Por Mamela Fiallo Flor

PANAMPOST

 

"Nuestra bandera jamás será roja (como el socialismo)", coreaban los manifestantes que calentaron motores para la recta final de la campaña, mientras Lula da Silva optó por pasar el feriado en su residencia en Sao Paulo.

Brasil celebró los 200 años de su independencia con desfiles militares y algarabía. A menos de un mes para las elecciones presidenciales, la celebración tuvo un tinte patriótico y electoral. El presidente Jair Bolsonaro fue recibido por una multitud que lo aclamaba con los colores verde y amarillo que identifican los símbolos patrios.

«Está en juego nuestra libertad», declaró Bolsonaro en el Palacio de la Alborada, su residencia oficial, antes de dirigirse hacia la Explanada de los Ministerios, una céntrica avenida de Brasilia en la que encabezó un desfile cívico militar. La celebración también se vivió en Río de Janeiro.

«Mi bandera es Brasil (…) Nuestra bandera jamás será roja (en alusión al comunismo)», gritaban los asistentes al evento que, en muchos casos, acamparon en la capital brasileña para escuchar el discurso del mandatario mientras repetían la consigna: «Independencia o muerte».

“Ningún país tiene lo que tenemos nosotros. Tenemos todo para ser aún más felices. Pueden estar seguros de que con la gracia de Dios, que me dio una segunda vida, lograremos juntos nuestras metas. Hoy tienen un presidente que cree en Dios, que respeta a su policía y a sus militares, un gobierno que defiende a la familia y un presidente que le debe lealtad a su pueblo», dijo Bolsonaro.

La «segunda vida» hace alusión al intento de asesinato que sufrió Bolsonaro durante la pasada campaña presidencial. El ataque habría impulsado su triunfo, en cuanto reflejó la necesidad de combatir el crimen. Y así lo ha hecho. Bajo el gobierno de Bolsonaro disiminuyó la muerte de inocentes y aumentó la de delincuentes. En contraste, a comienzo de este año salieron a la luz los vínculos que tendría el PT, el partido de su principal rival, con la mayor red criminal de Sudamérica, el Primeiro Comando da Capital (PCC), a partir de la confesión del publicista Marcos Valério a la justicia brasileña.

El mandatario también destacó que la gente empezó a entender más sobre la importancia de la libertad, que fue uno de los factores que permitió que la economía de Brasil fuera la primera de Latinoamérica en recuperar los niveles previos a la pandemia. Adicionalmente, el gigante sudamericano logró el mes pasado ser la única nación con deflación mientras el resto de la región no logra escapar de altos índices inflacionarios.

LULA HABRÍA PASADO EL FERIADO EN SU CASA

Mientras una multitud respaldaba a Bolsonaro en la calle, su principal rival electoral se mantuvo refugiado en su casa. Según informa el portal Conexao Politica, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva decidió pasar el feriado del 7 de septiembre en su residencia de Sao Paulo para grabar anuncios de radio y televisión para la campaña electoral.

El medio brasileño agrega que la dirección del Partido de los Trabajadores (PT) optó por preservar al líder izquierdista el Día de la Independencia para no generar ninguna reacción que pudiera interpretarse como una provocación a las manifestaciones convocadas por el presidente Jair Bolsonaro.

Este miércoles el presidente Bolsonaro logró darse un baño de masas a menos de un mes para las elecciones, mientras su principal contrincante decidió permanecer en su residencia. Aunque las encuestas dan ventaja a Lula da Silva para los comicios del próximo 2 de octubre, la izquierda no ha sido efectiva a la hora de convocar a sus simpatizantes en las calles.

El legislador Luiz Philippe de Orleans e Bragança, descendiente de la antigua familia real brasileña y férreo partidario del presidente Jair Bolsonaro, sostiene que Brasil es hoy lo que fue en la Reconquista Asturias. Así como siglos atrás avanzó el Islam sobre Europa, hoy arrasa el socialismo en Sudamérica. Por tal motivo, pide a la nación votar no solo por el bien de Brasil sino de toda la región. La retrata como una elección en la que no solo se elige entre candidatos sino entre la civilización y la barbarie. Por lo que posiciona al voto como un deber más que un derecho.

Con las multitudinarias manifestaciones de este miércoles, el presidente Jair Bolsonaro calentó las calles para lo que serán los cierres de campaña de las próximas semanas rumbo a las elecciones del 2 de octubre en las que busca mantenerse en el cargo para seguir defendiendo la libertad y la independencia.

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