Orlando Freire Santana

Diario de Cuba

 

Según el recién celebrado pleno de la ctc, la afiliación al sindicalismo oficialista no marcha como desean las autoridades.

En días pasados, con la presencia del mandatario Miguel Díaz-Canel, se celebró el CXIII Pleno del Consejo Nacional de la oficialista Central de Trabajadores de Cuba (CTC). En la cita salieron a relucir muchas de las deficiencias que arrastra la economía nacional, así como los graves problemas de funcionamiento que afronta el sindicalismo oficialista.

Se dijo que 436 empresas de todo el país cerraron el 2022 con pérdidas, la mayoría pertenecientes a los sectores agropecuarios, cañero y del transporte. Además, en 892 entidades se incumple con la productividad prevista.

Muchas entidades no han aplicado las facultades que poseen para flexibilizar los sistemas de pago, en especial lo referido a la no utilización obligatoria de las escalas salariales. Con ello se le cierra las puertas al pago por alto rendimiento y otras formas de estimulación salarial.

El pago salarial fuera de fecha, una violación flagrante de lo establecido en el Código de Trabajo, ya no constituye una excepción en el universo laboral de la Isla. El pasado año se manifestó en entidades del transporte, el sector agropecuario, el comercio, la construcción, el sector industrial y el azucarero.

Se han recibido quejas de colectivos de trabajadores de unidades empresariales de base (UEB), que laboran con eficiencia, y que sin embargo no han podido acceder a la distribución de utilidades porque su instancia superior, la empresa, ha sido ineficiente. Se impone repensar en cómo adecuar semejante forma de subordinación.

El Pleno no ofreció cifras acerca del estado de la sindicalización en el país. No obstante, hubo consenso en el sentido de que la afiliación al sindicalismo auspiciado por la CTC no marcha como desean las autoridades. En especial continúa siendo baja la afiliación de los trabajadores del sector no estatal, como  los cuentapropistas, cooperativistas, y asociados a las MIPYMES. Al cierre del pasado mes de diciembre, solo el 42% de estos trabajadores pertenecían al sindicalismo oficialista.

Se mencionaron los deficientes resultados que arroja la política de cuadros en el movimiento sindical. A la postre, ello no es más que resultado de la escasa importancia que los colectivos laborales le otorgan a sus secciones sindicales. No ven en ellas a un ente que de verdad sea contrapartida de las administraciones, sino a instancias que sirven como poleas de transmisión para que la cúpula del poder envíe su mensaje ideológico a los trabajadores. A menudo las secciones sindicales en empresas y entidades están encabezadas por los trabajadores menos capaces y sin ningún tipo de liderazgo.

Trascendió igualmente que las acciones sindicales dirigidas a la prevención y enfrentamiento al delito, la corrupción, las ilegalidades e indisciplinas sociales no han proporcionado los resultados esperados. Ello implica, entre otras cosas, que han fallado los sistemas de control interno que obligatoriamente deben poseer todas las entidades.

Aun frente a tan deplorable actuación de su aparato sindical, el mandamás de la CTC, Ulises Guilarte de Nacimiento, aprovechó la reunión de la plana mayor de su sindicato para convocar a la clase obrera nacional a la celebración del próximo Primero de Mayo.

En uno de sus párrafos la convocatoria afirma que "la fiesta del proletariado mundial la dedicaremos a la heroicidad del pueblo cubano, al papel y compromiso de los trabajadores en continuar consolidando el Modelo Económico Social de Desarrollo Socialista que estamos construyendo".

En verdad, si lo que ha hecho el sindicalismo castrista clasifica como "una consolidación de un modelo de desarrollo económico y social", tendríamos que acudir a un diccionario para pertrecharnos de los nuevos giros que adopta el idioma.

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