Por Esteban Fernandez

 

Al salir de Cuba Esteban y Ana María me leyeron la cartilla: “No vayas a hacer nada que nos decepcione a nosotros ”. Y yo vivía convencido de que todo lo que yo hiciera en el exilio se enterarían y repercutiría en mis padres. Lo cierto fue que desde que puse un pie en Florida en 1962 ya comenzaron para mi -un muchacho sin experiencia en la vida y sólo armado con los principios inculcados- muchas tentaciones.

Mi primer trabajo fue en una gasolinera en la calle 8 y la 27 ave propiedad del cienfueguero Lino Menéndez ... En esa labor me acompañaban dos jóvenes muy dicharacheros y amigables. Uno de ellos me dijo: “¿Ya te diste cuenta que nos pagan una basura?” Y añadió: “¿Ves aquella bomba de gasolina que está al final? Bueno, está adaptada para que en lugar de comenzar en cero comience en un dólar. Todo ancianito que veas despistado lo envías para allá. Al final del día nos dividimos las ganancias que nos da esa bomba”.

Desesperadamente yo necesita el dinero pero les dije: ‘No, yo no voy a participar en eso, no vine aquí a robar.”En ese instante se acabó la confraternidad y me dijeron muy molestos: “Bueno, pues aquí si no robas no puedes trabajar”... Y, evitando tener que chivatearlos, sin despedirme del dueño me fui para la casa...

Después alguien me aconsejó diciéndome: “Vete a ver a tu amigo güinero Rafael, dicen que tiene un trabajo muy bueno y está yendo a la universidad, para ver si te puede colocar en algo”. Sin buscarlo me lo encontré y le dije: “Oye ¿qué estás haciendo? me dijeron que estás muy bien”...Me dijo: “Sí, estoy haciendo cantidad de dinero robando carros, si quieres te enseño, es súper fácil”. Nos despedimos con un abrazo, no supe más de él hasta que me enteré que había subido mucho en la escala de delincuente profesional y estaba cumpliendo una cadena perpetua por “hit man” de la mafia de New York ...

Cuando salí de la JURE y del Barco Venus, se me acercó uno de los tripulantes y me dijo: “Estoy haciendo lo mismo que hacíamos en la causa cubana, salir en un buque madre como el Venus, entonces en alta mar se nos acerca una lancha, hacemos eso que le llaman ‘rendeveus’ pero ahora en lugar de armas la cosa es con drogas”. Simplemente le respondí: “No, gracias, yo estoy haciendo planes para irme para California”.

En un market que yo iba con regularidad en Miami llamado Casablanca me hice conocido con un tipo y a los pocos días me planteó que lo acompañara en su cacharro para interceptarnos delante de una guagua y poner una querella e irnos al quiropráctico y al abogado. Lo mandé al diablo...

Y trabajando en el Liborio Marquet de Miami (en la 8 y la 8 del S.W.) ganando 95 centavos la hora otro empleado trató de enseñarme que podíamos meter un montón de productos dentro de una bolsa y tirarlos en el latón de basura que estaba atrás de la bodega. Me dijo que mas tarde en la noche, podíamos pasar a recoger la mercancía robada y venderla. No lo delaté pero rechacé rotundamente su indecente propuesta...

Y trabajando 15 años como “manager” de una casa de cambio de cheques CANOGA PARK QUICK CHECK tuve mil tentaciones y oportunidades y no me llevé ni un sello de correo...Después han habido más de cien tentaciones pero he salido ileso...Y allá murieron mis padres sin que jamás les llegara una sola noticia humillante mediante la cual debían sentirse decepcionados.