Sus detractores la acusan de promover políticas de austeridad, pero actualmente es la economista más citada del mundo.

Nacida en Cuba, Carmen Reinhart, la actual economista jefa del Banco Mundial, emigró con sus padres hacia los Estados Unidos en 1966, cuando apenas tenía 10 años.

Su padre había trabajado como contador para una empresa de cervezas en Cuba, pero tras llegar a Pasadena, California, donde se asentaron tras salir de la Isla, comenzó a desempeñarse como carpintero, mientras su madre lo hacía como costurera.

Pocos meses después de llegar a EEUU la niña contrajo fiebre reumática, por lo que todo su lado izquierdo quedó paralizado. "Perdí un año de escuela, y entre el trauma de todo ello y el hecho de que mi inglés era virtualmente inexistente, no fue exactamente una transición fluida", contó en un texto publicado en la revista Finanzas & Desarrollo.

Un tiempo más tarde la familia se mudó a Florida, donde la futura economista comenzaría sus estudios en diferentes cursos realizados por la Florida International University, lugar donde conoció al estudioso Peter Montiel.

Luego partió hacia la Universidad de Columbia, donde tomó cursos con Edmund Phelps, quien ganaría el premio nobel, y conoció a su esposo, Vincent Reinnhart, también economista.

Guillermo Calvo, quien impartía clases en la universidad neoyorquina y luego compartió trabajo con Carmen en el Fondo Monetario Internacional (FMI), declaró a BBC Mundo que "puede llegar a ser muy extrovertida con sus amigos, tiene una manera muy cubana de expresarse, como si recién hubiera salido de Cuba".

El reconocido estudioso destacó las contribuciones de Reinhart en la investigación del sistema financiero y la identificación de factores desestabilizantes. Hace poco descubrió que China le presta más dinero a los países emergentes que el propio Banco Mundial.

En estos tiempos de pandemia. la economista se ha atrevido a hacer algunos pronósticos, como que "América Latina, desafortunadamente, va a ser una región impactada durante mucho tiempo por esta pandemia", una aseveración que expresó durante un seminario online organizado por la Universidad de Chile y el Massachusetts Institute of Technology (MIT) a comienzos de junio.

El efecto de la pandemia a largo plazo en América Latina estará marcado, en su opinión, tanto por el nivel de endeudamiento de los países de la región, como por los problemas de bajo crecimiento y fuerte dependencia del mercado turístico y la exportación de materias primas.

Reinhart es considerada internacionalmente como una experta en crisis financieras y deudas públicas. Es también profesora de la Universidad de Harvard, y en los últimos años se desempeñó como investigadora principal del Instituto Peterson de Economía Internacional, además de como directora del Centro de Economía Internacional de la Universidad de Maryland, ambos en EEUU.

También ocupó el puesto de subdirectora del FMI y vicepresidenta y economista jefa del banco de inversión Bear Stearns en la década de los 80.

Fue seleccionada como una de las 50 economistas más influyentes del mundo de las finanzas por la revista Bloomberg, y Foreign Policy la colocó entre los 100 pensadores más importantes del planeta.

Sus detractores señalan que algunos de sus trabajos han servido como sustento teórico para imponer fuertes medidas de austeridad, acompañadas por políticas de recorte del gasto público.

Lo que resulta indiscutible es que en la actualidad es la economista más citada del mundo, y aunque no es tan mediática, resulta muy respetada en el ámbito académico y financiero.

Quienes la conocen consideran que su llegada al organismo en medio de la pandemia del coronavirus puede tener un rol clave. Por lo pronto, solo podemos esperar los resultados de su labor como jefa económica del Banco Mundial, cargo que asume este lunes.

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