Benjamin Netanyahu reitera que la guerra solo terminará con una 'victoria total' de Israel.

Los ataques aéreos israelíes mataron al menos a 44 palestinos en Rafah en las primeras horas del sábado, después de que el primer ministro de Israel dijo que pidió al Ejército que planifique la evacuación de cientos de miles de personas desde la ciudad del sur de Gaza antes de una invasión terrestre a lo que sería el último bastión de Hamás en ese territorio.

Benjamin Netanyahu no ofreció otros detalles ni la posible fecha del operativo, pero el anuncio desató el pánico generalizado.

Más de la mitad de los 2.3 millones de habitantes de Gaza están hacinados en Rafah, muchos de ellos tras verse obligados a desplazarse por las repetidas órdenes de evacuación israelíes, que afectan ya a dos tercios del sitiado enclave. No está claro a qué lugar podrán huir ahora.

La noticia sobre los planes de invasión coronó una semana de fricciones cada vez más públicas entre Netanyahu y el Gobierno de Estados Unidos. Funcionarios de la Casa Blanca han manifestado que invadir Rafah sin un plan para la población civil llevaría al desastre.

El ministro del Exterior egipcio, Sameh Shoukry, dijo que una ofensiva terrestre en Rafah tendría "consecuencias desastrosas", y afirmó que Israel pretende finalmente expulsar a los palestinos de su tierra, citó la agencia AP.

Otro mediador, Catar, advirtió que habría un desastre en caso de una ofensiva israelí, y Arabia Saudí dijo que tendría "repercusiones muy graves".

Israel ha llevado a cabo ataques aéreos en Rafah casi a diario, incluso después de decir a los civiles en las últimas semanas que se refugiaran allí de los combates terrestres en la ciudad de Jan Yunis, ubicada justo al norte.

Durante la madrugada del sábado, tres ataques contra viviendas en la zona dejaron 28 fallecidos, según un funcionario de Salud y reporteros de AP que vieron llegar los cadáveres a los hospitales. Cada operación acabó con la vida de varios miembros de tres familias distintas, incluyendo un total de diez menores, el más pequeño de apenas tres meses, indicó el reporte.

En Jan Yunis, donde se centra ahora la campaña terrestre israelí, el Ejército disparó contra el hospital Nasser, el más grande de la zona, y mató al menos a una persona, además de causar varios heridos, indicó Ashraf al-Qidra, vocero del Ministerio de Salud de Gaza, controlado por Hamás.

El personal médico no puede moverse entre los distintos edificios del complejo debido al intenso fuego, añadió a AP, apuntando que en el hospital se refugian 300 miembros del personal médico, 450 pacientes y 10.000 desplazados.

 

Según las autoridades gazatíes, las víctimas palestinas en Gaza superaron las 28.000 tras cuatro meses de guerra. Israel responsabiliza a Hamás de esas muertes porque combate en zonas civiles, pero los funcionarios estadounidenses han pedido ataques más precisos. Joe Biden dijo esta semana que la respuesta israelí estaba siendo "exagerada".

Las autoridades israelíes dicen que Rafah, en la frontera con Egipto, es el último bastión de Hamás en Gaza. "Es imposible lograr el objetivo de la guerra de eliminar a Hamás dejando cuatro batallones de la milicia en Rafah", indicó la oficina de Netanyahu el viernes.

"Por el contrario, está claro que la intensa actividad en Rafah requiere que los civiles evacuen las zonas de combate", agregó.

La oficina indicó además que ordenó al Ejército y a las autoridades de seguridad que elaboren un "plan combinado", que incluya tanto una evacuación masiva de civiles como la destrucción de las fuerzas insurgentes en la ciudad.

Sigue sin estar claro a dónde podrían dirigirse los civiles ahora. La ofensiva israelí ha causado una destrucción generalizada, especialmente en el norte del enclave, y cientos de miles de personas no tienen casas a las que regresar.

Por su parte, Egipto ha advertido que cualquier movimiento de palestinos a través de su frontera amenazaría el tratado de paz firmado con Israel hace cuatro décadas. El paso fronterizo entre Gaza y Egipto, que está prácticamente cerrado, es además el principal punto de entrada de ayuda humanitaria al territorio.

Antes de la guerra, Rafah tenía una población de aproximadamente 280.000 habitantes pero, según Naciones Unidas, ahora alberga a alrededor de 1.4 millones de personas que viven con familiares, en refugios o en extensos campamentos de tiendas de campaña, tras escapar de los combates en otras zonas.

Israel declaró la guerra después de que miles de milicianos de Hamas atacaron el sur de su territorio el 7 de octubre, matando a 1.200 personas, en su mayoría civiles, y tomando a otras 250 más como rehenes.

Netanyahu sostiene que la guerra solo terminará con una "victoria total" de Israel, que incluya aplastar a Hamás, un objetivo que incluso algunos en Israel consideran inalcanzable.

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