Por Esteban Fernandez

 

Al terminar de leer este escrito usted dirá: “¡Contra, Esteban, usted es viejo, pero viejo de verdad! Y mi respuesta será: “¡Imagínate, yo nací en 1492!”

Algunos lectores se han tropezado con mis escritos recientemente gracias al Internet y creen que es algo nuevo, pero de eso nada, esta columna es más vieja que Matusalén. Surge en la época de Ñañaseré.

Vaya, cuando comencé a escribir yo no sabía ni lo que era una computadora y emborronaba cuartillas con una pluma de ganso…

Yo tenía una mota más grande que la de Elvis Presley, el Presidente era Lyndon B. Johnson, no existía el periódico 20 de Mayo en California, ni la revista Ideal y “Libre” tenía dos años de fundado.

Barack Hussein Obama estaba montado en un velocípedo en Hawái, Michael Jackson era un muchachito, la organización más antigua del exilio, Alpha 66, estaba dando los primeros pasos en Puerto Rico, no existía el CID, ni la Junta Patriótica, ni Abdala, ni la Fundación Cubano Americana, Otto Sirgo era un galán y Celia Cruz todavía estaba en la mitad de su carrera artística…

Jorge Ramos era un muchachito empinando papalotes en México, nadie sabía quiénes eran Willy Chirino, ni Thalía. Todavía Andy García no sabía que iba a ser actor de cine…

El gordo Raúl de Molina aún estaba en la primaria comiéndose la merienda de los demás alumnos , el mejor columnista del exilio era Humberto Medrano. No existía Radio Martí y teníamos que conformarnos con “Radio Swan” y todavía en la 8 y la 8 del S.W. de Miami estaba el Peking de Rafael y Federico.

Cuando comenzaron mis mal hilvanadas líneas Carlos Prío, Fulgencio Batista, Guas Inclán, Andrés y Aurelio Nazario, Diego Medina, Agustín Tamargo, Jorge Más Canosa, Leopoldo Fernández, Anibal de Mar, Mimí Cal, estaban vivos.

Huber Matos, Tony Cuesta, René Cruz, y miles de compatriotas estaban en la cárcel. El M.I.R.R. de Orlando Bosch realizaba ataques aéreos contra el castrismo..

El único libro anticastrista era “Daga en el Corazón” de Mario Lazo, no existía la disidencia pacifica (solo enemigos a rajatabla) ni se usaban palabras como “relajarse” ni “estresarse”, no se conocía la terrible enfermedad del SIDA, Shirhan Shirhan todavía no había asesinado a Robert Kennedy, yo no tenía hijas y ya soy abuelo…

Cuando  comenzó esta columna no había nacido el creador de FACEBOOK, nadie recibía un correo electrónico (Email), nadie le llamaba “salsa” a la música cubana, el tirano era un cuarentón, la gasolina costaba menos de un peso el galón, el Che Guevara no había llegado al infierno, Ronald Reagan no era ni gobernador de California y todavía estaba vivo el último de nuestros mambises: Generoso Campos Marqueti…

Bueno, ahora recuerdo que siendo yo un muchachito escuché a un genovés diciendo: “¡Esta es la tierra más hermosa que ojos humanos han visto” y ahí mismito me inspiré y decidí escribir mi primera columna.