Por Esteban Fernández Roig Jr.

 

En ese instante en Cuba existían 7, 400 escuelas y 670.000 estudiantes matriculados en ellas.

Mis padres decidieron que fuera al Colegio Americano de Güines, y EL PRIMER LUNES DE 1950, llevado de la mano por mi madre, fui recibido en la puerta del plantel por el conserje llamado “Guerra”…

Después fui adquiriendo otros conocimientos, pero lo esencial, lo básico, LO APRENDÍ EN EL KINDERGARTEN del “Kate Plumer Bryan Memorial”…

Es decir que acto seguido del kinder me enseñaron la raíz cuadradada de la hipotenuza, quebrados, teoremas, física, química, sicologia… Vaya, de todo un poco.

Algunas me fueron útiles, mientras  la inmensa mayoría de las materias no me han servido de mucha utilidad en la vida.

Pero, mis estimados lectores, en el kindergarten sí que “se me pegó” en el cerebro lo más elemental y lo que más he utilizado en toda mi existencia.

Lo primero que me di cuenta fue que en la vida futura era muy bueno rodearse de amigos: Y allí me encontré a  Milton Sori, Tony Marin, José Ángel Goiriena,  Eddy Conde, Ledia Herrera, Magda Fernández, Ibis Carabeo Chao, Eddy Mendoza Amieva…

Me pusieron a dibujar; primero

me enseñaron las vocales y después todas las letras, y poco a poco comencé a leer. Me hicieron aprender y cantar el himno nacional.

Un día aprendí los “10 Mandamiento”, de memoria me hicieron rezar el “Padre Nuestro”, por primera vez me inculcaron a  dar gracias a Dios y a Jesucrito. Los viernes saludaba y juraba la bandera cubana.

Supe quienes fueron Martí, Maceo y Gómez. Dos semanas la maestra dedicó a que me aprendiera de memoria la reglas de sumar, restar, multiplicar y dividir.

Si hoy tengo una letra bastante aceptable es gracias a la clases de caligrafía en el kindergarten.

Aprendí el alfabeto, los meses del año, y que el año tenía 365 días, me enteré lo que era un año bisiesto, aprendí a cortar con una tijera, a pegar con goma. Hasta un poquito de “agricultura”aprendí sumergiendo unos frijoles en un vaso de agua y esperar que saliera una mata.

Por lo tanto, de todas mis maestras a la que más le agradezco es a la joven proveniente de Cárdenas llamada  Violeta Espinosa, quien

me enseñó que 2+2 son 4 y me enseñó a escribir la palabra “Esteban”… gracias 🙏