José Angel Buesa

Cuba

 

Era el silencio miel sobre seda,

y era un ungüento de paz la brisa.

Yo iba del brazo con tu sonrisa

   por la alameda.

 

Tu boca dulce como un olvido

me dio sus jugos bajo el follaje,

y su chasquido

    rozó mi oído

        como un plumaje

          de un cisne herido;

              como un encaje

                desvanecido;

                  como un celaje

                    loco de viaje

                      sobre un paisaje

                          desconocido...

 

Tu boca ungida de luz de trino,

bordó una sombra de frases quedas...

Tu boca tibia me supo a vino,

y en la hojarasca de las veredas

se alzó el revuelo de un remolino

   de áureas monedas...

 

Y fue el silencio como una gruta,

y la quimera fue como un río

donde bogaron tu amor y el mío...

Y fue tu boca como una fruta

humedecida por el rocío...

 Como amputando gestos sombríos

bruñó la luna su filo de hacha,

y retorciendo sus dedos fríos

   cruzó una racha...

 

Yo unté de besos tu boca roja,

tu boca dulce como un regreso,

y en cada árbol fue cada hoja

un eco verde de cada beso.

 

Tu boca intacta me dio sus rasos,

tu voz sin bordes me dio su seda,

y, en la delicia de los retrasos,

moría el roce de nuestros pasos

en el silencio de la alameda...

 

https://www.poesi.as/jab009.htm