– 14 de enero de 2024 -.

Padre Joaquín Rodríguez

 

Queridos hermanos:

Terminado el tiempo litúrgico de las Manifestaciones del Señor, tiempo que comienza el primer domingo de Adviento y se cierra con la fiesta del Bautismo del Señor que celebró la Iglesia el pasado lunes, comenzamos el Tiempo Ordinario y, en el mismo, las secuencias de la vida pública de Jesús con sus enseñanzas y signos milagrosos en los relatos evangélicos. Este año será San Marcos el evangelista que nos mostrará a Jesucristo, el Hijo de Dios, a través sobre todo de sus acciones y milagros. Debido a su brevedad, el evangelio según San Juan nos aportará importantes complementos a esa mirada en profundidad a la persona de Jesús de Nazaret.

El evangelio describe el encuentro de Jesús, tras su bautismo, con los que iban a ser sus primeros discípulos: Juan, Andrés y Pedro (Juan 1, 35-42). La primera lectura, por su parte, recuerda el primer llamamiento hecho por el Señor a Samuel cuando, siendo aún muy joven, servía en el santuario junto al anciano sacerdote Elí (I Samuel 3, 3b-10.19). – San Pablo, con el fin de poner en guardia a los fieles de Cristo contra la vida licenciosa de la gran ciudad pagana, les recuerda que sus cuerpos son miembros de Cristo y templos del Espíritu Santo (I Corintios 6t, 13c-15ª.17-20).

No resulta difícil descubrir hoy en el evangelio, en la llamada de los primeros discípulos, el tema vocacional, imprescindible para acometer la lectura y meditación de la Palabra de Dios en los evangelios, textos que contienen y trasmiten la Buena Notica del Reino, Buena Noticia que es el propio Jesús, verdadero y único protagonista de estos textos fundamentales del Nuevo Testamento.

Lo mejor que nos ha pasado en nuestras vidas es haber conocido a Jesús; hoy vemos esa experiencia única en el Evangelio en el que Juan y Andrés, guiados por el Bautista, siguen a Jesús. Juan es el “amigo del esposo” tema bíblico que necesitamos conocer para comprender la profunda amistad y afecto presentes en el fondo de cada vocación y que vinculan la vida y misión del Precursor con la del Redentor. Juan lo llama “Cordero”, significando que Jesús es el amigo que todo corazón desea. Pero esa amistad no queda en lo privado de quien busca algo superior, sino que conduce a un encuentro que cambiará la vida de quien busca para siempre. En la raíz de quienes encontramos a Jesús está siempre la inquietud por algo superior; pero no llegaremos a la meta si no descubrimos que, en realidad, buscamos a Alguien, y que ese Alguien nos acompañaba y nos buscaba desde el principio. En el camino de la Fe todo comienza con la llamada de Dios, todo es producto de su iniciativa, todo es Vocación.