Por Esteban Fernandez

 

Le dijo el admirado y nonagenario Clint Eastwood al cantante de country Toby Keith, cuando éste le preguntó qué hacía para seguir activo y brillante a su edad: “Cuando me levanto todos los días, no dejo entrar al viejo”.

Y yo añado: Debemos aceptar con dignidad la vejez evitando lo más posible sentirse viejo. Debemos alegrarnos  de haber llegado a viejo porque la única alternativa para no envejecer es morir. Y nadie quiere eso.

Entender que cuando nos dicen: “Buenos días ¿cómo estás?” Es simplemente un saludo y que solo debemos responder: “Bien, gracias” y no es el momento apropiado para detallar los atormentadores achaques. Tampoco hablar con los amigos por teléfono de enfermedades, de cirugías, ni de medicinas, ni de heces fecales. Guardemos eso para cuando hablemos con el médico.

Estar súper consciente de que jamás una muchacha de 20 años se va a enamorar de un ancianito aunque mucho se ría de sus chistes. Agradecer cuando un joven, un nieto, un muchacho vecino, se toma el tiempo seriamente de escucharlo  por media hora y de actuar como que seguirá sus consejos.

Y YO NO SOY UN VIEJO NI USTED ES UN VIEJO.

 Me gustaría que todos mis lectores aceptaran mi premisa de “lo que es un viejo”: Un viejo es alguien que es 10 años mayor que uno. Cuando yo tenía 10 años creía que un joven de  20 años era un viejo.