Las nuevas disposiciones toman en cuenta las posibles acciones de Rusia, Francia y Venezuela.

La noticia ha pasado sin mayor repercusión, tal vez quedó marginada dado que el coronavirus hace estragos en territorio brasileño. Sin embargo, Brasil se apresta a redefinir su rol para jugar un papel más activo en materia de seguridad y defensa en América del Sur, su área de influencia natural.

El diario conservador Estadão adelantó detalles de la Nueva Política de Defensa Nacional (PND), que deberá ser introducida formalmente ante el Congreso antes de que concluya el mes de julio. Junto con la PND, también se reajustará la Estrategia Nacional de Defensa que arroja directrices específicas para poner en práctica la PND.

La PND se renueva cada cuatro años, junto con la estrategia de defensa, en lo que hasta ahora había sido un trámite desde 2008, cuando comenzó a realizarse, dado que el Congreso le da un carácter de trámite sin mayor discusión.

Thiago Rodrigues, profesor de la Universidad Fluminense, confirmó a DIARIO DE CUBA que efectivamente se está a las puertas de un cambio sustantivo. Las fuerzas armadas en conflictos extraterritoriales, especialmente en Sudamérica, parecen estar decididas a tener una política propia, con lo cual se marca se pondría fin a unas filas castrenses plegadas a la política diplomática de Itamaraty, la Cancillería brasileña.

"Es un gran cambio cuando se compara con 2016. Se prevé ahora la posibilidad de conflicto con potencias extrarregionales, aunque no se nombra a ningún país. Las anteriores PND presentaban a la fuerza armada comprometida con operaciones de paz y muy apegada al discurso de la diplomacia de Itamaraty", explicó el académico brasileño.

En el nuevo documento, según la versión adelantada por Estadão, las fuerzas armadas de Brasil ya no considerarán a Sudamérica un "área libre" de conflictos. El texto destaca la posibilidad de "tensiones y crisis" en el continente, lo que puede llevar a Brasil a movilizar esfuerzos para garantizar los intereses nacionales en la Amazonía o incluso ayudar a resolver problemas de orden regional.

Brasil ratifica en el documento una visión geopolítica adjudicándose un rol en la seguridad y defensa regional.

Rodrigues explicó a DIARIO DE CUBA que para los militares de su país existen dos Amazonias, siendo ambas igualmente relevantes. La Amazonia verde, el pulmón vegetal ampliamente conocido y sobre el cual se debate el papel que debería tener Brasil sobre su manejo, y junto a esto la Amazonia "azul", el mar territorial brasileño, que tiene riquezas en petróleo y gas y que cuenta con una extensión en kilómetros equivalentes a la Amazonia verde.

La soberanía y el desarrollo de acciones para preservar la selva amazónica se encuentran entre las prioridades de los documentos que conforman la nueva versión del PND. "El Amazonas, como el Atlántico Sur, es un área de interés geoestratégico para Brasil. La protección de la biodiversidad, los recursos minerales y hídricos, así como el potencial energético, en el territorio brasileño es una prioridad para el país", sostiene el documento en la versión que filtró el diario brasileño.

En opinión del profesor de la Universidad Fluminense, las dos potencias que no están nombradas, pero que a su juicio se puede inferir, son Rusia y Francia.

Rusia está involucrada en la explotación minera y de minerales estratégicos en el sur de Venezuela (tampoco se nombra explícitamente a este país) y se relaciona con la Amazonia verde. El otro país es Francia, ya que este tiene frontera en una extensa zona selvática que hace frontera con Brasil a través de la Guyana Francesa.

Precisó Rodrigues sobre este último aspecto que en la doctrina de seguridad de Francia este país se siente en la obligación de intervenir en cualquier lugar del mundo en donde el medio ambiente esté bajo amenaza.  "Esto preocupa a los militares brasileños, que han temido una posible intervención multinacional para defender la Amazonia verde", comenta.

No todos son cambios en la propuesta de una nueva PND, que aún deberá ser aprobada por el Parlamento. Hay, como recuerda Rodrigues, "una continuidad en el discurso" que se palpa en la definición de las zonas de interés en Brasil, manteniendo lo que ya venía de antes.

Son zonas de interés para Brasil, América del Sur en primer lugar, luego el Atlántico sur, la costa oeste de África y la Antártida, donde Brasil tiene proyectos científicos desde hace 50 años.

Como se dijo, no se menciona a Venezuela de forma explícita en el documento, pero se deja abierta una puerta para actuar ante "posibles desarrollos" de las crisis en los países vecinos. Brasil y Colombia ya han evaluado el impacto que tendría en estos países, por ser vecinos de Venezuela, un escalamiento de la crisis humanitaria y una situación de hambruna.

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