Por Esteban Fernandez

 

Mi querida y respetada Patrona de Cuba: Diariamente le doy GRACIAS A DIOS por todo lo que ÉL me da, desde que me levanto ya le agradezco el estar vivo, PERO EN LAS COSAS DE MI PAÍS, mis pedidos, mis ruegos, van hacia ti…

Todos los días y en especial los 8 de Septiembre, te suplico   que intercedas por nuestra nación. Que tiendas tu manto divino sobre la Isla sagrada de mis amores y añoranzas.

Con verdadera devoción y humildad te  digo: “Virgencita, yo he hecho todo lo que ha estado a mi alcance. Todos los que me rodean, mis amigos todos, hemos hecho lo que hemos podido, pero no hemos conseguido el sublime logro de liberar al país que nos sirvió de cuna”... ¡Ayúdanos!

“¡Libérala tú, logra lo que nosotros no hemos podido hacer! Siento que solamente Tú puedes sacarnos de esta larga tragedia que se ha cernido sobre la Isla, sobre el país mas lindo del planeta Tierra”. ¡Por favor socorre a nuestra Patria  María de La Caridad!

“Te prometo que los cubanos que deseamos lo mejor para Cuba, seguiremos cumpliendo con nuestros deberes en favor de la libertad. Pondremos de nuestra parte, y haremos nuestro mayor esfuerzo ayudándote”.

“Paraliza las manos de los esbirros, cuida a los cubanos buenos -que yo sé existen y son mayoría - dentro de la tierra donde tu eres la Reina, protectora y Patrona”.

“¡Para Cuba ya es hora! Con tu divina bondad y ayuda se logrará el milagro de que Cuba surja de sus cenizas. Te lo pide este humilde servidor y te lo pide un pueblo necesitado de libertad”.

“No sé si me recordarás, siempre  me comunico contigo rogándote por nuestra Cuba, soy aquel niñito que iba al Colegio Americano  llevando orgulloso en su pecho tu bella imagen.  Gracias Esteban de Jesús Fernández”.