Por Esteban Fernandez

 

Ya sabemos todas las consecuencias terribles que nos puede acarrear el Covid 19, pero a mí me encanta buscarle el lado positivo a todas las tragedias que se produzcan en nuestras vidas. Mantengo la tesis de que “No hay mal que por bien no venga”...

Tal parece que esta pandemia al 95 por ciento de los seres humanos nos acerca más a DIOS. Eso es buenísimo, nada atrae mas a la gente a creer y rogar que una desgracia. Y si salimos vivos darles gracias al Todopoderoso.

Ir al Marquet es una maravilla, usted va por una línea y la gente se aparta y le cede el paso. No hay aglomeraciones en los elevadores, si usted penetra a un ascensor lo único que tiene hacer es toser un poquito y lo dejan a uno solo en alma.

Un amigo me dice que entró a uno, estornudó, y la gente puso pies en polvorosa, pero se quedó una pareja de jóvenes rezagados y él “subió la parada” y dijo en voz alta: “¡Ah, yo sabía que esta epidemia me iba a coger!” y salieron como bola por tronera.

Algo bueno es que ha acabado con varios matrimonios, digo “bueno” porque obviamente eran matrimonios “tóxicos” porque una pareja que no aguante estar varias semanas juntos no servía para nada antes del Coronavirus.

Aunque, desde luego, hay muchos matrimonios amorosos y que este Coronavirus ha traído como consecuencia un montón de embarazos y que sus hijos serán recordados como LA GENERACIÓN COVID19.

A las personas que se quieren de verdad los ha juntado más, han disfrutado de juegos como el Monopolio, cubilete, Damas y Parchís que hacía muchísimos años tenían arrumbados en un closet. Han comido y han visto televisión en familia. Cosas las cuales parecían costumbres pasadas de moda.

Nos estamos acostumbrando a limpiarnos más a menudo las manos, y no tocarnos la cara, ni los ojos, ni la nariz. Aunque son reglas de higiene que yo practico desde hace mucho rato, desde que trabajaba en la “Casa de Cambiar Cheques” y me pasada el día tocando y contando dinero que es la cosa mas sucia que hay. Ustedes saben que el dinero es cochinísimo cuando no es nuestro…

Casi ya no estrechamos las manos de amigos y mucho menos de desconocidos, que era algo que a mi me preocupaba desde antes porque nunca uno sabe si el que nos estrecha la mano se puso antes un supositorio de “Preparación H” y no se lavó las manos …

Muy bueno es que toda persona con dos dedos de frente puede constatar lo hipócritas que son los Demócratas que nos previenen del peligro de asistir a una futura concentración a favor de Donald Trump, pero no dicen ni pío de las protestas efectuadas contra la policía.

Hay gente que está ganando más plata metido en las casas que trabajando. Si no hay dinero para pagar la renta se puede echar la culpa al Coronavirus. Los niños no tienen que levantarse temprano para ir al colegio y dan clases tranquilamente a través de las computadoras.

No hay que ir a las tediosas y contagiosas consultas médicas y los doctores llaman para atenderlo a uno por teléfono. Y muchos doctores trabajan desde la comodidad de sus hogares.

Mis compatriotas se pasan el día enviando videos por mensajes en Facebook, unos a favor de Trump, otros para que veamos lo mal que la están pasando en Cuba y otros indicándonos la forma adecuada para curar este virus. Hasta ahora “las gárgaras de agua con sal” se va ganado el primer lugar entre los consejos cubanos. Y ahora tengo tiempo para borrarlos...

Al principio nos metieron miedo con que se acabaría la comida y los papeles higiénicos. Pero al final todos hemos engordado y con los orificios más limpios que nunca antes...

Al final acepto que me siento desesperado por salir de plaga, anhelando que surja la vacuna que nos saque de esta salación, pero cuando todo esto termine vivo convencido de que seremos mejores seres humanos, más comprensivos, más espirituales y más agradecidos hasta por los privilegios que ni cuenta nos dábamos que poseíamos.

Y ojalá, que también encontremos el antídoto para el comunismo que nos acecha...¡ Dios nos proteja a todos !