Monseñor Dionisio García Ibáñez condena que los anhelos de miles de jóvenes que salieron a las calles se vieron truncados por la violencia.
Monseñor Dionisio Guillermo García Ibáñez, arzobispo de Santiago de Cuba, hizo votos el domingo frente a la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, por cambios en la Isla y el respeto entre cubanos en una ceremonia religiosa en la que lamentó la represión contra el pueblo, sobre todo jóvenes, en sus intentos de expresar sus "anhelos".
Desde la Basílica Santuario Nacional de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, García Ibáñez presidió una Eucaristía acompañado del padre Fidel Eugenio Castellanos Pesantes, rector del Santuario, y el padre Rogelio Dean Puerta, párroco del Cobre.
"Hoy venimos, madre, por nuestra Patria, con humildad, sabiendo que no somos perfectos. Para decirte lo que queremos", dijo.
"Vengo a enseñarte a este pueblo que sufre porque le duelen las cosas que pasan. En estos días ha habido manifestaciones de decenas de miles de personas, principalmente jóvenes. Uno oye de todo, pero sobre todo había un reclamo, el reclamo de que queremos cambios, el reclamo de que todos tienen derechos a expresarse, de que deseamos una vida mejor para todos, de tener esperanza", añadió.
Manifestó que los obispos desde siempre han "pedido que se respete a cada persona, en su dignidad y sus derechos, que todos los hombres somos iguales".
"En el último mensaje hemos pedido que seamos hermanos, que no haya violencia, que haya cambios porque son necesarios, y que toda persona sea respetada", recordó.
"Nosotros venimos a pedirte, madre, para que sepamos respetarnos unos a otros, para que nadie se sienta prepotente por encima de los demás, que tiene más derechos sobre los otros o que tiene la verdad en su mano", dijo en una clara referencia a las autoridades y sus discursos en los que niegan la magnitud de las manifestaciones, la represión y criminalizan a los participantes.
"Mientras no hagamos eso difícilmente podremos alcanzar la paz, difícilmente podamos sentirnos seguros conviviendo como hermanos", señaló.
En otro momento, el sacerdote defendió que "Cuba no es de un grupo, es de todos".
"Ningún pueblo del mundo es de un grupito. Yo te pido madre que nos protejamos y respetemos la vida de cada persona", añadió.
Consideró que los pobres, hablando en el sentido del poder, no de riqueza, "tienen derecho a hablar".
"Lamentamos, madre, que estos anhelos de miles de jóvenes se hayan visto truncados de manera violenta, reprimiendo tal vez aquellas manifestaciones violentas, pero también, intimidando a todos aquellos que iban queriendo expresar una voluntad", continuó.
"Madre cuida a tu pueblo, dale ánimos. Te pedimos por todos los jóvenes que estaban allí, sus familias, por los guardias y policías que estaban cumpliendo un deber. Te pedimos por todos los que se enzarzaron en la violencia", dijo.
"Te pedimos porque ese joven tenga la esperanza de construir su propio futuro, a formar una familia, a no tener que marcharse del país. Te pedimos por los jóvenes que están presos ahora, que salgan pronto para sanar las heridas, para que sus familias encuentren sosiego, para que haya confianza y esperanza. El perdón, la misericordia", sostuvo García.
"Te pedimos para que a nadie se le ocurra invitar a la violencia, reclamar diferencias irreconciliables. A mayor autoridad mayor responsabilidad, los padres con los hijos, los gobernantes con los súbditos. Nunca clamar la violencia. Te pedimos para que los jóvenes estén en paz y tranquilos y se dediquen a lo que les guste", reiteró.
"Hace falta cambios porque el pueblo sufre, y sufre más ahora porque no escucha las respuestas viables de aquellos que tienen la responsabilidad de ponerlas", afirmó.
"No podemos vivir con miedo, no es justo, hay que dar esperanzas y signos de cambios, decir palabras creíbles. No más ideologías, la ideología que vale es la persona humana, imagen de Dios, sujeto de derechos y deberes, merecedor de todo respeto. Danos ánimo, valor, misericordia, espíritu fraterno", pidió finalmente.