a la falta de “unidad” entre los desterrados/exiliados que no haya libertad; ingenuidad que pretende creer que si todos gritamos al mismo tiempo pues la Tiranía se va a asustar y abandonar el poder o podríamos imitar a Martí con un desembarco al estilo de la Fernandina, cuando las leyes internacionales impiden siquiera gritar demasiado alto a riesgo de perder la libertad.

La realidad indica que el mejor enemigo de la Tiranía es su propia estupidez. Su desenfrenado  empobrecimiento esclavizador. Su absoluto desprecio por satisfacer las necesidades de la población. Su descocado enriquecimiento a costa del empobrecimiento del país. Su creencia de que son impunes e invulnerables al odio popular. Y que la continuada insistencia a la lucha “pacífica” convierte a la tiranía en dueña  del monopolio de la violencia, por lo que cualquier otro estallido futuro será igualmente controlado con represión, crueldad ilimitada e impunidad mundial.  Pero la verdad es que los estallidos sociales se sabe que comienzan inesperadamente, pero se ignora hasta donde llegan y cuáles serán sus víctimas.