Por Angélica Mora

Nueva York

 

A estas alturas, el virus COVID-19 parece que llegó para quedarse. Con sus múltiples variantes el virus -de origen chino- ha cambiado al mundo; y media humanidad anda con las aborrecibles, pero necesarias máscaras, para de alguna manera desviar y evitar los contagios.

Estados Unidos sigue tomando medidas y anunció detalles de un reciente mandato que obliga a los empleadores con más de cien trabajadores a exigir que los contratados estén vacunados o sean revisados cada semana contra el virus.

Además, la orden contiene un mandato separado que requiere que los empleados que participan en los programas oficiales de salud de Medicare or Medicaid, integren la fuerza de los vacunados antes del 4 de enero del 2022.

Esta orden recluta a más de 84 millones de trabajadores en los Estados Unidos que equivale a los dos tercios de todos los empleados en la Unión Americana.

Los que resulten positivos, o sea, contagiados con el virus, deberán ser removidos de los centros de trabajo. Los vacunados podrán quedarse en sus casas, con tiempo pagado, recuperándose de los posibles efectos de la vacuna.

Los empleadores que no cumplan con el mandato serán fuertemente multados.

Para ser considerado completamente vacunados los trabajadores deberán haber recibidos dos dosis de la vacuna COVID-19 Pfizer's or Moderna o una Johnson & Johnson.

CRITICAS

La nueva orden de salud del gobierno de Biden contiene serios problemas que van desde, qué ocurre con los centros de trabajo con menos de cien empleados, las excepciones de salud y religión y serias fallas en las leyes que protegen -hasta ahora- a los dueños de negocios.

A parte de eso, muchos sectores, especialmnete de derecha y libertarios, objetan que el gobierno se inmiscuya tan fuertemente en la vida personal de los estadounidense. Consideran que no es asunto del gobierno en la vida de los ciudadanos citando a la constitución, preferencias personales y el derechoo a elegir lo que la gente quiera. Por supuesto, esa posición es controvercial y criticada por la mayoría de la poblacion.

PANDEMIA MUNDIAL

Mientras tanto, el virus extiende sus tentáculos por el mundo. Rusia registró otro récord de muertes por coronavirus: 1.195 fallecidos y más de 40 mil contagiados en un día, convirtiendose así en la nación con más casos en el mundo, después de Estados Unidos, India, Brasil y el Reino Unido. Esto, pese a que los rusos tienen desde hace seis días vacaciones pagadas, por orden del presidente, Vladimir Putin, precisamente para tratar de bajar la incidencia y la mortalidad de los casos.

Alemania registró récord de contagios diarios de COVID-19 desde el inicio de la pandemia. Hubo 33.949 casos en las últimas 24 horas. Las autoridades sanitarias ruegan a los ciudadanos que se vacunen, mientras las salas de emergencia de los hospitales han comenzado a llenarse nuevamente y crecen las infecciones entre los niños y los ancianos.

Mientras tanto, Gran Bretaña hoy cuenta con el primer antiviral autorizado con condiciones para tratar adultos con factores de riesgo que contraigan la enfermedad. Se trata de Molnupiravir, una droga desarrollada por la empresa farmacéutica MSD -conocida en Estados Unidos y Canadá como Merck & Co junto con su socio Ridgeback Biotherapeutics- que en fase experimental demostró reducir el riesgo de hospitalización o muerte en pacientes con coronavirus leve o moderado.

Y el virus también afecta la política, como es el caso de Chile. El candidato a la Presidencia del país andino, el izquierdista Gabriel Boric, dio positivo al test de coronavirus y tuvo que suspender su campaña, a 18 días de las elecciones.

El resto de los aspirantes suspendieron también sus actos de cierre de campaña, ya que asistieron todos juntos a un foro en el marco de las actividades preelectorales. Boric, del partido Apruebo Dignidad, confirmó que dio positivo de coronavirus tras hacerse una prueba al padecer síntomas de la enfermedad. Aseguró sentirse “muy frustrado” por haberse contagiado “justo en el tramo final de la campaña”.

Antes de la confirmación de contagio de Boric, los candidatos que aspiran a la presidencia chilena el 21 de este mes, suspendieron sus actos de campaña. Entre ellos el oficialista Sebastián Sichel, el conservador José Antonio Kast y Marco Enríquez-Ominami optaron por suspender sus agendas electorales y someterse a pruebas de contagio.