Los científicos no descartan que algunos fragmentos hayan impactado sobre zonas pobladas.

Los restos del enorme cohete Long March 5B de China, con un peso entre cinco y nueve toneladas, se estrellaron el sábado en el Océano Índico, entre las islas Maldivas y Malasia, según las primeras estimaciones. No obstante, no se descarta que algunos fragmentos hayan impactado sobre zonas pobladas.

La caída del vehículo espacial ocurrió después de días de incertidumbre a partir de que se conociera que este reentraría en la atmósfera terrestre y se precipitaría en un punto no precisado.

Las autoridades chinas informaron que el área del impacto está situada en la zona marítima circundante a 119,0° de longitud este y 9,1° de latitud norte, y que la mayoría de los fragmentos se habrían destruido durante el proceso de reingreso, citó EFE.

Los expertos consideran que habrá de pasar un tiempo antes de que se sepa con certeza dónde han caído los restos del cohete, pero no se descarta que estos haya causado afectaciones o daños a infraestructuras de las ciudades malasias de Sibu o Bintulu, e incluso en el Estado de Brunei.

De acuerdo con el astrofísico y rastreador de satélites Jonathan McDowell, del Centro Harvard-Smithsonian de Astrofísica, es "poco probable, pero no imposible" que uno o más fragmentos hayan golpeado un núcleo de población de estas ciudades, sin que por el momento hayan trascendido noticias al respecto.

El objeto corresponde a los restos del propulsor del cohete chino Long March 5B, que el 24 de julio pasado despegó hacia la órbita del segundo módulo de la estación espacial Tiangong, actualmente en construcción.

Las etapas centrales de la mayoría de los cohetes de clase orbital están diseñadas para descender poco después del despegue, y son controladas y dirigidas de manera segura hacia el mar o sobre regiones escasamente pobladas de tierra firme, o para realizar aterrizajes verticales motorizados y permitir su reutilización.

Sin embargo, en el caso del Long March, después de que el cohete llegara al espacio, arrojó su núcleo de refuerzo, que permaneció en órbita antes de precipitarse a la Tierra.

El administrador de la NASA, Bill Nelson, indicó en un comunicado poco después del reingreso del cohete: "La República Popular de China (RPC) no compartió información específica sobre la trayectoria cuando su cohete Gran Marcha 5B cayó a la Tierra".

"Todas las naciones que realizan actividades espaciales deben seguir las mejores prácticas establecidas y hacer su parte para compartir este tipo de información con anticipación para permitir predicciones confiables del riesgo potencial de impacto de escombros, especialmente para vehículos pesados que conllevan un riesgo significativo de pérdida de vidas y bienes", agregó.

"Hacerlo es fundamental para el uso responsable del espacio y para garantizar la seguridad de las personas aquí en la Tierra", concluyó.

En mayo de 2020 fragmentos de otro Long March 5B chino cayeron sobre Costa de Marfil, dañando varios edificios en esa nación de África Occidental, aunque sin provocar heridos.

En abril de 2021, un vehículo similar fue lanzado por China con el propósito de colocar en órbita una primera fase de su estación espacial. Los restos de este cohete ingresaron a la atmósfera el 9 de mayo y cayeron también sobre el Océano Índico, sin mayores consecuencias.

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