Por Esteban Fernandez

 

Llegué al exilio en busca de libertad y la encontré, pero algunos insisten en que pierda la "blancura". Mi pasaporte dice "blanco", el acta de nacimiento dice "blanco", pero nadie que no sea cubano quiere aceptar que soy "blanco". Ya en la actualidad si me preguntan ¿Raza? Respondo: ¡CUBANO Y A MUCHA HONRA!" Así con signos de admiración y todo.

Pero siempre nos encontramos con algunos envidiosos latinoamericanos que en forma de reproche dicen: "El problema de los cubanos es que SE CREEN BLANCOS"...Quieren que les acepte mi equivocación o echarles la culpa a mis padres quienes cometieron el tremendo error de llevarme al Juzgado e inscribirme allí como "blanco".

Quizás fue mi abuelo Manuel que era Juez de Güines y utilizó su "palanca" para poner en la fe de bautizo que era blanco. O, mejor, la culpa recae sobre mi abuela catalana, Concepción Roig, quien no se dio cuenta que al tener hijos en un país "del tercer mundo", al inscribirlos, debió aclarar: "Yo soy blanca, pero mis hijos POR HABER NACIDO EN CUBA son un par de inditos con levitas, por lo tanto, Enrique es Taíno y Esteban es Siboney".

A mí me parece que la mayoría de la gente en nuestro entorno se sentiría más complacida si nosotros los cubanos aceptáramos con orgullo que la mayoría somos descendientes directos de las razas sufridas de guanatahabeyes y los demás no estamos seguros si somos Congos o somos Carabalí...

Pero a mí "Plin”: En un final soy BLANCO soy CUBANO y trato de ser LO MEJOR POSIBLE. Y al que le pique que se rasque. Por cierto a los negros cubanos les pasa parecido, tuve un jefe en el trabajo que nunca me aceptó que el pelotero Yasiel Puig era negro, siempre me decía que "no era BLACK, que era CUBAN"...